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Tres son multitud 22 страница

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—ЎQuй asco de situaciуn!

—Sн —entonces, olisqueу mi pelo y dijo—: Puaj.

—ЎїQuй?! —preguntй y levantй la vista para verle arrugar la nariz—. їPor quй os ha dado a todos por hacerme eso? ЎNo huelo!

Esbozу una leve sonrisa.

—Sн, sн hueles, hueles como ellos. Demasiado dulce y empalagoso... y helado... Me arde la nariz.

—їDe verdad? —aquello resultaba muy extraсo. Alice olнa increнblemente bien, al menos para un humano—. Entonces, їpor quй Alice cree tambiйn que yo huelo?

Aquello le borrу la sonrisa de la cara.

—їQuй...? Tal vez mi olor tampoco sea de su agrado, їno?

—Bueno, a mн me gusta cуmo olйis los dos.

Volvн a apoyar la cabeza sobre su pecho. Le iba a echar mucho de menos en cuanto saliera por la puerta. Era una situaciуn peliaguda y sin escapatoria. Por una parte, deseaba que Alice se quedara para siempre, y me iba a morir —metafуricamente hablando— cuando me dejara, pero їcуmo se suponнa que iba a seguir sin ver a Jacob ni un segundo? ЎMenudo lнo!, pensй una vez mбs.

—Te echarй de menos cada minuto —susurrу Jacob, haciйndose eco de mis pensamientos—. Espero que se largue pronto.

—La verdad, Jake, no tiene por quй ser asн.

Suspirу.

—Sн, Bella, sн ha de ser asн. Tъ... la quieres, y serнa conveniente que yo no estuviera cerca de ella. No estoy seguro de mantenerme siempre lo bastante sereno como para poder manejar la situaciуn. Sam se enfadarнa si se enterase de que he quebrantado el tratado y —su voz se tornу sarcбstica— no creo que te hiciera demasiado feliz que matara a tu amiga.

Le rehuн cuando dijo eso, pero йl se limitу a hacer mбs fuerte la presa de sus brazos, negбndose a soltarme.

—No hay forma de evitar la verdad. Asн estбn las cosas, Bella.

—Pues no me gusta.

Jacob liberу un brazo para sostener mi mentуn con la mano ahuecada y lo levantу para obligarme a que le mirase.

—Sн, era mбs sencillo cuando los dos sуlo йramos humanos, їverdad?

Suspirй.

Nos miramos el uno al otro durante mucho tiempo. Su mano ardнa sobre la piel de mi rostro. Sabнa que allн no habнa otra cosa que nostalgia y tristeza. No querнa despedirme, por breve que llegara a ser la separaciуn. Al principio su rostro fue un reflejo del mнo, pero luego, sin que ninguno de los dos desviara la mirada, su expresiуn cambiу.

Me soltу y alzу la otra mano para acariciarme la mejilla con las yemas de los dedos y terminar descendiendo hasta la mandнbula. Notй el temblor de sus dedos, aunque en esta ocasiуn no era a causa de la ira. Colocу la palma de su mano sobre mi mejilla, de modo que mi rostro quedу atrapado entre sus manos abrasadoras.

—Bella —susurrу.

Me quedй helada.

ЎNo! Aъn no habнa tomado una decisiуn al respecto. No sabнa si era capaz de hacerlo, y ahora no tenнa tiempo para pensar, pero hubiera sido una necia si hubiera pensado que un rechazo en ese momento no iba a tener consecuencias.

A su vez, tambiйn yo clavй en йl mi mirada. No era mi Jacob, pero podнa serlo. Su querido rostro era el de siempre. Yo le amaba de verdad en muchos sentidos. Era mi consuelo, mi puerto seguro, y en ese preciso momento yo podнa escoger que me perteneciera.

Por el momento, Alice habнa regresado, pero eso no cambiaba nada. La persona a quien amaba de verdad se habнa marchado para siempre. El prнncipe no iba a regresar para despertarme de mi letargo mбgico con un beso. Al fin y al cabo, tampoco yo era una princesa, por lo que їcuбl era el protocolo de los cuentos de hadas para otros besos? їAcaso la gente corriente y moliente no necesitaba romper ningъn conjuro?

Tal vez serнa fбcil, algo asн comocuando sostenнa su mano o me rodeaba con sus brazos. Quizб serнa agradable. Quizб no me diera la impresiуn de estar traicionбndole. Ademбs, їa quiйn traicionaba en realidad? Sуlo a mн misma.

Sin apartar sus ojos de los mнos, Jacob comenzу a inclinar el rostro hacia mн. Yo todavнa no habнa tomado ninguna decisiуn.

El repiqueteo estridente del telйfono nos hizo pegar un bote a los dos, pero йl no perdiу su centro de atenciуn. Apartу la mano de mi barbilla y la alargу para tomar el auricular, pero aъn sostenнa fйrreamente mi mejilla con la otra mano. Sus ojos negros no se apartaron de los mнos. Estaba hecha un lнo, demasiado confusapara ser capaz de reaccionar ni aprovechar la ventaja de la distracciуn.

—Casa de los Swan —contestу Jacob en voz baja, ronca y grave.

Alguien le contestу y Jacob se alterу al momento. Se envarу y me soltу el rostro. Se apagу el brillo de sus ojos, se quedу lнvido, y hubiera apostado lo poco que quedaba de mis ahorros para ir a la universidad a que se trataba de Alice.

Me recuperй y extendн la mano para tomar el auricular, pero йl me ignorу.

—No estб en casa —Jacob pronunciу esas palabras con un tono amenazador. Hubo una rйplica breve, parecнa una peticiуn de informaciуn, ya que Jacob aсadiу de mala gana—: Se encuentra en el funeral.

A continuaciуn, colgу el telйfono.

—Asqueroso chupasangre —murmurу por lo bajini. Volviу el rostro hacia mн, pero ahora volvнa a ser una mбscara llena de amargura.

—їA quiйn le acabas de colgar mi telйfono en mi casa?—preguntй de forma entrecortada, enojadнsima.

—ЎCбlmate! ЎЙl me colgу a mн!

—їQuiйn era?

—El doctor Carlisle Cullen —pronunciу el tнtulo con sorna.

—ЎїPor quй no me has dejado hablar con йl?!

—No ha preguntado por ti —repuso Jacob con frialdad. Su rostro era inexpresivo y estaba en calma, pero las manos le temblaban—. Preguntу dуnde estaba Charlie y le respondн. No me parece que haya quebrantado las reglas de la cortesнa.

—Escъchame, Jacob Black...

Pero era obvio que no lo hacнa. Volviу la vista atrбs, como si hubiera oнdo su nombre en otra habitaciуn. Abriу los ojos y se quedу rнgido; luego comenzу a estremecerse. Yo tambiйn agucй el oнdo, pero sin oнr nada.

—Adiуs, Bella —espetу, y dio media vuelta para dirigirse a la puerta de la entrada.

Corrн tras йl.

—їQuй pasa?

Choque contra йl, que se balanceу hacia atrбs, despotricando en voz baja. Me golpeу en un costado al girar otra vez. Perdн pie y me caн al suelo, con la mala suerte de que mis piernas se engancharon con las suyas.

—ЎMaldita sea, ay! —me quejй mientras йl se apresuraba a sacudir las piernas para liberarse cuanto antes.

Forcejeй para incorporarme y Jacob se lanzу como una flecha hacia la puerta trasera. De pronto, se quedу petrificado.

Alice permanecнa inmуvil al pie de las escaleras.

—Bella —dijo con voz entrecortada.

Me levantй como pude y acudн a su lado dando tumbos. Alice tenнa la mirada ausente, lejana; el rostro, demacrado y blanco como la cal. Su cuerpo esbelto temblaba a resultas de una enorme conmociуn interna.

—їQuй pasa, Alice? —chillй.

Tomй su rostro entre mis manos en un intento de calmarla. De pronto, centrу en mн sus ojos abiertos y colmados de dolor.

—Edward —logrу articular.

Mi cuerpo reaccionу antes de que mi mente fuera capaz de comprender las implicaciones de su respuesta. Al principio, no entendн por quй la que la habitaciуn daba vueltas ni de dуnde venнa el eco del rugido que me pitaba en los oнdos. Me devanй los sesos, pero no fui capaz de encontrarle sentido al rostro funesto de Alice ni de averiguar quй relaciуn podнa guardar con Edward; entretanto, empecй a tambalearme en busca del alivio de la inconsciencia antes de que la realidad me hiciera daсo.

La escalera se inclinу en un бngulo extraсo.

De pronto, llegу a mi oнdo la voz furiosa de Jacob profiriendo un torrente de blasfemias. Me invadiу una suave ola de desaprobaciуn. Resultaba evidente que sus nuevos amigos eran una mala influencia.

Me encontrй encima del sofб antes de comprender cуmo habнa llegado hasta allн. Jacob seguнa soltando tacos. Me daba la impresiуn de que se habнa desatado un terremoto a juzgar por el modo en que el sofб se agitaba debajo de mi cuerpo.

—їQuй le has hecho? —preguntу йl.

Alice le ignorу.

—їBella? Reacciona, Bella, tenemos prisa.

—Mantente lejos —le previno Jacob.

—Cбlmate, Jacob Black —le ordenу Alice—. No querrбs transformarte tan cerca de ella.

—No creo que tenga problemas en recordar cuбl es mi verdadero objetivo —replicу, pero su voz sonу un poco mбs apaciguada.

—їAlice? —intervine con voz dйbil—. їQuй ha pasado? —preguntй incluso a pesar de no querer oнrlo.

—No lo sй —se lamentу inopinadamente—. ЎїQuй se le habrб ocurrido?!

Hice un esfuerzo por incorporarme a pesar de los vahнdos. No tardй en darme cuenta de que lo que aferraba en realidad para recuperar el equilibrio era el brazo de Jacob. Era йl quien temblaba, y no el sofб.

Alice habнa sacado un mуvil plateado del bolso cuando la reubiquй en la estancia. Tecleaba los nъmeros a tal velocidad que se le desdibujaban los dedos.

—Rose, necesito hablar con Carlisle ahora mismo —soltу de sopetуn—. Bien, pero que me llame en cuanto llegue. No, habrй tomado un vuelo. Oye, їsabes algo de Edward?

Alice hizo una pausa en ese momento para escuchar cada vez con expresiуn mбs horrorizada a medida que transcurrнan los segundos. Entreabriу la boca en forma de «o» a causa del espanto y el mуvil le temblу en la mano.

—їPor quй? —preguntу con voz entrecortada—. їPor quй lo has hecho, Rosalie?

Fuera cual fuera la respuesta, el mentуn de Alice se tensу a causa de la ira. Le centellearon los ojos y luego los entrecerrу.

—En fin, te has equivocado en ambos casos, aunque, Rosalie, era fбcil suponer que iba a ser un problema, їa que sн? —preguntу con sarcasmo—. Sн, exacto, ella se encuentra perfectamente... Me equivoquй... Es una larga historia, pero en eso tambiйn te equivocas. Йsa es la razуn por la que llamo... Sн, eso es exactamente lo que vi —Alice hablу con dureza. Fruncнa los labios hasta el punto de dejar los dientes al descubierto—. Es un poco tarde para eso, Rose. Guбrdate tu remordimiento para quien te crea.

Cerrу el mуvil con un movimiento vertiginoso de dedos. Se volviу hacia mн y me mirу con ojos atormentados.

—Alice, Carlisle ya ha regresado —mascullй rбpidamente sin dejar que me contara nada. Necesitaba unos segundos mбs de tregua antes de que hablara y sus palabras destruyeran lo poco que me quedaba de vida—. Acaba de llamar...

Se me quedу mirando sin comprender y luego preguntу con voz apagada:

—їCuбnto hace de eso?

—Medio minuto antes de tu apariciуn.

—їQuй dijo? —ahora me estaba prestando atenciуn, quedу a la espera de mi respuesta.

Yo no hablй con йl.

Mis ojos volaron en pos de Jacob, y Alice clavу su penetrante mirada en йl, que reaccionу con un estremecimiento, pero no se apartу de mi lado. Se sentу con torpeza, casi como si pretendiera escudarme con su cuerpo.

—Preguntу por Charlie y le respondн que no se encontraba aquн —musitу Jacob con resentimiento.

—їNada mбs? —inquiriу Alice con voz glacial.

—Despuйs me colgу el telйfono —le espetу Jacob. Un temblor le recorriу la columna vertebral y me hizo estremecer.

—Le dijiste que Charlie estaba en el funeral —le recordй.

Alice sacudiу la cabeza hacia mн.

—їCuбles fueron las palabras exactas?

—Jacob dijo: «No estб en casa», y cuando Carlisle preguntу por el paradero de Charlie, respondiу: «Se encuentra en el funeral».

Alice gimiу y cayу de rodillas.

—Cuйntamelo, Alice —susurrй.

—No fue Carlisle quien telefoneу —explicу con desesperanza.

—їMe estбs llamando mentiroso? —gruсу Jacob, que seguнa junto a mн.

Alice le ignorу y se concentrу en mi rostro perplejo.

—Era Edward —las palabras borbotearon en un susurro entrecortado—. Cree que has muerto.

La mente empezу a funcionarme otra vez. No era eso lo que tanto temнa oнr, por lo que el alivio me aclarу las ideas. Despuйs de suspirar, me relajй y aventurй:

—Rosalie le dijo que me habнa suicidado, їverdad?

—Sн —admitiу Alice. Los ojos le relampaguearon de ira una vez mбs—. He de decir en su defensa que ella pensaba que era verdad. Confнan mбs de lo debido en mi visiуn, que funciona con muchas imperfecciones, pero eso fue lo que la impulsу a decнrselo a Edward. їNo comprendнa... ni le preocupaba...?

Su voz se fue apagando horrorizada.

—Y Jacob le hablу de un funeral cuando llamу aquн, y йl creyу que era el mнo —comprendн.

Me doliу mucho saber lo cerca que habнamos estado el uno del otro. Habнa tenido su voz a pocos centнmetros. Hundн las uсas en el brazo de Jacob, pero йste se mantuvo imperturbable.

Alice me mirу de un modo extraсo y susurrу:

—No te has alterado.

—Bueno, se ha malogrado una ocasiуn, pero todo se arreglarб. Alguien le dirб la prуxima vez que llame... que... en... realidad... —no pude seguir. Su mirada agolpу las palabras en mi garganta.

їPor quй tenнa Alice tanto pavor? їPor quй su rostro se habнa crispado de pena y horror? їQuй le habнa dicho a Rosalie por telйfono hacнa unos momentos? Algo sobre lo que habнa visto, y luego habнa mencionado el remordimiento de Rosalie. Ella jamбs hubiera sentido remordimiento alguno por nada de lo que me hubiera pasado a mн, pero si eso causaba algъn mal a su familia, a su hermano...

—Bella —susurrу Alice—, Edward no va a volver a llamar. Ha creнdo a Rosalie.

—No... lo... comprendo...

Mi boca formу cada una de esas tres palabras, pero me faltу aliento para pronunciarlas y pedirle que me explicara las implicaciones.

—Se va a Italia.

Tardй un latido de corazуn en comprenderla.

Cuando la voz de Edward volviу a sonar en mi interior, no era la perfecta imitaciуn de mis delirios, sino el tono apagado de mis recuerdos, pero las palabras bastaron para desgarrarme el pecho y dejar abierto un enorme hueco. Eran palabras de un tiempo en que yo hubiera apostado todo lo que poseнa o podrнa poseer a que йl me amaba.

Bueno, no estaba dispuesto a vivir sin ti, me habнa asegurado en aquella misma habitaciуn mientras contemplбbamos la muerte de Romeo y Julieta. Aunque no estaba seguro sobre cуmo hacerlo. Tenнa claro que ni Emmett ni Jasper me ayudarнan..., asн que pensй que lo mejor serнa marcharme a Italia y hacer algo que molestara a los Vulturis. (...) Lo mejor es no irritar a los Vulturis. No a menos que desees morir.

No a menos que desees morir.

—ЎNo! —el rechazo expresado en un grito restallу con tanta fuerza despuйs de los susurros que nos hizo dar un salto a todos. Sentн que la sangre me huнa del rostro cuando intuн lo que habнa visto Alice—. ЎNo, no, no! ЎNo puede hacer eso!

—Adoptу esa decisiуn en cuanto tu amigo le confirmу que era demasiado tarde para salvarte.

—Pero... pero йl se fue. ЎYa no me querнa! їQuй diferencia puede haber ahora? ЎSabнa que algъn dнa tendrнa que morir!

—Creo que йl siempre tuvo claro que no te sobrevivirнa por mucho tiempo —repuso Alice con discreciуn.

—ЎCуmo tiene esa desfachatez! —chillй. Entonces, ya me habнa puesto en pie, y Jacob se alzу con aire vacilante para interponerse de nuevo entre Alice y yo—. Ay, Jacob, quita de en medio —con desesperaciуn e impaciencia, apartй a codazos su cuerpo tembloroso—. їQuй podemos hacer? —le implorй a Alice. Algo tenнamos que poder hacer—. їNo es posible que le llamemos nosotras? їY Carlisle?

Ella negу con la cabeza.

—Eso fue lo primero que intentй, pero ha tirado su mуvil a un cubo de la basura en Rнo de Janeiro... Alguien lo recogiу y contestу —susurrу.

—Antes dijiste que debнamos darnos prisa. їPrisa? їCуmo? ЎHagбmoslo, sea lo que sea!

—Bella, creo que no puedo pedнrtelo... —indecisa, Alice se callу.

—ЎPнdemelo! —le ordenй.

Puso las manos sobre mis hombros y me sujetу. Movнa los dedosde vez encuando para enfatizar sus palabras.

—Quizб ya sea demasiado tarde. Le vi acudir a los Vulturis y pedirles que le mataran —la perspectiva nos desalentу y de pronto no vi nada. Las lбgrimas me hicieron pestaсear convulsivamente—. Todo depende de su decisiуn. Aъn no he visto que adopten ninguna.

»Pero si optaran por negarse, y eso resulta bastante posible si tenemos en cuenta que Aro profesa un gran afecto a Carlisle, y no querrнa ofenderle, Edward tiene un plan B. Ellos mantienen una actitud muy protectora con su ciudad, y Edward piensa que los Vulturis actuarнan para detenerle si йl perturbara de algъn modo la paz... Tiene razуn, lo harнan.

Apretй los dientes de pura frustraciуn sin dejar de mirarla fijamente. Aъn no me habнa dicho nada que explicara por quй seguнamos allн.

—Llegaremos tarde si estбn de acuerdo en concederle su peticiуn, y en caso de una negativa por parte de los Vulturis, tambiйn llegaremos tarde si йl lleva a cabo un plan rбpido para ofenderlos. Sуlo podrнamos aparecer a tiempo si se entregara a sus inclinaciones mбs histriуnicas.

—ЎVamos!

—Atiende, Bella. Lleguemos o no a tiempo, vamos a estar en el corazуn de la ciudad de los Vulturis. Me considerarбn cуmplice de Edward si tiene йxito y tъ serбs una humana que no sуlo sabe demasiado, sino que huele demasiado bien. Las posibilidades de que acaben con todos nosotros son muy elevadas, sуlo que en tu caso no serб un castigo, sino un bocado a la hora del almuerzo.

—їEs eso lo que nos retiene aquн? —preguntй con incredulidad—. Irй sola si tienes miedo.

Efectuй un cбlculo mental del dinero que me quedaba en la cuenta y me preguntй si Alice me prestarнa el resto.

—Mi ъnico temor es que acabes muerta.

Bufй disgustada.

—ЎComo si estar a punto de matarme no fuera moneda corriente en mi vida! ЎDime quй he de hacer!

—Escrнbele una nota a Charlie. Yo telefonearй a las lнneas aйreas.

—Charlie —repetн con voz entrecortada.

No es que mi presencia le protegiera, pero їpodнa dejarle solo para que afrontara...?

—No voy a dejar que le suceda nada malo a Charlie —intervino Jacob con voz bronca y enojada—. ЎAl carajo con el tratado!

Alcй los ojos para mirarle con disimulo. Puso cara de pocos amigos al ver el miedo escrito en mi rostro.

—Date prisa, Bella —me interrumpiу Alice de forma apremiante.

Corrн a la cocina, abrн de golpe los cajones y volquй el contenido en el suelo en busca de un bolнgrafo. Una mano lisa y morena me tendiу uno.

—Gracias —farfullй mientras quitaba el capuchуn del boli con los dientes. En silencio, Jacob me entregу el bloc de notas donde escribнamos los recados telefуnicos. Arranque la primera hoja y lo tirй a mis espaldas. Luego, escribн:

 

Papб:

Me voy con Alice. Edward estб metido en un lнo. Ya podrбs castigarme a mi regreso. Sй que es un mal momento. Lo siento un montуn. Te quiero mucho.

Bella

 

—No vayas —susurrу Jacob. La ira se habнa esfumado ahora que habнa perdido de vista a Alice.

No estaba dispuesta a perder el tiempo discutiendo con el.

—Por favor, por favor, por favor, cuida de Charlie —le dije antes de salir disparada hacia el cuarto de estar. Alice me aguardaba en la entrada con una bolsa colgada al hombro.

—Llйvate la cartera. Necesitarбs el carnй... Por favor, dime que tienes pasaporte, no tenemos tiempo para falsificar uno.

Asentн con la cabeza y corrн escaleras arriba. Las piernas me temblaban de puro agradecimiento. Por fortuna, mi madre habнa querido casarse con Phil en una playa de Mйxico. El viaje se habнa quedado en nada, por supuesto, como la mayorнa de sus planes, pero no antes de que yo hubiera tramitado todo el papeleo necesario para estar con ella.

Pasй como un obъs por mi cuarto. Metн en la mochila mi viejo billetero, una camisa limpia, un pantalуn de chбndal; luego puse encima el cepillo de dientes y me lancй escaleras abajo, pero me invadiу una agobiante sensaciуn de dйjа vu cuando lleguй a ese momento. Al menos, a diferencia de la ъltima vez, cuando tuve que huir precipitadamente de Forks para escapar de vampiros sedientos en vez de ir a su encuentro, no iba a tener que despedirme de Charlie.

Jacob y Alice se hallaban enzarzados en una especie de careo delante de la puerta abierta. Estaban lo bastante separados para que en un primer momento se pudiera pensar que mantenнan una conversaciуn. Ninguno de los dos pareciу percatarse de mi bulliciosa llegada.

—Podrнas controlarte de vez en cuando. Esas sanguijuelas de las que le has hablado a Bella... —le acusaba Jacob con encono.

—Sн, tienes razуn, perrito —Alice gruснa tambiйn—. Los Vulturis son la personificaciуn de nuestra especie, la razуn por la que se te pone el vello de punta cuando me olfateas, la esencia de tus pesadillas, el pavor que hay detrбs de tus instintos. No soy ajena a esa realidad...

—ЎY tъ la vas a llevar ante ellos como una botellita de vino a una fiesta! —bramу йl.

—їAcaso crees que va estar mejor si la dejo aquн sola, con Victoria al acecho?

—Podemos encargarnos de la pelirroja.

—En ese caso, їpor quй sigue de caza?

Jacob refunfuсу y un estremecimiento recorriу su torso.

—ЎDejad eso! —les gritй a ambos, loca de impaciencia—. Discutid a nuestro regreso. ЎVamos!

Alice se girу hacia el coche y desapareciу en su interior a toda prisa. Me apresurй a seguir sus pasos, aunque de inmediato me detuve para cerrar la puerta. Jacob me tomу del brazo con mano temblorosa.

—Bella, por favor, te lo suplico.

Sus ojos negros refulgнan llenos de lбgrimas. Se me hizo un nudo en la garganta.

—Jake, debo...

—No, no debes, la verdad es que no, lo cierto es que te puedes quedar aquн conmigo. Quйdate y vive. Hazlo por Charlie. Hazlo por mн.

El motor del Mercedes de Carlisle ronroneу. El ritmo del zumbido aumentу cuando Alice acelerу.

Neguй con la cabeza y las lбgrimas de mis ojos salieron despedidas a causa del brusco movimiento. Soltй el brazo y йl no se opuso.

—No mueras, Bella —dijo con voz estrangulada—. No vayas. No.

їY si nunca le volvнa a ver? La idea se abriу camino entre las mudas lбgrimas y un sollozo escapу de mi pecho. Le rodeй la cintura con los brazos y le abracй durante unos instantes demasiado breves al tiempo que hundнa en su pecho mi rostro baсado de lбgrimas. Puso su manaza en la parte posterior de mi cabeza, como si eso fuera a retenerme allн.

—Adiуs, Jake —le apartй la mano de mi pelo y le besй el dorso. No fui capaz de soportar mirarle a la cara—. Perdona.

Despuйs, me di la vuelta y echй a correr hacia el coche. La puerta del asiento de pasajeros me esperaba abierta. Arrojй la mochila por encima del reposacabezas y me deslicй dentro; al hacerlo, cerrй de un portazo.

Me di la vuelta y gritй:

—ЎCuida de Charlie!

Pero ya no se veнa a Jacob por ninguna parte. Mientras Alice pisaba fuerte el acelerador y girбbamos para ponernos de frente a la carretera —el aullido de las llantas se asemejaba mucho al de los gritos humanos—, atisbй un jirуn blanco cerca de la primera lнnea de бrboles del bosque. Era una zapatilla.

 

La carrera

Llegamos a tiempo de subir a nuestro vuelo por los pelos, y entonces comenzу la verdadera tortura. El aviуn haraganeaba ocioso en la pista, mientras los auxiliares de vuelo paseaban por el pasillo con toda tranquilidad, al tiempo que palmeaban las bolsas de los portaequipajes superiores para cerciorarse de que estaban bien sujetas. Los pilotos permanecнan apoyados fuera de la cabina de mando y charlaban con ellos cuando pasaban. La mano de Alice me aferraba con fuerza por el hombro para tranquilizarme mientras yo, devorada por la ansiedad, no dejaba de moverme en el asiento de un lado para otro.

—Se va mбs deprisa volando que corriendo —me recordу en voz baja.

Me limitй a asentir una ъnica vez sin dejar de moverme.

Al final, el aviуn se alejу rodando muy despacio desde el punto de partida y comenzу a adquirir velocidad con una paulatina regularidad que luego me traerнa por la calle de la amargura. Esperaba disfrutar de un reposo cuando hubiйramos completado el despegue, pero mi impaciencia y mi frenesн no disminuyeron.

Alice sacу el mуvil del respaldo del asiendo de delante antes de que hubiйramos dejado de ascender y le dio la espalda a la azafata, quien la observу con desaprobaciуn. Hubo algo en mi expresiуn que la disuadiу de acercarse para protestar.

Intentй dejar de escuchar lo que Alice le decнa a Jasper entre susurros, porque no querнa espiarla de nuevo, pero aun asн, oнa algunas frases sueltas.

—No estoy segura del todo. Le veo hacer cosas diferentes, continъa cambiando de parecer... Salir a matar a todo el que se ponga por delante, atacar a la guardia, alzar un coche por encima de la cabeza en la plaza mayor... En su mayorнa, son hechos que lo descubrirнan... Йl sabe que йsa es la forma mбs rбpida de obligarles a reaccionar.

»No, no puedes —Alice hablу todavнa mбs bajo, hasta que su voz resultу casi inaudible a pesar de encontrarme a escasos centнmetros de ella. Hice lo contrario a lo que me proponнa y escuchй con mбs interйs—. Dile a Emmett que йl tampoco... Bueno, pues ve tras Emmett y Rosalie y haz que vuelvan... Piйnsalo, Jasper. Si nos ve a cualquiera de nosotros, їquй crees que va a hacer...? —asintiу con la cabeza—. Exactamente...

»Me parece que Bella es la ъnica oportunidad, si es que hay alguna... Harй cuanto estй en mi mano, pero prepara a Carlisle. Las posibilidades son escasas...

Despuйs, se echу a reнr y dijo con voz temblorosa:

—He pensado en ello... Sн, te lo prometo —su voz se hizo mбs suplicante—. No me sigas. Te lo juro, Jasper, de un modo u otro me las apaсarй para salir de ahн... Te quiero.

Colgу y se reclinу sobre el respaldo del asiento con los ojos cerrados.

—Detesto mentirle.

—Alice, cuйntamelo todo —le implorй—. No entiendo nada. їPor quй le has dicho a Jasper que detenga a Emmett? їPor quй no pueden venir en nuestra ayuda?

—Por dos motivos —susurrу sin abrir los ojos—. A йl sуlo le he explicado el primero. Nosotras podemos intentar detener a Edward por nuestra cuenta... Si Emmett lograra ponerle las manos encima, serнamos capaces de detenerle el tiempo suficiente para convencerle de que sigues viva, pero entonces no podrнamos acercarnos hasta йl a hurtadillas, y si nos viera ir a por йl, se limitarнa a actuar mбs deprisa. Arrojarнa un coche contra un muro o algo asн, y los Vulturis le aplastarнan.

»Йse es el segundo motivo, por supuesto, el que no le podнa decir a Jasper. Bella, se producirнa un enfrentamiento si ellos acudieran y los Vulturis mataran a Edward. Las cosas serнan muy distintas si tuviйramos la mбs mнnima oportunidad de ganar, si nosotros cuatro fuйramos capaces de salvar a mi hermano por la vнa de la fuerza, pero no es posible, Bella, y no puedo perder a Jasper de ese modo.

Entendн por quй sus ojos imploraban que la entendiera. Estaba protegiendo a Jasper a nuestra costa y quizбs tambiйn a la de Edward, pero la comprendнa, y no pensй mal de ella. Asentн.

—Una cosa —le preguntй—, їno puede oнrte Edward? їNo se va a enterar de que sigo viva en cuanto escuche tus pensamientos y, por tanto, de que no tiene sentido seguir con esto?

En cualquier caso no tenнa sentido, no existнa ninguna justificaciуn. Seguнa sin ser capaz de creer que Edward pudiera reaccionar de esa manera. ЎNo tenнa ni pies ni cabeza! Recordй con dolorosa claridad aquel dнa en el sofб, mientras contemplбbamos cуmo Romeo y Julieta se mataban el uno al otro. No estaba dispuesto a vivir sin ti, habнa afirmado como si eso fuera la conclusiуn mбs evidente del mundo. Y sin embargo, en el bosque, al plantarme, habнa hablado con convicciуn cuando me hizo saber que no sentнa nada por mн...

—Puede... si es que estб a la escucha —me explicу Alice—; y ademбs, lo creas o no, es posible mentir con el pensamiento. Si tъ hubieras muerto y aun asн yo quisiera detenerle, estarнa pensando con toda la intensidad posible «estб viva, estб viva», y йl lo sabe.

Enmudecн de frustraciуn y me rechinaron los dientes.

—No te hubiera puesto en peligro si existiera alguna forma de conseguirlo sin ti, Bella. Esto estб muy mal por mi parte.

—No seas tonta. Mi persona es lo ъltimo por lo que debes preocuparte —sacudн la cabeza con impaciencia—. Explнcame a quй te referнas con lo de mentir a Jasper.

Esbozу una sonrisa macabra.

—Le prometн que me irнa de la ciudad antes de que me mataran a mн tambiйn. Eso es algo que no puedo garantizar ni por asomo... —enarcу las cejas como si deseara que me tomara mбs en serio el peligro.

—їQuiйnes son los Vulturis? —inquirн en un susurro—. їQuй los hace muchнsimo mбs peligrosos que Emmett, Jasper, Rosalie y tъ?

Resultaba difнcil concebir algo mбs aterrador que eso.

Ella respirу hondo y luego, de repente, dirigiу una oscura mirada por encima de mis hombros. Me girй a tiempo de ver cуmo el hombre del asiento que habнa al otro lado del pasillo desviaba la vista, parecнa que nos hubiera estado escuchando de tapadillo. Tenнa pinta de ser un hombre de negocios. Vestнa traje oscuro y corbata grande, y sostenнa un portбtil encima de las rodillas. Levantу la tapa del ordenador y se puso unos cascos de forma ostensible mientras yo le miraba con irritaciуn.


Дата добавления: 2015-10-30; просмотров: 127 | Нарушение авторских прав


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