Читайте также:
|
|
—Un segundito —dijo Jacob cuando llegamos a la puerta. Se encaminу a toda prisa al puesto de venta de palomitas y le preguntу a la dependienta:
—їPodrнa darme un cartucho vacнo de palomitas?
La chica mirу a Mike una sola vez y le entregу uno enseguida.
—Llйvelo fuera cuanto antes, por favor —suplicу.
Obviamente, ella debнa de ser la encargada de limpiar el suelo.
Arrastrй a Mike hasta la frнa humedad de la noche. Respirу hondo. Jacob estaba detrбs de nosotros y me ayudу a meter a Mike en la parte posterior del coche; le dedicу una mirada severa cuando le entregу el cartucho.
—Por favor —se limitу a decirle.
Bajamos los cristales de las ventanillas para dejar que el frнo aire nocturno entrara en el coche, ya que albergбbamos la esperanza de que eso ayudara a Mike. Enrosquй los brazos alrededor de mi cuerpo para mantenerme caliente.
—їTienes frнo otra vez? —preguntу Jacob, que me rodeу con el brazo antes de que pudiera responderle.
—їTъ no?
Negу con la cabeza.
—Debes de tener fiebre o algo asн —refunfuсй. Estaba helando. Le toquй la frente con los dedos y tenнa la cabeza caliente.
—Vaya, Jake... ЎEstбs ardiendo!
—Me siento bien —se encogiу de hombros—. Estoy sano como un roble.
Torcн el gesto y le volvн a tocar la cabeza. La piel ardнa al contacto con mis dedos.
—Tienes las manos heladas —se quejу.
—Tal vez sea yo —admitн.
Mike gimiу en el asiento de atrбs y vomitу en el cubo. Hice una mueca de asco. Esperaba que mi estуmago aguantara el sonido y el hedor. Jacob mirу con ansiedad a su espalda para cerciorarse de que Mike no habнa «mancillado» su coche.
El viaje de vuelta se hizo mбs largo.
Jacob permaneciу en silencio y pensativo. Su brazo me rodeaba y, con el viento que soplaba, lo agradecн, ya que asн conservaba el calor.
Mantuve la mirada fija en el parabrisas, consumida por una inmensa culpa.
Era un gran error alentar a Jacob. Puro egoнsmo. No importaba lo mucho que intentara dejarle clara mi posiciуn, no lo habнa hecho lo bastante bien si йl guardaba alguna esperanza de que aquello pudiera acabar en otra cosa que no fuera una amistad.
їCуmo se lo podнa explicar para que lo entendiera? Yo era una cбscara vacнa. Habнa estado completamente huera, como una casa desocupada —y declarada en ruinas—, durante meses. Ahora habнa mejorado un poco. El salуn estaba en mejor estado, pero eso era todo, sуlo una pequeсa habitaciуn. Йl se merecнa algo mejor que eso, mejor que una casa con una sola habitaciуn, en ruinas y a precio de saldo.
De alguna manera, sabнa que no le iba a alejar de mн. Le necesitaba demasiado, aunque fuera egoнsta por mi parte. Tal vez podнa mostrarle con mayor claridad mi postura para que me dejara en paz. La idea me hizo estremecer y Jacob me estrechу con mбs fuerza.
Llevй a Mike a casa en su coche mientras Jacob seguнa al Suburban para acercarme despuйs a la mнa. Durante el trayecto de vuelta estuvo inusualmente callado, y me preguntй si estarнa pensando lo mismo que yo. Puede que estuviera cambiando de idea.
—Me autoinvitarнa a entrar, en vista de que hemos llegado pronto —dijo en cuanto frenamos junto a mi vehнculo—, pero creo que tal vez tengas razуn sobre lo de la fiebre. Empiezo a sentirme un poco... extraсo.
—Ay, no, Ўtъ tambiйn! їQuieres que te lleve a casa?
—No —sacudiу la cabeza con el ceсo fruncido—. Aъn no me siento enfermo, sуlo... mal. Si tengo que acercarme al arcйn y parar, lo harй.
—їMe llamarбs en cuanto llegues? —le preguntй con ansiedad.
—Claro que sн.
Arrugу la frente y mirу fijamente la oscuridad sin dejar de morderse el labio.
Abrн la puerta para salir, pero me agarrу suavemente por la muсeca y me retuvo. Volvн a notar su piel candente sobre la mнa.
—їQuй ocurre, Jake?
—Hay algo que quiero decirte, Bella, pero me parece que va a sonar un tanto cursi.
Suspirй. Aquello iba a ser mбs de lo mismo, igual que en el cine.
—Adelante.
—Es sуlo esto: sй lo infeliz que eres y que tal vez esto no te ayude en nada, pero quiero que sepas que siempre estarй aquн. No voy a dejarte caer, te prometo que siempre podrбs contar conmigo. Guau, sн que suena cursi. Pero lo sabes, їno? їSabes que nunca jamбs te voy a hacer daсo?
—Sн, Jake. Lo sй, y ya cuento contigo, probablemente mбs de lo que piensas.
La sonrisa rota se extendiу por su rostro como un amanecer grabado a fuego en las nubes. Quise cortarme la lengua. No le habнa dicho ninguna mentira, pero deberнa haberlo hecho. La verdad era un error que le iba a hacer daсo. Yo deberнa desanimarle.
Una expresiуn extraсa cruzу por su rostro, y dijo:
—Creo que serб mejor que me vaya a casa, de verdad.
Salн del coche a toda prisa.
—ЎLlбmame! —gritй mientras se alejaba.
Observй cуmo se iba. Al menos, parecнa mantener el control del vehнculo. Mantuve la vista fija en la calle vacнa despuйs de que se hubo marchado y me sentн un poco mal, pero no por una razуn fнsica.
ЎCuбnto me hubiera gustado que Jacob Black hubiera sido mi hermano! Un hermano de carne y hueso, de modo que pudiera tener cierto derecho sobre йl y verme libre de todo remordimiento. Dios sabнa que nunca habнa pretendido aprovecharme de Jacob, pero no pude evitar pensar que la culpa que sentнa en ese momento querнa decir que lo habнa hecho.
Mбs aъn, jamбs habнa tenido intenciуn de quererle. Habнa una cosa que sabнa a ciencia cierta, lo sabнa en el fondo del estуmago y en el tuйtano de los huesos, lo sabнa de la cabeza a los pies, lo sabнa en la hondura de mi pecho vacнo... El amor concede a los demбs el poder para destruirte.
A mн me habнan roto mбs allб de toda esperanza.
Pero yo necesitaba a Jacob, le necesitaba como si fuera una droga. Le habнa usado como una muleta durante demasiado tiempo, y ahora estaba mбs enganchada de lo que habнa planeado volver a estar con nadie. No soportaba la idea de hacerle daсo ni tampoco podнa impedirlo. Йl pensaba que el tiempo y la paciencia me cambiarнan, y yo sabнa que, a pesar de que era un error total, le iba a dejar intentarlo.
Era mi mejor amigo. Siempre iba quererle, pero eso nunca jamбs iba a bastar.
Entrй en la casa para sentarme junto al telйfono y morderme las uсas.
—їYa ha terminado la pelнcula? —preguntу Charlie, sorprendido al verme entrar. Estaba tumbado en el suelo, a treinta centнmetros de la tele. Debнa de ser un partido apasionante.
—Mike se puso enfermo —le expliquй—. Algъn tipo de gripe estomacal.
—їY tъ estбs bien?
—Por ahora me siento bien —contestй con reservas. Habнa estado claramente expuesta.
Me apoyй sobre la encimera, con las manos a centнmetros del telйfono, e intentй esperar pacientemente. Pensй en la extraсa expresiуn del rostro de Jacob antes de que se marchara y empecй a tamborilear con los dedos. Debнa de haber insistido en llevarle a casa.
Observй cуmo avanzaban las manecillas de los minutos en el reloj. Diez. Quince. No se tardaba mбs de un cuarto de hora en llegar incluso aunque hubiera estado yo al volante, y Jacob conducнa mucho mбs deprisa. Dieciocho minutos. Descolguй y marquй.
Sonу una y otra vez. Tal vez Billy estuviera durmiendo. Tal vez habнa marcado mal. Volvн a intentarlo.
Billy respondiу a la octava llamada, justo cuando estaba a punto de colgar.
—їDiga? —contestу con voz cautelosa, como si esperase malas noticias.
—Billy, soy yo, Bella. їAъn no ha llegado Jake a casa? Se marchу hace casi veinte minutos.
—Estб aquн —respondiу con tono apagado.
—Se suponнa que iba a llamarme —me enfadй un poco—. Se estaba poniendo malo cuando se fue, y me preocupaba.
—Estaba... demasiado enfermo para telefonear. Ahora mismo no se encuentra muy bien —Billy parecнa frнo. Comprendн que debнa de querer estar con Jacob.
—Si necesitбis cualquier cosa, dнmelo —me ofrecн. Pensй en Billy, pegado a la silla, y en Jake teniendo que arreglбrselas solo—. Podrнa bajar...
—No, no —repuso Billy rбpidamente—. Estamos bien. Quйdate en casa.
La forma en que lo dijo resultу bastante antipбtica.
—De acuerdo —aceptй.
—Adiуs, Bella.
La lнnea se cortу.
—Adiуs —murmurй.
Bueno, al menos habнa llegado a casa. Por extraсo que parezca, no me sentн menos preocupada. Subн con dificultad las escaleras, poniйndome neurуtica perdida. Tal vez pudiera bajar a echarle un vistazo maсana antes del trabajo. Y llevarles sopa. Debнamos de tener una lata de Campbell por algъn sitio.
Comprendн que todos aquellos planes habнan quedado cancelados cuando me despertй de madrugada —el reloj marcaba las cuatro y media de la maсana— y tuve que echar a correr hacia el baсo. Charlie me encontrу allн media hora despuйs, tumbada sobre el suelo, con la mejilla pegada al frнo borde de la baсera.
Me mirу durante un buen rato y al final dijo:
—Gripe estomacal.
—Sн —gemн.
—їNecesitas algo? —preguntу.
—Telefonea a los Newton por mн —le ordenй con voz ronca—. Explнcales que tengo lo mismo que Mike y que hoy no voy a poder ir. Diles que lo siento.
—Claro, sin problemas —me asegurу Charlie.
Pasй el resto del dнa en el suelo del baсo. Dormн unas pocas horas con la cabeza apoyada sobre una toalla doblada. Charlie se quejу de que debнa ir a trabajar, pero creo que sуlo querнa entrar en el baсo. Dejу en el suelo, a mi alcance, un vaso de agua para que no me deshidratara.
Me despertй cuando volviу a casa. Pude ver que en mi habitaciуn reinaba la oscuridad, ya habнa anochecido. Oн sus fuertes pisadas mientras йl subнa las escaleras para ver cуmo estaba.
—їSigues viva?
—Algo parecido —contestй.
—їQuieres algo?
—No, gracias.
Vacilу. Estaba fuera de su elemento de todas todas.
—Vale, pues —dijo antes de volver a bajar a la cocina.
Oн sonar el telйfono a los pocos minutos. Charlie hablу con alguien en voz baja durante unos momentos y luego colgу. Gritу desde abajo para que le oyera:
—Mike se encuentra mejor.
Bueno, eso resultaba esperanzador. Sуlo habнa enfermado unas ocho horas antes que yo. Ocho horas mбs. La idea me provocу un retortijуn de estуmago. Apartй la toalla y me inclinй sobre el inodoro.
Volvн a dormirme encima de la toalla, pero estaba en mi cama cuando me despertй, y la luz del exterior entraba en mi habitaciуn por la ventana. No recordaba haberme movido, por lo que Charlie debнa de haberme trasladado hasta allн. Tambiйn habнa puesto el vaso de agua encima de la mesilla. Estaba muerta de sed. Lo vaciй de un trago, aunque tenнa ese sabor extraсo del agua que lleva en el vaso toda la noche.
Me incorporй lentamente para no provocar otro ataque de nбuseas. Estaba dйbil y tenнa mal sabor de boca, pero mi estуmago se encontraba bien. Mirй el despertador.
Mis veinticuatro horas habнan concluido.
No forcй las cosas y no desayunй nada mбs que galletas. Charlie parecнa muy aliviado de verme recuperada.
Telefoneй a Jacob en cuanto estuve segura de no tener que pasar otro dнa en el suelo del baсo.
Fue el propio Jacob quien me contestу, pero supe que aъn no se habнa recobrado nada mбs oнr su contestaciуn.
—їDiga?
Tenнa la voz cascada, rota.
—Ay, Jake —rezonguй con compasiуn—. ЎQuй mala voz...!
—Me encuentro fatal... —susurrу.
—Cuбnto siento haberte hecho salir conmigo. Te he fastidiado.
—Estoy contento de haber ido —su voz seguнa siendo un susurro—. No te eches la culpa, no la tienes.
—Enseguida te vas a poner bien —le prometн—. Yo ya me sentнa bien esta maсana, al despertar.
—їEstabas enferma? —preguntу con voz dйbil.
—Sн, yo tambiйn la pillй, pero ahora me encuentro bien...
—Eso es estupendo —contestу con voz apagada.
—... asн que probablemente estarбs bien en cuestiуn de horas —le animй.
Su respuesta apenas fue audible.
—Dudo que tenga lo mismo que tъ.
—їNo tienes una gripe estomacal? —le preguntй, confusa.
—No, esto es algo mбs.
—їQuй es lo que te duele?
—Todo —susurrу—, todo el cuerpo.
El dolor era casi tangible en su voz.
—їQuй puedo hacer, Jake? їQuй te puedo llevar?
—Nada. No puedes venir —se mostrу abrupto. Me recordу a Billy la otra noche.
—Ya he estado expuesta a lo que sea que tengas —puntualicй.
Me ignorу.
—Yo te llamarй en cuanto me sea posible. Te avisarй de cuбndo puedes volver a venir.
—Jacob...
—He de irme —dijo con repentino apremio.
—Llбmame cuando te encuentres mejor.
—De acuerdo —aceptу con una voz que tenнa un cierto deje de amargura.
Permaneciу en silencio durante un momento. Esperй a que se despidiera, pero йl tambiйn esperу.
—Te verй pronto —dije al fin.
—Espera a que te llame —repitiу.
—Vale... Adiуs, Jacob.
—Bella...
Susurrу mi nombre y luego colgу el telйfono.
El prado
Jacob no llamу.
Billy contestу la primera vez que telefoneй y me dijo que Jake seguнa en cama. Me entrometн al preguntarle —para asegurarme— si le habнa llevado al mйdico. Me contestу que sн, pero, por algъn motivo, no obtuve una respuesta concreta y la verdad es que no le creн. Llamй a diario varias veces durante los dos dнas siguientes, pero no me contestу nadie.
El sбbado decidн ir a verle sin la maldita invitaciуn, pero la casita roja estaba vacнa. Aquello me asustу... їEstaba Jacob tan enfermo que habнa sido necesario ingresarlo? Me detuve en el hospital de camino a casa, pero la enfermera de recepciуn me dijo que no habнan estado ni Jacob ni Billy.
Hice que Charlie llamara a Harry Clearwater en cuanto volviу del trabajo. Esperй con ansiedad mientras charlaba con su viejo amigo. La conversaciуn parecнa prolongarse sin que se mencionara siquiera a Jacob. Al parecer, era el propio Harry quien habнa estado en el hospital para someterse a unas pruebas cardiacas. La frente de Charlie se poblу de arrugas, pero Harry le restу importancia y se burlу de йl hasta que Charlie volviу a reнr. Sуlo entonces preguntу por Jacob, y la conversaciуn por su parte no me dio demasiadas pistas, ъnicamente un montуn de sнes y varios «hum». Tamborileй con los dedos sobre la encimera de la cocina hasta que puso su mano sobre la mнa para detenerme.
Al final, colgу el auricular y se volviу hacia mн.
—Harry dice que ha habido mбs de un problema con las lнneas telefуnicas y por eso no has podido contactar. Billy le ha llevado al mйdico local y al parecer tiene una infecciуn vнrica, mononucleosis. Estб realmente cansado y Billy ha dicho que nada de visitas —me informу.
—їNada de visitas? —inquirн atуnita.
Charlie enarcу una ceja.
—No empieces a ponerte plasta, Bella. Billy sabe lo que le conviene a Jake. Muy pronto estarб en pie y por aquн. Sй paciente.
No presionй mбs. Charlie estaba inquieto por Harry. Obviamente, aquello era lo importante, y no le iba a fastidiar con mis nimias preocupaciones. En vez de eso, me dirigн a mi habitaciуn como una flecha, encendн el ordenador y me conectй. Naveguй hasta encontrar un sitio web mйdico on line e introduje el tйrmino «mononucleosis» en el campo de bъsqueda.
Todo lo que supe sobre ello es que se suponнa que se transmitнa con el beso, lo cual era a todas luces imposible en el caso de Jake. Leн rбpidamente los sнntomas... Tenнa la fiebre, sin duda, pero їy el resto? No padecнa una gran irritaciуn de garganta ni estaba fatigado ni sufrнa jaquecas, al menos no antes de volver a casa despuйs del cine. Йl mismo habнa dicho que estaba «como un roble». їDe verdad podнa haber desarrollado los sнntomas tan deprisa? El artнculo parecнa indicar que la irritaciуn era lo primero en aparecer...
Mirй fijamente la pantalla del ordenador y me preguntй cuбl era la razуn exacta por la que estaba haciendo aquello. їPor quй me mostraba tan... desconfiada? їPor quй iba a mentirle Billy a Harry?
Probablemente me estaba comportando como una tonta. Sуlo estaba preocupada y, siendo sincera, tambiйn bastante asustada porque no me permitieran ver a Jacob... Eso me ponнa nerviosa.
Seguн leyendo en diagonal el resto del artнculo en busca de mбs informaciуn, pero me detuve al llegar a la parte en que decнa que la mononucleosis podнa llegar a durar mбs de un mes.
їUn mes? Me quedй boquiabierta.
Billy no podнa imponer su voluntad a las visitas tanto tiempo. Por supuesto que no. Jake se iba a volver loco si estaba tanto tiempo tirado en la cama sin hablar con nadie.
De todos modos, їde quй tenнa miedo Billy? El artнculo especificaba que un enfermo de mononucleosis debнa evitar la actividad fнsica, pero no decнa nada de visitas. La enfermedad no era muy infecciosa.
Resolvн que iba a darle a Billy una semana antes de ponerme avasalladora. Una semana era un plazo bien generoso.
La semana se me hizo larga. El miйrcoles ya no estaba segura de conseguir mantenerme viva hasta el sбbado.
Aunque habнa decidido dejar solos a Billy y Jacob durante siete dнas, no habнa creнdo de verdad que Jacob estuviera de acuerdo con la norma impuesta por Billy. Todos los dнas corrнa al telйfono para revisar los mensajes del contestador. No hubo ninguno.
Hice trampas en tres ocasiones e intentй llamarle, pero las lнneas telefуnicas seguнan sin funcionar.
Me encontraba muy, muy, muy sola. Demasiado. Al estar privada de la compaснa de Jacob, de la adrenalina y de las distracciones, se me empezу a echar encima todo lo que habнa estado reprimiendo. Los sueсos volvieron a castigarme con saсa. No veнa el final, sуlo aquella horrible vacuidad, la mitad del tiempo en el bosque, la otra mitad en un mar de helechos donde la casa blanca ya no existнa. En ocasiones, Sam Uley estaba en el bosque y me vigilaba otra vez. No le prestй atenciуn, ya que no hallaba ningъn consuelo en su presencia, no me hacнa sentirme menos sola. Eso no impedнa que me despertara gritando una noche tras otra.
La brecha de mi pecho estaba peor que nunca. Me habнa creнdo capaz de tenerla bajo control, pero me encorvaba sobre ella dнa tras dнa, apretando los bordes y jadeando en busca de aire.
Sola no me manejaba bien.
Sentн un alivio mбs allб de toda medida la maсana en que me despertй —entre gritos, por supuesto— y recordй que ya era sбbado. Hoy iba a llamar a Jacob e irнa a La Push si no funcionaban las lнneas de telйfono. De un modo u otro, serнa un dнa mejor que cualquier otro de la ъltima semana de soledad.
Marquй el nъmero y aguardй sin grandes esperanzas. Estaba desprevenida cuando Billy contestу a la segunda llamada:
—їDiga?
—Eh, oh, vaya. ЎEl telйfono vuelve a funcionar! Hola, Billy. Soy Bella. Sуlo llamaba para saber cуmo se encuentra Jacob. їHa mejorado como para recibir visitas? Estaba pensando en dejarme caer por allн...
—Lo siento, Bella —me interrumpiу Billy; me preguntй si estaba viendo la tele, ya que parecнa distraнdo—. No estб.
—Ah —necesitй un segundo para asimilarlo—. Entonces, їse encuentra mejor?
—Sн —Billy vacilу durante un instante que se hizo eterno—. Resultу que al final, despuйs de todo, no era mononucleosis, sino algъn otro virus.
—їAh, sн? їY dуnde estб...?
—Se ha ido con los chicos a dar una vuelta en Port Angeles... Creo que iban a ver un programa doble o algo asн. Se ha marchado para todo el dнa.
—Bueno, quй alivio. He estado tan preocupada... Me alegra mucho saber que se ha recuperado bastante como para salir.
Mi voz sonaba terriblemente falsa y empeorу hasta que terminй farfullando.
Jacob se encontraba mejor, pero no lo bastante para llamarme. Se habнa ido con sus amigos y yo estaba sentada en casa, echбndole mбs de menos a cada hora que pasaba. Me sentнa sola, aburrida, preocupada, herida... Y ahora, tambiйn desolada al comprender que la semana que habнamos estado separados no habнa tenido el mismo efecto sobre йl.
—їQuerнas algo en particular? —preguntу Billy con amabilidad.
—No, en realidad, no.
—Bueno, le dirй que has llamado —me prometiу—. Adiуs, Bella.
—Adiуs —contestй, pero ya habнa colgado.
Permanecн durante un momento con el telйfono en la mano.
Jacob debнa de haber cambiado de idea, tal y como yo temнa. Iba a aceptar mi consejo y no desperdiciar su tiempo con alguien que no podнa corresponder a sus sentimientos. Notй que la sangre huнa de mi rostro.
—їAlgo va mal? —me preguntу Charlie mientras bajaba las escaleras.
—No —mentн mientras colgaba el auricular—. Billy dice que Jacob se encuentra mejor. No era mononucleosis. Eso es estupendo.
—їVa a venir йl aquн o vas a ir tъ allн? —preguntу distraнdamente mientras comenzaba a rebuscar por la nevera.
—Ninguna de las dos cosas —admitн—. Se ha marchado con otros amigos.
Al final, el tono de mi voz le llamу la atenciуn. Charlie alzу los ojos y me mirу con repentina alarma. Se quedу inmуvil, con el paquete de lonchas de queso en la mano.
—їNo es un poco pronto para el almuerzo? —preguntй con toda la despreocupaciуn de la que fui capaz en un intento de distraerle.
—No, sуlo estoy guardando algo para llevarme al rнo...
—Ah, їte vas a pescar hoy?
—Bueno, me ha llamado Harry y no estб lloviendo... —habнa apilado un montуn de comida mientras hablaba. De repente, alzу los ojos de nuevo, como si hubiera comprendido algo—. Oye, їquieres que me quede contigo ahora que Jake estб fuera?
—No importa, papб —le respondн, esforzбndome por sonar indiferente—. Los peces pican mбs cuando hace buen tiempo.
Me mirу fijamente con la indecisiуn grabada en el semblante. Sabнa que se preocupaba, que temнa dejarme sola en el caso de que volviera a ponerme depresiva otra vez.
—Lo digo de verdad, papб —rбpidamente inventй una mentirijilla, ya que preferнa estar sola a tenerle todo el dнa mirбndome—: Creo que voy a llamar a Jessica. Tenemos que estudiar para un examen de Cбlculo y su ayuda me vendrнa muy bien.
En parte era cierto, pero de todos modos iba a tener que resolverlo sin su ayuda.
—Es una gran idea. Has pasado mucho tiempo con Jacob y tus otros amigos van a pensar que te has olvidado de ellos.
Sonreн y asentн como si me importara algo lo que pensara el resto de mis amigos.
Charlie comenzу a caminar, pero de pronto dio media vuelta con expresiуn preocupada.
—Pero vas a estudiar aquн, en casa, o en la de Jess, їverdad?
—Claro, їdуnde, si no?
—Bueno es sуlo que, como ya te dije, quiero que te andes con cuidado y procures evitar los bosques.
Estaba tan distraнda que me costу un minuto comprenderle.
—їMбs problemas con los osos?
Charlie asintiу con cara de pocos amigos.
—Hay un montaсero perdido... Los guardias forestales encontraron su campamento a primera hora de la maсana, pero no hay seсales de йl por ninguna parte. Hay algunas huellas realmente grandes de animales... Por supuesto, pudieron haber acudido despuйs al olor de la comida... De todos modos, ahora estбn tendiendo trampas por allн.
—Ah —repuse distraнdamente.
En realidad, no escuchaba sus advertencias. Me alteraba mucho mбs la situaciуn con Jacob que la posibilidad de que me mordiera un oso.
Me alegraba de que Charlie tuviera prisa. No iba a esperar a que llamara a Jessica, por lo que no tendrнa que seguir adelante con la charada. Realicй todos los movimientos apropiados, incluso recoger los libros del instituto sobre la mesa de la cocina para guardarlos en mi bolsa, y eso, probablemente, ya fue demasiado. Charlie hubiera sospechado de no haber estado deseando irse a pescar.
Estaba tan ocupada fingiendo hacer cosas que el cruel vacнo del dнa que me aguardaba por delante se me vino encima una vez que se hubo ido. Decidн que no me iba a quedar en casa despuйs de contemplar durante dos minutos el silencioso telйfono de la cocina. Considerй mis opciones.
No iba a llamar a Jessica. Hasta donde sabнa, se habнa pasado al lado oscuro.
Podнa ir en coche hasta La Push y recoger la moto, una idea atrayente de no ser por un problema insignificante: їquiйn me iba a llevar a urgencias luego, cuando lo necesitara?
O... ya tenнa nuestro mapa y la brъjula en el coche. Estaba casi segura de haber comprendido el mйtodo lo bastante bien como para no perderme. Tal vez hoy pudiera descartar un par de lнneas y despejar el programa para cuando Jacob decidiera volver a honrarme con su presencia. Me negaba a pensar cuбnto tiempo podнa pasar, o si iba a ser para siempre...
Sentн una punzada de culpabilidad al comprender cуmo le iba a sentar aquello a Charlie, pero la ignorй. Hoy no me podнa volver a quedar en casa.
A los pocos minutos me encontraba en el ya conocido y embarrado camino que llevaba a ningъn sitio en particular. Conducнa con las ventanillas bajadas todo lo deprisa que era razonable para mi vehнculo mientras disfrutaba del viento sobre mi rostro. El dнa estaba nublado, pero casi seco, un tiempo realmente bueno en el caso de Forks.
Necesitй mбs tiempo para ponerme en marcha del que hubiera invertido de haber estado con Jacob. Despuйs de aparcar en el lugar de costumbre, tuve que estudiar la aguja de la brъjula y las marcas del mapa —ahora gastado— durante un cuarto de hora largo. Me adentrй en los bosques una vez que estuve razonablemente segura de seguir la lнnea correcta de las coordenadas.
El bosque era un hervidero de vida ese dнa, ya que todas las pequeсas criaturas habнan salido a disfrutar de la momentбnea sequedad. No sabнa la razуn, pero el lugar tenнa un aspecto mбs siniestro que otros dнas a pesar de los silbos y graznidos de los pбjaros, el zumbido de los insectos alrededor de mi cabeza y el ocasional correteo de los ratones entre los arbustos. Me recordaba a mi mбs reciente pesadilla. Sabнa que eso se debнa ъnicamente al hecho de que estaba sola y echaba de menos el despreocupado silbido de Jacob y el sonido de otro par de pies por el suelo hъmedo.
Cuanto mбs me adentraba en el bosque, mayor era el desasosiego. Respirar comenzу a ser difнcil, no a causa del ejercicio, sino porque volvн a tener problemas con el estъpido agujero del pecho. Mantuve los brazos pegados al torso e intentй desterrar la pena de mi mente. Estuve a punto de volverme, pero me repateaba desperdiciar el esfuerzo ya realizado.
El ritmo de las pisadas anestesiу el dolor y me insensibilizу frente a mis pensamientos mientras seguнa caminando a duras penas. Al final, logrй acompasar la respiraciуn y me alegrй de haber perseverado. Esto de andar campo a travйs se me empezaba a dar mejor. Podнa jurar que iba mбs deprisa.
Hasta ese momento no me habнa dado verdadera cuenta de lo mucho que habнa avanzado. Debнa de haber cubierto algo mбs de seis kilуmetros sin que todavнa hubiera empezado a buscar por los alrededores, y entonces, con una brusquedad que me desorientу, crucй bajo el arco formado por dos arces para —abriйndome paso entre los helechos, que me llegaban hasta el pecho— entrar en el prado.
Estuve segura de que se trataba del mismo lugar al primer golpe de vista. Jamбs habнa visto un claro tan simйtrico, con una redondez tan perfecta, como si alguien hubiera arrancado a propуsito los бrboles —sin dejar evidencia alguna de tal violencia en la ondeante hierba— para crear un cнrculo impecable. Por el este se oнa el suave borboteo del arroyo.
El lugar no resultaba tan apabullante sin la luz del sol, pero seguнa siendo sereno y muy hermoso. Era una mala estaciуn para las flores silvestres y el suelo rebosaba una densa hierba muy alta que se balanceaba al soplo de la brisa como si fueran las olas de un lago.
Se trataba del mismo lugar... Pero no, allн no estaba lo que habнa ido a buscar.
El desencanto fue casi tan inmediato como el reconocimiento. Me dejй caer de rodillas allн mismo, al borde del claro, y empecй a respirar entrecortadamente.
їPara quй ir mбs lejos? Nada me retenнa allн, nada, salvo los recuerdos que podнa invocar cuando quisiera —siempre que estuviera dispuesta a soportar el correspondiente dolor—, y la pena que ahora me embargaba me habнa dejado helada. Aquel sitio no tenнa nada de especial sin йl. No estaba del todo segura de quй esperaba sentir allн, pero el prado carecнa de atmуsfera, estaba vacнo, como todo lo demбs. Sуlo se parecнa a mis pesadillas. La cabeza me empezу a dar vueltas vertiginosamente.
Al menos habнa acudido sola. Me invadiу una oleada de alivio en cuanto me percatй de ello. Si hubiera descubierto el prado en compaснa de Jacob, bueno, no hubiera habido forma de disimular el abismo en el que ahora me hallaba sumida. їCуmo le hubiera podido explicar aquella forma de caerme en pedazos o el hecho de haberme aovillado en el suelo para evitar que el hueco del pecho me desgajara? Preferнa no haber tenido pъblico...
... y tampoco tener que explicar a nadie por quй me habнa entrado esa prisa por irme. Despuйs de haber salvado tantos problemas para localizar aquel estъpido claro, Jacob hubiera asumido que me apetecнa pasar en йl algo mбs que unos pocos segundos; pero yo ya estaba intentando hacer el acopio de fuerzas suficiente para ponerme en pie —despuйs de que pudiera salir de la posiciуn que habнa adoptado— y huir. Habнa demasiado dolor en aquel lugar vacнo para poderlo soportar. Me irнa a rastras si fuera preciso.
Дата добавления: 2015-10-30; просмотров: 118 | Нарушение авторских прав
<== предыдущая страница | | | следующая страница ==> |
Tres son multitud 11 страница | | | Tres son multitud 13 страница |