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Tres son multitud 11 страница

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Como siempre, Jacob estaba dispuesto a lo que yo quisiera sin importar lo extraсo que fuera, por lo que el sбbado por la tarde me embutн mis nuevas botas de montaсa, que me habнa comprado esa misma maсana aprovechando por primera vez el descuento del veinte por ciento, y luego agarrй mi mapa topogrбfico de la penнnsula de Olympic y conduje hasta La Push.

No salimos inmediatamente; primero porque Jacob estaba tirado en el suelo del salуn, ocupando todo el espacio y, durante al menos veinte minutos, se dedicу a trazar una complicada red sobre la secciуn que nos interesaba del mapa mientras yo me sentaba en la silla de la cocina a hablar con Billy, que no mostrу interйs alguno en nuestra supuesta excursiуn. Me sorprendiу que Jacob le hubiera contado adуnde нbamos, teniendo en cuenta el jaleo que estaba montando la gente con los avistamientos de osos. Me hubiera gustado decirle a Billy que no se lo comentase a Charlie, pero me temнa que pedirlo hubiera tenido el efecto contrario.

—Ojalб veamos al sъper oso —bromeу Jacob, con los ojos fijos en su dibujo.

Lancй una mirada rбpida a Billy, esperando que reaccionara al estilo de Charlie.

Pero Billy se limitу a sonreнr a su hijo.

—Quizбs deberнas llevarte un tarro de miel, sуlo por si las moscas.

Jake se riу entre dientes.

—Espero que tus botas nuevas sean rбpidas, Bella. Un tarro pequeсo no va a mantener ocupado a un oso hambriento durante mucho tiempo.

—Sуlo tengo que ser mбs rбpida que tъ.

—ЎPues vas a necesitar suerte! —dijo Jacob, levantando los ojos al cielo mientras doblaba el mapa—. Vamos.

—Pasбoslo bien —mascullу Billy al tiempo que se impulsaba en direcciуn al frigorнfico.

Charlie no era una persona complicada para convivir, pero me dio la impresiуn de que Jacob incluso lo tenнa aъn mбs fбcil.

Condujimos hasta el final de la carretera polvorienta y nos paramos justo donde estaba el cartel que indicaba el comienzo del sendero. Habнa pasado mucho tiempo desde que estuve allн y se me hizo un nudo en el estуmago a causa de los nervios. Esto podrнa convertirse en algo realmente malo, pero quizбs mereciera la pena, si conseguнa volver a oнrle.

Salimos y mirй hacia la densa masa de verdor.

—Yo irй por este camino —murmurй, seсalando justo hacia delante.

—Mmm —murmurу Jake.

—їQuй?

Йl mirу en la direcciуn que yo habнa seсalado, despuйs volviу la vista hacia la pista claramente marcada y otra vez al camino.

—Deberнa haber supuesto que eres de la clase de chicas a las que les gustan los caminos.

—Pues no —sonreн dйbilmente—. Soy una rebelde.

Se riу y despuйs desplegу el mapa.

—Concйdeme un momento —sostuvo la brъjula con pericia a la vez que giraba el mapa hasta tomar el бngulo deseado.

—De acuerdo, es la primera lнnea de las coordenadas. Vamos a seguirla.

No cabнa duda de que demoraba el paso de Jacob, pero йste no protestу. Intentй no pensar demasiado en mi ъltima excursiуn a travйs de esa parte del bosque, con una compaснa tan distinta. Los recuerdos normales todavнa eran peligrosos para mн. Si me permitнa sumergirme en ellos, terminarнa con los brazos cruzados sobre el pecho, luchando por respirar y a ver cуmo le iba a explicar eso a Jacob.

No me costу tanto como pensaba el mantenerme concentrada en el presente. El bosque se parecнa mucho a cualquier otra parte de la penнnsula y Jacob le daba a todo un sello personal muy diferente.

Iba silbando alegremente una melodнa que yo no conocнa mientras movнa los brazos de un lado para otro y se deslizaba con facilidad a travйs de la бspera maleza. Las sombras no me parecieron tan oscuras como siempre. No, acompaсada por mi sol personal.

Jacob miraba la brъjula cada pocos minutos para comprobar que seguнamos la primera lнnea de sus coordenadas. Realmente parecнa que sabнa lo que se traнa entre manos. Estuve a punto de felicitarle por ello, pero me contuve. Sin duda, hubiera sido una excusa perfecta para aсadirse otros cuantos aсos a su edad, mбs que inflada.

Mi mente vagaba mientras caminaba y comencй a sentir curiosidad. No habнa olvidado la conversaciуn que mantuvimos al lado de los acantilados y esperaba que йl volviera a sacarla, aunque no parecнa que eso fuera a suceder.

—Esto..., їJake? —preguntй, vacilante.

—їSн?

—їQuй tal van las cosas con Embry? їHa vuelto ya a la normalidad?

Jacob permaneciу en silencio durante un minuto, todavнa andando a largas zancadas. Cuando ya iba casi tres metros por delante, se parу a esperarme.

—No, no ha vuelto a la normalidad —contestу mientras le alcanzaba, con las comisuras de la boca inclinadas hacia abajo. No echу a andar de nuevo, asн que lamentй inmediatamente haber sacado el tema.

—Todavнa sigue con Sam.

—Vaya.

Me pasу el brazo por los hombros y parecнa tan preocupado que no intentй sacбrmelo de encima como quien no quiere la cosa, como hubiera hecho de ser otro el caso.

—їAъn te siguen mirando con cara de burla? —medio susurrй.

Jacob mirу fijamente a travйs de los бrboles.

—Algunas veces.

—їY Billy?

—Tan ъtil como siempre —repuso con un tono de voz amargo y enfadado que me hizo sentirme mal.

—Nuestra casa estб siempre abierta —le ofrecн.

Se riу, rompiendo asн su extraсo estado de бnimo.

—Pero piensa en la mala situaciуn en la que pondrнamos a Charlie... cuando Billy llamara a la policнa para denunciar mi secuestro.

Me reн tambiйn, contenta de que Jacob volviera a ser el de siempre.

Nos detuvimos cuando йl dijo que habнamos andado nueve kilуmetros y cortamos hacia el oeste durante un rato, para luego volver a tomar otra de las lнneas de sus coordenadas. Todo parecнa exactamente igual que lo que habнamos dejado atrбs, y tuve la sensaciуn de que mi tonta bъsqueda no nos iba a llevar a ninguna parte. Me fui convenciendo cada vez mбs conforme comenzу a oscurecer y el dнa sin sol se fue transformando en una noche sin estrellas, aunque Jacob parecнa mantener la confianza.

—Siempre que estйs segura de que salimos del lugar correcto... —me mirу.

—Sн, estoy segura.

—Entonces lo encontraremos —me prometiу, agarrбndome la mano e impulsбndome a travйs de una masa de helechos. Al otro lado apareciу mi coche. Gesticulу hacia йl con orgullo—. Confнa en mн.

—Eres bueno —admitн—, aunque la prуxima vez traeremos linternas.

—Reservaremos los domingos para hacer excursiones, de aquн en adelante. No sabнa que fueras tan lenta.

Tirй de mi bolso bruscamente y lo estampй contra el asiento del conductor mientras йl se reнa por mi reacciуn.

—їAsн que estбs dispuesta a intentarlo de nuevo maсana? —me preguntу, mientras se deslizaba hacia el lado del copiloto.

—Seguro. A no ser que prefieras ir solo para que no te ralentice mi cojera.

—Sobrevivirй —me asegurу—. Aunque si quieres seguir haciendo excursiones, mejor te traes unas cuantas tiritas. Te apuesto algo a que te acabas de dar cuenta de que llevas puestas esas botas nuevas.

—Un poco —confesй. Me parecнa tener en los pies mбs ampollas que espacio para que salieran.

—Ojalб que veamos al oso maсana. Estoy un poco decepcionado por no haberlo divisado.

—Sн, yo tambiйn —le di la razуn, aunque de forma sarcбstica—. ЎQuizб tengamos suerte maсana y algo nos coma vivos!

—Los osos no se comen a la gente. No les sabemos tan bien —me sonriу en la cabina oscura del coche—. Claro, aunque tal vez tъ seas la excepciуn. Me apuesto lo que quieras a que sabes estupendamente.

—Muchas gracias —contestй mientras miraba hacia otro lado. No era la primera persona que me habнa dicho eso.

 

Tres son multitud

El tiempo comenzу a transcurrir mucho mбs deprisa de lo que lo habнa hecho hasta ese momento. El instituto, el trabajo y Jacob —no necesariamente en ese orden— trazaron un camino a seguir nнtido y sencillo, y Charlie vio cumplido su deseo: dejй de estar abatida. Por supuesto, no me engaсaba del todo, no podнa ignorar las consecuencias de mi comportamiento cuando me detenнa a hacer un balance de mi vida, lo cual procuraba que no sucediera a menudo.

Yo era como una luna perdida —una luna cuyo planeta habнa resultado destruido, igual que en algъn guiуn de una pelнcula de cataclismos y catбstrofes— que, sin embargo, habнa ignorado las leyes de la gravedad para seguir orbitando alrededor del espacio vacнo que habнa quedado tras el desastre.

Empecй a mejorar montando en moto, y eso significaba unos cuantos vendajes menos con los que preocupar a Charlie, pero tambiйn el debilitamiento de la voz que me hablaba, hasta que al fin ya no la oн. Me sumн en un silencioso pбnico. Me lancй con frenйtica desesperaciуn a la bъsqueda del prado y me devanй los sesos para encontrar otras actividades que produjeran adrenalina.

No me fijaba en los dнas transcurridos —no habнa motivo alguno para que lo hiciera—, sino que intentaba vivir el presente al mбximo, sin olvidar el pasado ni dificultar la llegada del futuro, por eso me sorprendiу la fecha cuando Jacob la sacу a colaciуn durante uno de nuestros sбbados de estudio. Estaba delante de su casa esperando a que detuviera el coche.

—Feliz dнa de San Valentнn —dijo Jacob con una sonrisa pero, al mismo tiempo, agachando la cabeza.

Me tendiу una pequeсa caja rosa que se balanceу sobre la palma de su mano. Eran los tнpicos caramelos con forma de corazуn.

—Jo, me siento como una gilipollas —farfullй—. їHoy es San Valentнn?

Jacob asintiу con la cabeza con fingida tristeza.

—Mira que a veces puedes estar en la inopia. Sн, hoy es catorce de febrero. Entonces, їvas a ser mi enamorada el dнa de hoy? Dado que no tienes una cajita de caramelos de cincuenta centavos, es lo menos que puedes hacer.

Comencй a sentirme incуmoda. Estaba hablando de guasa, pero sуlo en apariencia.

—їQuй implica eso exactamente? —preguntй para intentar salirme por la tangente.

—Lo de siempre... Que seas mi esclava de por vida, y ese tipo de cosas.

—Ah, bueno, si es sуlo eso...

Me tomй un dulce a la espera de idear la manera de dejar claros los lнmites. Una vez mбs. Parecнan volverse muy, muy difusos con Jacob.

—Bueno, їquй vamos a hacer maсana? їSenderismo o una visita a urgencias?

—Senderismo —decidн—. No eres el ъnico capaz de obsesionarse con algo. Empiezo a creer que me he imaginado ese prado... —torcн el gesto al mencionar el lugar.

—Lo encontraremos —me asegurу—. Motos el viernes, їhace?

Entonces vi la ocasiуn y me lancй a ella sin pensarlo dos veces.

—El viernes voy a ir al cine. Siempre se lo estoy prometiendo a mis compis de la cafeterнa.

A Mike le iba a encantar...

... pero a Jacob se le descompuso el rostro y atisbй la decepciуn en sus oscuros ojos antes de que clavara la mirada en el suelo.

—Tъ tambiйn vendrбs, їno? —me apresurй a aсadir—. їO serб para ti un latazo soportar a un grupo de aburridos estudiantes de ъltimo aсo?

De ese modo, aprovechй la ocasiуn para marcar una cierta distancia entre los dos. No soportaba la idea de hacer daсo a Jacob. Existнa cierta conexiуn entre nosotros, aunque fuera de un modo peculiar, y su pena me dolнa. Ademбs, la idea de disfrutar de su compaснa durante el calvario —le habнa prometido a Mike lo del cine, pero no me hacнa demasiada gracia la idea de llevarlo a cabo— resultaba tambiйn una tentaciуn.

—їTe apetece que vaya yo... con tus amigos?

—Sн —admitн con franqueza, y continuй con unas palabras que eran como pegarme un tiro en el pie—: Me divertirй mucho mбs si vienes tъ. Invita a Quil, haremos una fiesta.

—Quil va a flipar. ЎChicas del ъltimo curso!

Soltу una carcajada y puso los ojos en blanco. Ninguno de los dos mencionamos a Embry. Yo tambiйn me reн.

—Intentarй llevarle un grupo variado.

 

 

Le saquй a colaciуn el tema a Mike cuando terminу la clase de Lengua y Literatura:

—Eh, Mike, їtienes libre este viernes por la noche?

Alzу los ojos azules en los que de inmediato relampagueу la esperanza.

—Sн, asн es. їQuieres salir?

Formulй mi respuesta con sumo cuidado.

—Estaba pensado en formar un grupo para ir a ver Crosshairs —enfaticй la palabra «grupo». Esta vez habнa hecho los deberes e incluso me habнa leнdo los resъmenes de las pelнculas para asegurarme de que no me iban a pillar desprevenida. Se suponнa que dicho largometraje era un baсo de sangre de principio a fin. No me habнa recuperado hasta el punto de poder aguantar sentada la visiуn de una pelнcula de amor—. їA que suena divertido?

—Sн —coincidiу, visiblemente menos interesado.

—Guay.

Pareciу recuperar su nivel de entusiasmo del principio al cabo de un momento y propuso:

—їQuй te parece si invitamos a Angela y a Ben? їO a Eric y Katie?

Al parecer, se proponнa convertir aquello en una especie de doble cita.

—їY quй tal si vienen todos? —sugerн—, y Jessica tambiйn, por supuesto. Y Tyler, y Conner, y tal vez Lauren —aсadн a regaсadientes. Le habнa prometido variedad a Quil.

—Vale —musitу Mike con frustraciуn.

—Ademбs —proseguн—, cuento con un par de amigos de La Push a los que voy a invitar, por lo que parece que vamos a necesitar tu Suburban si acude todo el mundo.

Mike entrecerrу los ojos con recelo.

—їSon йsos los amigos con los que ahora te pasas todo el tiempo estudiando?

—Sн, los mismos —respondн con desenfado—, aunque considйralo mбs bien unas clases particulares... Sуlo son de segundo...

—Ah —repuso Mike, sorprendido, y sonriу despuйs de considerarlo unos instantes.

Sin embargo, al final no se necesitу el Suburban de Mike.

Jessica y Lauren se disculparon alegando estar ocupadas en cuanto Mike dejу entrever que yo andaba de por medio. Eric y Katie ya tenнan planes —celebraban el aniversario de sus tres semanas, o algo parecido—. Lauren se adelantу a Mike a la hora de hablar con Tyler y Conner, por lo que ambos estaban muy ocupados. Incluso Quil quedу descartado, castigado por pelearse en el instituto. Al final, sуlo podнan ir Angela, Ben y, por supuesto, Jacob.

Pese a todo, la escasa participaciуn no disminuyу las expectativas de Mike. No sabнa hablar de otra cosa que no fuera la salida del sбbado.

—їEstбs segura de que no prefieres ir a ver Tomorrow and Forever? —preguntу durante el almuerzo, refiriйndose a la comedia romбntica de moda que encabezaba la taquilla—. En la pбgina web Rotten Tomatoes la ponen mejor.

—Prefiero ver Crosshairs —insistн—. Me apetece ver un poco de acciуn, busco algo de vнsceras y sangre —Mike girу la cabeza en otra direcciуn, pero no antes de que pudiera ver su expresiуn, que decнa: «Pues sн, estб loca».

Un vehнculo muy conocido estaba aparcado delante de mi casa cuando lleguй despuйs del instituto. Jacob permanecнa apoyado en el capу. Una enorme sonrisa le iluminaba el rostro.

—ЎIncreнble! —gritй mientras salнa del coche de un salto—. ЎLo has acabado! ЎNo me lo puedo creer! ЎHas terminado el Volkswagen Golf!

Esbozу una sonrisa radiante.

—Esta misma noche... Йste es el viaje inaugural.

Alcй la mano para que chocara esos cinco. Y lo hizo, pero dejу allн la suya y retorciу sus dedos a travйs de los mнos.

—Asн pues..., їconduzco yo esta noche?

—Segurнsimo —contestй, y luego suspirй.

—їQuй ocurre?

—Me rindo... No puedo superar esto. Tъ ganas. Eres el mayor.

Se encogiу de hombros sin sorprenderse por mi capitulaciуn y contestу:

—Naturalmente que lo soy.

El Suburban doblу la esquina dando resoplidos. Yo retirй mi mano de la de Jacob, pero Mike nos vio y puso una cara que fingн no advertir.

—Recuerdo a ese tнo —dijo Jacob con un hilo de voz mientras Mike aparcaba al otro lado de la calle—. Es el que se creнa que eras su novia. їSigue confundido?

Enarquй una ceja.

—Hay gente inasequible al desaliento.

—Puede que no —repuso Jacob con gesto pensativo—; a veces, la persistencia tiene su recompensa.

—Aunque la mayorнa de las veces sуlo es un fastidio.

Mike saliу del coche y cruzу la calle.

—Hola, Bella —me saludу; luego, su mirada se llenу de cautela cuando alzу los ojos hacia Jacob. Tambiйn yo le mirй, intentando mostrarme objetiva. En realidad, no parecнa un chico de segundo para nada. Era tan grande que la cabeza de Mike apenas le llegaba al hombro. No querнa ni imaginar adonde le llegaba yo cuando estaba a su lado. Ademбs, su rostro tenнa un aspecto mбs adulto incluso que el del mes pasado.

—Hola, Mike. їRecuerdas a Jacob Black?

—La verdad es que no —le tendiу la mano.

—Soy un viejo amigo de la familia —se presentу Jacob mientras le estrechaba la mano. Ambos apretaron con mбs fuerza de la necesaria. Mike doblу los dedos cuando cesу el saludo.

Oн sonar el telйfono de la cocina y antes de salir disparada hacia la casa les dije:

—Serб mejor que conteste. Podrнa ser Charlie.

Era Ben. Angela habнa contraнdo una gripe estomacal y a йl no le parecнa bien venir sin ella. Se disculpу por ponernos en un apuro.

Caminй de regreso junto a los chicos que me esperaban moviendo la cabeza. En realidad, esperaba que Angela se recuperara pronto, pero debнa admitir que este suceso me disgustaba por razones puramente egoнstas. Aquella noche нbamos a estar sуlo nosotros tres, Mike, Jacob y yo. Esto va a ir sobre ruedas, pensй con macabro sarcasmo.

No parecнa que Mike y Jake hubieran empezado a hacerse amigos en mi ausencia. Se miraban el uno al otro a varios metros de distancia mientras me esperaban. Mike tenнa una expresiуn huraсa mientras que la de Jacob era tan jovial como siempre.

—Angela estб enferma —les dije con desбnimo—, por lo que ni ella ni Ben van a venir.

—Parece que la gripe ataca de nuevo. Austin y Conner faltaron hoy a clase. Tal vez deberнamos dejarlo para otro momento —sugiriу Mike.

Jacob hablу antes de que yo pudiera mostrarme de acuerdo.

—Yo todavнa quiero ir, pero si prefieres retirarte, Mike...

—No, yo voy —le interrumpiу Mike—. Sуlo estaba pensando en Angela y Ben. Vamos.

Comenzу a andar hacia su vehнculo, pero yo le preguntй:

—їTe importa que conduzca Jacob, Mike? Se lo prometн porque acaba de terminar su coche. Lo ha hecho con sus propias manos partiendo de cero —alardeй, orgullosa como una mamб de la Asociaciуn de Padres de Alumnos cuyo hijo figura en la lista del director.

—Estupendo —espetу Mike.

—En ese caso, vamos —dijo Jacob, como si eso lo arreglara todo. Era el que parecнa mбs cуmodo de los tres.

Mike se subiу al asiento trasero del Golf con cara de enfado.

Jacob siguiу con su alegrнa congйnita y no dejу de parlotear hasta que no pude hacer otra cosa que olvidar a Mike, que se iba enfurruсando calladamente en el asiento de atrбs.

Luego, cambiу de estrategia. Se inclinу hacia delante hasta apoyar el mentуn sobre el hombro del asiento, con su mejilla rozando la mнa. Me girй hasta acabar de espaldas a la ventanilla para alejarme. Entonces, interrumpiу a Jacob a media frase para preguntar con tonillo petulante:

—їNo funciona la radio de este trasto?

—Sн —contestу Jacob—, pero a Bella no le gusta la mъsica.

Mirй a Jake sorprendido. Yo nunca se lo habнa dicho.

—їA Bella? —preguntу Mike atуnito.

—Tiene razуn —murmurй sin dejar de mirar el sereno semblante de Jacob.

—їCуmo no te va a gustar la mъsica? —inquiriу Mike.

—No sй —me encogн de hombros—. Es sуlo que... me molesta.

—Bah.

Mike se echу hacia atrбs.

Jacob me entregу un billete de diez dуlares cuando llegamos al cine.

—їY esto por quй? —objetй.

—No tengo la edad necesaria para entrar en este cine sin la compaснa de un adulto.

Me reн con ganas.

—Y a propуsito de los parientes adultos... їVa a matarme Billy si te meto de tapadillo a ver esta pelнcula?

—No, le dije que planeabas corromper la inocencia de mi juventud.

Me reн por lo bajo. En ese momento Mike apresurу el paso para darnos alcance.

Casi habrнa preferido que Mike hubiera optado por retirarse. Seguнa de morros y sin participar en el grupo, pero tampoco querнa que la noche terminara en una cita a solas con Jacob. Y aquella actitud suya no ayudaba en nada.

La pelнcula era exactamente lo que decнa ser. Cuatro personas salнan despedidas por los aires y otra resultaba decapitada en los tнtulos. La chica del asiento de delante se cubriу en ese momento los ojos con la mano y hundiу la cabeza en el pecho de su acompaсante. Йl le palmeaba el hombro y de vez en cuando tambiйn se estremecнa. Mike no parecнa estar viendo el largometraje. Tenнa el rostro crispado mientras contemplaba los flecos de la cortina que habнa justo encima de la pantalla.

Me acomodй para soportar las dos horas de pelнcula. Al principio miraba mбs los colores y el movimiento, en general, que a la gente, los coches y las casas; pero entonces Jacob comenzу a reнrse por lo bajo.

—їQuй ocurre? —susurrй.

—ЎOh, vamos! —me contestу con un murmullo—. La sangre que chorrea ese tнo llega a mбs de seis metros... ЎїA quiйn pretenden engaсar?!

Se riу entre dientes una vez mбs cuando el asta de una bandera dejу empalado a otro hombre en un muro de hormigуn.

Despuйs de eso, empecй a ver la pelнcula de verdad, y me reн con йl a medida que las mutilaciones fueron mбs y mбs ridнculas. їCуmo podнa luchar por defender las borrosas fronteras de nuestra relaciуn cuando me lo pasaba tan bien en su compaснa?

Tanto Jacob como Mike habнan tomado posesiуn de los apoyabrazos de los dos lados. Las manos de ambos descansaban en una posiciуn forzada, con las palmas hacia arriba, abiertas y preparadas, como el cepo de una trampa para osos. Jacob tenнa el hбbito de tomarme la mano en cuanto se le presentaba la oportunidad, pero aquн, en la oscuridad del cine y bajo la mirada de Mike, iba a tener un significado diferente, y estaba convencida de que йl lo sabнa. No podнa creer que Mike estuviera pensando lo mismo, pero su mano estaba situada exactamente igual que la de Jacob.

Crucй los brazos con fuerza encima del pecho y esperй a que se les durmieran las manos por falta de riego.

Mike se rindiу primero, pero hacia la mitad de la pelнcula volviу a apoyar el brazo y se inclinу hacia delante para sujetar la cabeza entre las manos. Al principio, pensй que reaccionaba ante algo que habнa visto en la pantalla, pero luego se quejу y le preguntй en un susurro:

—Mike, їestбs bien?

La pareja de delante se volviу a mirarle cuando se quejу de nuevo.

—No —contestу entrecortadamente—, creo que estoy enfermo.

La luz de la pantalla me permitiу verle el rostro, baсado en sudor.

Mike gimiу una vez mбs y saliу disparado hacia la puerta. Me alcй para seguirle y Jacob me imitу de inmediato, pero yo le susurrй:

—No, quйdate. Voy a asegurarme de que estб bien.

Vino conmigo de todos modos.

—No tenнas que haber venido. Aprovecha tus ocho pavos de gore —insistн mientras subнamos hacia el pasillo.

—Йsa sн que es buena. Te los puedes quedar, Bella. Esa pelнcula es una mierda —contestу levantando la voz cuando salimos del cine.

Me alegrй de que me hubiera acompaсado al no ver seсales de Mike en el pasillo. Jacob se colу en los servicios de caballeros para buscarle y estuvo de vuelta al cabo de unos segundos:

—Estб ahн dentro. Todo en orden —dijo poniendo los ojos en blanco—. ЎQuй blandengue! Deberнas haber buscado a alguien con mбs estуmago, alguien que se rнa en las pelнculas gore que hacen vomitar a otros.

—Abrirй bien los ojos en busca de alguien asн.

Estбbamos los dos solos en el pasillo, ya que ambas salas estaban a mitad de proyecciуn de la pelнcula, e imperaba tal silencio que oнamos remover las palomitas en la tienda de la entrada.

Jacob fue a sentarse en un sillуn tapizado de terciopelo pegado a la pared y dio unas palmaditas junto a йl.

—Tenнa pinta de que iba a estar ahн dentro durante un buen rato —dijo, estirando las largas piernas mientras se acomodaba para esperar.

Suspirй y me reunн con Jacob, que tenнa el aspecto de estar pensando cуmo difuminar mбs las lнneas. Y tanto. Se acercу a mн en cuanto me sentй y me pasу el brazo por los hombros.

—Jake —protestй a la vez que me alejaba.

Dejу caer el brazo sin que pareciera haberse molestado ni un бpice por el pequeсo rechazo. Extendiу la mano y tomу la mнa con firmeza, rodeу mi muсeca con la otra mano libre cuando la fui a retirar. їDe dуnde sacaba la confianza?

—Espera, espera un momento, Bella —dijo con voz calmada—. Dime una cosa.

Hice una mueca de disgusto. No me apetecнa pasar por eso. No sуlo en ese momento, nunca. En mi vida no quedaba nada mбs importante que Jacob Black, pero йl parecнa decidido a estropearlo todo.

—їQuй? —murmurй con acritud.

—Te gusto, їvale?

—Sabes que sн.

—їMбs que ese vacilуn que estб vomitando hasta la primera papilla? —indicу la puerta del baсo con un movimiento de cabeza.

—Sн —suspirй.

—їMбs que cualquiera de los chicos que conoces? —permanecнa tranquilo y sereno, como si mi respuesta no le importase o ya supiera cuбl iba a ser.

—Y mбs que las chicas —seсalй.

—Pero eso es todo —sentenciу. No era una pregunta.

Era duro responderle, pronunciar esa palabra. їSe sentirнa herido y me evitarнa? їCуmo iba a poder soportarlo?

—Sн —susurrй.

Me dedicу una gran sonrisa.

—Pues no hay problema, ya sabes, como tъ eres la que mбs me gusta y crees que estoy bien... Estoy preparado para ser sorprendentemente persistente.

—No voy a cambiar —repuse; oн el tono triste de mi voz a pesar de que habнa intentado que sonara normal.

Permaneciу pensativo, sin hacer bromas.

—Se trata aъn del otro, їverdad?

Me encogн. Resultaba extraсo que supiera que no debнa pronunciar su nombre, asн como lo de la mъsica en el coche. Me habнa calado en muchas cosas que yo no le habнa dicho jamбs.

—No tienes por quй hablar de ello —me dijo.

Asentн, agradecida.

—Pero no te enfades porque te ronde, їvale? —Jacob me palmeу el dorso de la mano—. No me voy a rendir. Tengo tiempo de sobra.

Suspirй.

—No deberнas desperdiciarlo en mн —le respondн, aunque querнa que lo hiciera, en especial si estaba dispuesta a aceptarme tal y como yo me encontraba, es decir, como algo muy parecido a un objeto estropeado.

—Es lo que quiero hacer, siempre y cuando que te guste estar en mi compaснa.

—No logro imaginarme cуmo no voy a querer estar contigo —le respondн sinceramente.

Jacob esbozу una sonrisa radiante.

—Puedo vivir con eso.

—No esperes nada mбs —le previne mientras intentaba retirar mi mano. Йl la retuvo con obstinaciуn.

—En realidad, esto no te molesta, їverdad? —inquiriу mientras me estrechaba los dedos.

—No.

Suspirй. Era agradable en verdad. Sentнa su mano mucho mбs caliente que la mнa, que ъltimamente estaba demasiado frнa.

—Tampoco te preocupa lo que йl piense —alzу el pulgar en direcciуn a los servicios.

—Supongo que no.

—En tal caso, їcuбl es el problema?

—El problema —le dije— es que esto tiene un significado diferente para mн que para ti.

—Bueno —su presa en torno a mi mano se tensу mбs—. Йse es mi problema, їno?

—Perfecto —refunfuсй—, pero no lo olvides.

—No voy a hacerlo. Ahora soy yo quien sujeta la granada sin el seguro, їno? —espetу mientras me codeaba las costillas.

Puse los ojos en blanco. Supuse que si le apetecнa hacer un chiste al respecto, tenнa todo el derecho del mundo.

Riу entre dientes y sin hacer ruido mientras la yema de su dedo trazaba distraнdamente diseсos sobre el dorso de mi mano.

—ЎQuй cicatriz tan rara tienes ahн! —dijo de pronto mientras me giraba la muсeca para examinarla—. їCуmo te la hiciste?

El нndice de su mano libre recorriу la lнnea de la gran media luna plateada que apenas era visible en mi pбlida piel. Torcн el gesto.

—їDe verdad esperas que recuerde dуnde me hice todas las cicatrices?

Esperй a que los recuerdos se abatieran sobre mн y abrieran de nuevo el hueco del pecho, pero, como ocurrнa tan a menudo, la presencia de Jacob me mantuvo de una pieza.

—Estб frнa —musitу mientras presionaba suavemente la zona donde James me habнa cortado con sus colmillos.

Fue entonces cuando Mike saliу del baсo dando tumbos, con el rostro lнvido y sudoroso. Tenнa un aspecto horrible.

—ЎMike! —exclamй de forma entrecortada.

—їTe importa que nos vayamos ya? —susurrу.

—No, por supuesto que no —liberй mi mano de un tirуn y me precipitй para ayudarle a caminar, ya que su paso parecнa poco firme.

—їEra demasiado fuerte para ti la pelнcula? —preguntу Jacob sin misericordia.

Mike le dirigiу una mirada malйvola y farfullу:

—En realidad, no he visto prбcticamente nada. Sentн nбuseas antes de que apagaran las luces.

—їPor quй no lo dijiste? —le reprendн mientras nos tambaleбbamos en direcciуn a la salida.

—Esperaba que se me pasase —respondiу.


Дата добавления: 2015-10-30; просмотров: 89 | Нарушение авторских прав


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