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Tres son multitud 19 страница

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La idea de distraerme de mis preocupaciones me tenнa casi emocionada. A lo mejor incluso resultaba divertido. Una cita con Jacob, una cita con Edward... Soltй una carcajada macabra en mi interior. Jake podнa afirmar que йramos una pareja muy complicada, pero la ъnica realmente complicada de los dos era yo. A mi lado, los hombres lobo parecнan gente normal.

Esperй a que Jacob se reuniera conmigo en la parte delantera de la casa, como solнa hacer cuando el ruido de mi tartana anunciaba mi llegada. Al ver que no salнa, supuse que quizб seguнa durmiendo. Esperarнa: preferнa dejarle descansar lo mбs posible. Jacob necesitaba recuperar sueсo. De paso, asн darнa lugar a que el dнa se caldeara un poco mбs. Lo cierto era que habнa acertado con su previsiуn del tiempo, que habнa cambiado durante la noche. Una espesa capa de nubes cubrнa la atmуsfera creando una sensaciуn de bochorno; bajo aquel manto gris se sentнa calor y presiуn, asн que dejй el suйter en el coche.

Llamй a la puerta con suavidad.

—Pasa, Bella —me dijo Billy.

Estaba en la mesa de la cocina, comiendo cereales frнos.

—їJake estб dormido?

—Eh... no —Billy dejу la cuchara en la mesa y frunciу el entrecejo.

—їQuй ha pasado? —le preguntй. Por su expresiуn, sabнa que algo tenнa que haber ocurrido.

—Embry, Jared y Paul han encontrado un rastro reciente esta maсana. Sam y Jake han salido para ayudarles. Sam es optimista: cree que ella se ha atrincherado cerca de las montaсas, y que tienen bastantes posibilidades de acabar con esto de una vez.

—Oh, no, Billy —musitй—. Oh, no.

Йl soltу una carcajada por lo bajo.

—їTanto te gusta La Push que quieres prolongar tu condena aquн?

—No bromees, Billy. Esto es demasiado aterrador.

—Tienes razуn —reconociу, aъn satisfecho consigo mismo. Era imposible descifrar la expresiуn de sus viejos ojos—. Esta vampira es muy traicionera.

Me mordн el labio.

—No es tan peligroso para ellos como crees —me consolу Billy—. Sam sabe lo que hace. Tъ eres la ъnica que tiene motivo para inquietarse. La vampira no quiere luchar contra ellos, sуlo busca la forma de burlarlos... para llegar hasta ti.

—їSeguro que Sam sabe lo que hace? —preguntй, sin hacer caso a su preocupaciуn por mн—. Hasta ahora sуlo han matado a un vampiro. Puede haber sido cuestiуn de suerte.

—Nos tomamos muy en serio lo que hacemos, Bella. No han pasado nada por alto. Todo lo que necesitan saber se ha transmitido de padres a hijos a lo largo de generaciones.

Sus palabras no me tranquilizaron tanto como йl pretendнa. El recuerdo de Victoria —salvaje, felina, letal— aъn seguнa grabado en mi mente. Si no conseguнa burlar a los lobos, finalmente podнa intentar abrirse paso por encima de ellos.

Billy siguiу desayunando. Yo me sentй en el sofб y me dediquй a hacer zapping frente al televisor. No aguantй mucho rato. En aquella salita empecй a sentirme encerrada, claustrofуbica, inquieta por no poder ver lo que habнa mбs allб de las cortinas.

—Estarй en la playa —le dije a Billy sin previo aviso, y me apresurй hacia la puerta.

Estar en el exterior no me ayudу tanto como esperaba. Las nubes me oprimнan con un peso invisible que no ayudaba a aliviar mi claustrofobia. Mientras caminaba hacia la playa, me di cuenta de que el bosque parecнa extraсamente vacнo. No se veнa ningъn animal: ni pбjaros, ni ardillas. Tampoco se oнa el canto de las aves. Aquel silencio era siniestro. Ni siquiera se escuchaba el rumor del viento entre los бrboles.

Sabнa que la culpa de todo eso la tenнa el cambio de tiempo, pero aun asн me ponнa nerviosa. La presiуn cбlida y pesada de la atmуsfera era perceptible incluso para mis dйbiles sentidos humanos, y seguro que para el departamento de prevenciуn de tormentas presagiaba algo serio. Una mirada al cielo respaldу mi impresiуn: las nubes se estaban acumulando poco a poco pese a que a ras de suelo no soplaba ni una brizna de viento. Las mбs cercanas eran plomizas, pero entre los resquicios se divisaba otra capa de nubes con un espeluznante color pъrpura. Los cielos debнan de tener planeado algo espantoso para hoy, lo que explicaba que los animales se hubiesen ocultado en sus refugios.

En cuanto lleguй a la playa me arrepentн: ya estaba harta de aquel sitio. Casi todos los dнas me dedicaba a pasear sola por ella. Me preguntй si era tan diferente de mis pesadillas, pero їa quй otro lugar podнa ir? Bajй con cuidado hasta el бrbol flotante y me sentй en el extremo para poder apoyar la espalda en las enmaraсadas raнces. Me quedй mirando al cielo hostil, a la espera de que las primeras gotas de lluvia rompieran aquella quietud.

Intentй no pensar en el peligro que corrнan Jacob y sus amigos. A Jake no podнa pasarle nada. La sola idea era insoportable. Yo ya habнa perdido demasiadas cosas. їEs que el destino pretendнa arrebatarme tambiйn los escasos jirones de paz que me quedaban? Me parecнa algo injusto, desproporcionado, pero quizб yo habнa quebrantado alguna ley desconocida o cruzado una raya que suponнa mi condena. Tal vez mi error era involucrarme tanto en mitos y leyendas y volver la espalda al mundo humano. Tal vez...

No. A Jacob no iba a pasarle nada malo. Tenнa que creer en eso o serнa incapaz de seguir funcionando.

—ЎArggh! —gruсн, y me bajй del tronco de un salto. No podнa estar quieta: era aъn peor que pasear.

La verdad es que habнa contado con oнr a Edward esa maсana. Aquello parecнa lo ъnico capaz de hacerme soportable el dнa entero. Ъltimamente la herida del pecho habнa estado supurando, como para vengarse de las veces en que la presencia de Jacob la habнa aliviado. Los bordes me escocнan.

Mientras paseaba, las olas empezaron a levantarse y a estrellarse contra las rocas, pero el viento seguнa sin soplar. Me sentнa clavada en el sitio por la presiуn de la tormenta. Todo se arremolinaba a mi alrededor, pero donde yo estaba nada parecнa moverse. El aire tenнa una leve carga elйctrica, sentнa la estбtica en el pelo.

A lo lejos las olas se veнan mбs bravнas que cerca de la orilla. Podнa divisar cуmo azotaban la lнnea de los acantilados y proyectaban grandes nubes de espuma blanca hacia el cielo. Aъn no se apreciaba ningъn movimiento en el aire, aunque ahora las nubes se acumulaban con mбs rapidez. Era una visiуn extraсa, como si se movieran por voluntad propia. Tuve un estremecimiento, aunque sabнa que sуlo era una ilusiуn creada por la presiуn del aire.

Los acantilados se recortaban como el filo de un cuchillo negro contra el lнvido cielo. Al contemplarlos, recordй el dнa en que Jacob me habнa hablado de Sam y su «banda». Pensй en los chicos —los hombres lobo— arrojбndose al vacнo. Tenнa grabada en mi mente la imagen de sus cuerpos cayendo en espiral hacia el agua. Me imaginй la sensaciуn de libertad absoluta de la caнda. Tambiйn evoquй la forma en que la voz de Edward sonaba en mi cabeza:furiosa, aterciopelada, perfecta... El vacнo de mi pecho se hizo aъn mбs angustioso.

Tenнa que haber alguna forma de aliviarlo. El dolor se volvнa mбs insoportable por segundos. Mirй hacia los farallones y las olas que rompнan contra ellos.

Bueno, їy por quй no? їPor quй no acabar con esa angustia ahora mismo?

Jacob me habнa prometido zambullirse conmigo desde las rocas. Sуlo porque йl no estuviera disponible, їdebнa renunciar a una diversiуn que necesitaba urgentemente? De hecho, saber que Jacob estaba jugбndose la vida hacнa que la necesitara aъn mбs. Porque, bбsicamente, se la estaba jugando por mн. De no ser por mн, Victoria no habrнa venido aquн para matar a la gente, sino que estarнa en algъn otro lugar lejano. Asн que, si le pasaba algo a Jacob, serнa por mi culpa. Comprenderlo finalmente fue como una puсalada, y tuve que salir corriendo por el camino que llevaba a casa de Billy, donde habнa dejado aparcado el coche.

Sabнa cуmo llegar hasta el sendero que corrнa junto a los acantilados, pero tuve que hallar el caminito que llevaba hasta el borde. Mientras lo seguнa, fui buscando bifurcaciones y recodos, pues sabнa que Jake tenнa la intenciуn de llevarme al saliente inferior, y no al mбs alto; pero el camino conducнa hacia el extremo del acantilado sin ofrecer opciуn alguna. No tenнa tiempo para buscar otra forma de bajar: la tormenta se movнa cada vez mбs rбpido. Al final, empecй a sentir el viento en la piel y la presiуn de las nubes mбs cerca del suelo. Cuando lleguй al punto donde el sendero de tierra se abrнa hacia aquel precipicio de roca, las primeras gotas de agua salpicaron mi rostro.

No fue difнcil convencerme a mн misma de que no tenнa tiempo para buscar otro camino: querнa saltar desde lo mбs alto. Йsa era la imagen que tenнa grabada en la cabeza. Deseaba sentir que volaba en aquella prolongada caнda.

Sabнa que era lo mбs estъpido e insensato que habнa hecho en mi vida. La idea me hizo sonreнr. El dolor empezу a remitir, como si mi cuerpo fuera consciente de que en cuestiуn de segundos escucharнa la voz de Edward...

El agua sonaba muy lejos, incluso mбs que antes, cuando la oнa desde el sendero que corrнa entre los бrboles. Al pensar en la temperatura que podнa tener el mar hice una mueca, pero no me iba a amilanar por eso.

El viento soplaba ahora con mбs fuerza y la lluvia me azotaba y se arremolinaba a mi alrededor.

Me acerquй al borde, manteniendo la mirada fija en el espacio vacнo que se abrнa delante de mн. Los dedos de mis pies tantearon a ciegas, acariciando la rugosa repisa de roca cuando la encontraron. Respirй hondo y aguantй el aire dentro de mi pecho, esperando.

Bella.

Sonreн y exhalй el aire.

їSi? No contestй en voz alta, por temor a que el sonido de mi propia voz rompiera aquella hermosa ilusiуn. Sonaba tan real, tan cercano. Sуlo cuando desaprobaba mi conducta, como ahora, emergнa el verdadero recuerdo de su voz, la textura aterciopelada y la entonaciуn musical que la convertнan en el mбs perfecto de los sonidos.

No lo hagas, me suplicу.

Querнas que fuera humana, le recordй. Bueno, pues mнrame.

Por favor. Hazlo por mн.

Es la ъnica forma de que estйs conmigo.

Por favor. Era solamente un susurro en la intensa lluvia que me revolvнa el pelo y me empapaba la ropa; estaba tan mojada como si aquйl fuera ya el segundo salto del dнa.

Me puse de puntillas.

ЎNo, Bella! Ahoraestaba furioso, y su furia era tan deliciosa...

Sonreн, levantй los brazos como si fuera a tirarme de cabeza y alcй el rostro hacia la lluvia. Pero tenнa demasiado arraigados los cursillos de nataciуn en la piscina pъblica: la primera vez, salta con los pies por delante. Me inclinй, agachбndome para tomar mбs impulso...

... y me tirй del acantilado.

Chillй mientras caнa por el aire como un meteorito, pero era un grito de jъbilo y no de miedo. El viento oponнa resistencia, tratando en vano de combatir la inexorable gravedad, empujбndome y volteбndome en espirales como si fuera un cohete que se precipita contra el suelo.

ЎSнннн! Lapalabra resonу en mi cabeza cuando atravesй como un cuchillo la superficie del agua. Estaba helada, aъn mбs frнa de lo que me habнa temido, pero eso ъnicamente acrecentу aquella sensaciуn de subidуn.

Mientras seguнa bajando hacia las profundidades de aquellas aguas gйlidas y negras, me sentн orgullosa de mн misma. No habнa sufrido ni un instante de terror; sуlo pura adrenalina. En realidad, la caнda no era tan escalofriante. їDуnde estaba el desafнo?

Fue en ese momento cuando me atrapу la corriente.

Me habнa preocupado tanto por la altura del acantilado y por el evidente peligro de aquella escarpada pared que no habнa pensado para nada en las oscuras aguas que me esperaban abajo. Ni siquiera habнa llegado a imaginar que la verdadera amenaza acechaba debajo de mн, tras la hirviente espuma.

Sentн cуmo las olas se disputaban mi cuerpo, tirando de йl como si estuvieran decididas a partirlo en dos para compartir el botнn. Sabнa cuбl era la forma de luchar contra la marea: mejor nadar en paralelo a la playa en vez de esforzarme por llegar a la orilla, pero ese conocimiento no me servнa de mucho, puesto que ignoraba dуnde se encontraba la orilla.

Ni siquiera sabнa dуnde estaba la superficie.

Las aguas furiosas se veнan negras en todas las direcciones; no habнa ninguna luz que me orientara hacia arriba. La gravedad era omnipotente cuando competнa con el aire, pero no tenнa ni una oportunidad contra las olas. Yo no sentнa su tirуn hacia abajo, ni notaba que mi cuerpo se hundiera en ninguna direcciуn. Ъnicamente experimentaba el embate de la corriente que me llevaba de un lado a otro como una muсeca de trapo.

Luchй por guardar el aliento en mi interior, por tener los labios sellados para no dejar escapar mi ъltima provisiуn de oxнgeno.

No me sorprendiу que la ilusiуn de Edward estuviera allн. Teniendo en cuenta que me estaba muriendo, me lo debнa. Lo que sн me sorprendiу fue lo segura que estaba de que me iba a ahogar; de que ya me estaba ahogando.

ЎSigue nadando!, me apremiу Edward dentro de mi cabeza.

El frнo del agua me estaba entumeciendo piernas y brazos. Ya no notaba las bofetadas de la corriente. Ahora sentнa mбs bien una especie de vйrtigo mientras giraba indefensa dentro del mar.

Pero le hice caso. Me obliguй a mн misma a seguir braceando y a patalear con mбs fuerza, aunque en cada instante me movнa en una direcciуn diferente. No podнa estar haciendo nada ъtil. їQuй sentido tenнa?

ЎLucha!,gritу Edward. ЎMaldita sea, Bella, sigue luchando!

їPor quй?

Ya no querнa seguir peleando. Y no eran ni el mareo ni el frнo ni el fallo de mis brazos debido al agotamiento muscular los que me hacнan resignarme a quedarme donde estaba. No. Me sentнa casi feliz de que todo estuviera a punto de acabar. Era una muerte mejor que las otras a las que me habrнa enfrentado, una muerte curiosamente apacible.

Pensй brevemente en los tуpicos, como el de que supuestamente uno ve desfilar su vida entera ante sus ojos. Yo tuve mбs suerte. Ademбs, їpara quй querнa una reposiciуn?

Le estaba viendo a йl, y no tenнa ya voluntad de luchar. Su imagen era vнvida, mucho mбs definida que cualquier recuerdo. Mi subconsciente habнa almacenado a Edward con todo detalle, sin fallo alguno, reservбndolo para este momento final. Podнa ver su rostro perfecto como si realmente estuviera allн; el matiz exacto de su piel gйlida, la forma de sus labios, la lнnea de su mentуn, el destello dorado en sus ojos encolerizados. Como era natural, le enfurecнa que yo me rindiera. Tenнa los dientes apretados y las aletas de la nariz dilatadas de rabia.

ЎNo! ЎBella, no!

Su voz sonaba mбs clara que nunca a pesar de que el agua helada me llenaba los oнdos. Hice caso omiso de sus palabras y me concentrй en el sonido de su voz. їPor quй debнa luchar si estaba tan feliz en aquel sitio? Aunque los pulmones me ardнan por falta de aire y las piernas se me acalambraban en el agua gйlida, estaba contenta. Ya habнa olvidado en quй consistнa la autйntica felicidad.

Felicidad. Hacнa que la experiencia de morir fuese mбs que soportable.

La corriente venciу en ese momento y me lanzу violentamente contra algo duro, una roca invisible entre las tinieblas. La roca me golpeу en el pecho con dureza, como una barra de hierro, y el aire escapу de mis pulmones y saliу por mi boca en una nube de burbujas plateadas. El agua inundу mi garganta, me asfixiaba, me quemaba, mientras la barra de hierro parecнa tirar de mн, apartбndome de Edward hacia las oscuras profundidades, hacia el lecho oceбnico. Adiуs. Te amo, fue mi ъltimo pensamiento.

Paris

Y en ese preciso momento salн a la superficie.

Me hallaba desorientada. Hubiera jurado que hacнa un momento me estaba ahogando.

Era imposible que la corriente me hubiera sacado de allн. Las rocas se me clavaban en la espalda; una fuerza me empujaba contra ellas rнtmicamente, haciendo que expulsara el agua de los pulmones. La echй por la boca y la nariz a borbotones. La sal me quemaba los pulmones y tenнa la garganta tan llena de lнquido que me era imposible inspirar; ademбs, las rocas me herнan la espalda. No sabнa cуmo habнa ido a parar a ningъn lugar, pues la corriente todavнa tiraba de mн. No podнa ver otra cosa que agua por todos lados, ya que me llegaba hasta el rostro.

—ЎRespira! —me ordenу con angustia una voz; sentн un cruel pinchazo de dolor cuando la reconocн, porque no era la de Edward.

Resultaba imposible obedecerle. La catarata de mi boca no se detenнa lo bastante para permitirme tomar aire. El agua negra y helada me llenaba el pecho, me quemaba.

La roca volviу a golpearme en la espalda, justo entre los omуplatos, y otro aluviуn de agua me obturу la garganta al salir de los pulmones.

—ЎRespira, Bella! ЎVenga! —me suplicу Jacob.

Unos puntos negros, que se iban agrandando cada vez mбs, me salpicaban la visiуn y bloqueaban la luz.

La roca me golpeу de nuevo.

No estaba tan frнa como el agua; de hecho, la sentнa caliente contra mi piel. Me di cuenta de que era la mano de Jacob, que intentaba expulsar el agua de mis pulmones, y aquella barra de hierro que me habнa sacado del mar tambiйn habнa sido... cбlida... La cabeza me daba vueltas y los puntos negros lo cubrнan todo.

їAcaso me estaba muriendo de nuevo? No me gustaba, no era tan agradable como la vez anterior. Ahora no habнa nada que mereciera la pena mirar, lo veнa todo oscuro. El batir de las olas se desvanecнa en la negrura y terminу convirtiйndose en un susurro monуtono que sonaba como si surgiera del interior de mis oнdos.

—їBella? —inquiriу Jacob, con la voz aъn tensa, pero no tan exasperada como antes—. Bella, cariсo, їpuedes oнrme?

Toda mi cabeza se mecнa y balanceaba de un modo vertiginoso, como si su interior se hubiera acompasado al ritmo del agua encrespada.

—їCuбnto tiempo ha estado inconsciente? —preguntу en ese momento alguien.

La voz que no pertenecнa a Jacob me chocу y crispу lo suficiente para permitirme una conciencia mбs clara.

Me di cuenta de que yacнa inerte. La corriente ya no me arrastraba, los tirones sуlo existнan dentro de mi cabeza. La superficie sobre la que me encontraba era plana e inmуvil. Sentн su textura granulosa contra la piel desnuda.

—No lo sй —contestу Jacob, todavнa frenйtico. Su voz sonaba muy cerca. Sus manos, tenнan que ser las suyas, porque nadie las tenнa tan calientes, me apartaban el cabello mojado de las mejillas—. їUnos cuantos minutos? No me ha llevado mucho tiempo traerla hasta la playa.

El tranquilo susurro que oнa en mi cabeza no eran las olas, sino el aire que salнa y entraba nuevamente de mis pulmones. Tenнa las vнas respiratorias en carne viva, como si las hubiera frotado con un estropajo de aluminio, por lo que cada aliento me quemaba, pero todavнa respiraba. Tambiйn estaba helada. Un millar de punzantes gotas congeladas me pinchaban la cara y los brazos, haciendo que el frнo fuera aъn peor.

—Vuelve a respirar, saldrб de йsta. De todos modos no podemos dejar que se enfrнe, no me gusta el color que estб tomando —esta vez reconocн la voz de Sam.

—їQuй crees? їLe pasarб algo si la movemos?

—їSe golpeу en la espalda o contra algo al caer?

—No lo sй.

Ambos dudaron.

Intentйabrir los ojos. Me llevу casi un minuto, pero pude ver las oscuras nubes de color pъrpura que dejaban caer una lluvia helada sobre mн.

—їJake? —graznй.

El rostro de Jacob bloqueу el cielo.

—ЎAh! —jadeу mientras el alivio le recorrнa las facciones. Tenнa los ojos humedecidos a causa del aguacero—. ЎOh, Bella! їEstбs bien? їPuedes oнrme? їTe has hecho daсo en alguna parte?

—S-sуlo en l-la garganta... —tartamudeй, con los labios temblorosos de frнo.

—En tal caso, serб mejor que te saquemos de aquн —dijo Jacob. Deslizу sus brazos debajo de mн y me alzу sin esfuerzo, como si fuera una caja vacнa. Su pecho estaba desnudo, pero caliente; encorvу los hombros para protegerme de la lluvia. Se me deslizу la cabezahacia su brazo. Mirй de forma inexpresiva a su espalda, donde el agua golpeaba con furia la arena.

—їLa tienes? —le oн preguntar a Sam.

—Sн, me la llevarй de aquн. Vuelvo al hospital. Luego me reunirй contigo. Gracias, Sam.

La cabeza todavнa me daba vueltas. Su conversaciуn carecнa de sentido para mн en ese momento. Sam no contestу. No se oнa nada; me preguntй si ya se habrнa marchado.

Las olas lamнan y removнan la arena detrбs de nosotros mientras Jacob me sacaba de allн. Parecнan enfadadas porque me hubiera escapado. Mientras miraba cansinamente hacia el horizonte, una chispa de color captу la atenciуn de mis ojos extraviados; una pequeсa llama de fuego bailaba sobre la masa de agua negra, allб lejos, en la bahнa. La imagen carecнa de sentido y me preguntй si estaba o no consciente. No dejaba de darle vueltas en la cabeza al recuerdo del agua oscura y agitada, donde me habнa sentido tan perdida que no identificaba con claridad el arriba y el abajo. Tan perdida... Sin embargo Jacob, de alguna manera...

—їCуmo me encontraste? —preguntй con voz ronca.

—Te estaba buscando —me contestу mientras subнa al trote por la playa en direcciуn a la carretera, bajo la cortina de agua—. Seguн las huellas de las ruedas de tu coche y entonces te oн gritar —se estremeciу—. їPor quй saltaste, Bella? їNo te diste cuenta de que se estaba formando una gran tormenta? їPor quй no me esperaste? —la ira le colmaba la voz conforme el alivio pasaba a un segundo plano.

—Lo siento —murmurй—. Fue una estupidez.

—Desde luego, ha sido una verdadera estupidez —coincidiу. Cayeron de su pelo varias gotas de lluvia cuando asintiу con la cabeza—. Mira, їte importarнa reservarte todas estas tonterнas para cuando yo estй cerca? No puedo concentrarme si estoy todo el dнa pensando que andas tirбndote de los acantilados a mi espalda.

—De acuerdo. Sin problemas —le asegurй. Mi voz sonу como la de una fumadora compulsiva. Intentй aclararme la garganta y entonces hice un gesto de dolor; fue como si me hubiera clavado un cuchillo en ese mismo sitio—. їHa ocurrido algo hoy? їLa... habйis encontrado?

Ahora me tocaba estremecerme a mн a pesar de que, pegada a su cuerpo ridнculamente caluroso, no tenнa nada de frнo.

Jacob negу con la cabeza. Corrнa mбs que andaba mientras seguнa la carretera en direcciуn a su casa.

—No, Victoria se arrojу al agua, y los chupasangres tienen allн mбs ventaja. Por eso volvн corriendo a casa. Temнa que a nado duplicara la velocidad con la que se movнa a pie, y que regresara, y como pasas tanto tiempo en la playa... —se le formу un nudo en la garganta que le impidiу hablar.

—Sam volviу contigo... їEstбn todos en casa? —esperaba que no siguieran buscбndola.

—Sн. Algo asн.

Bajo el aguacero que tamborileaba sobre nosotros, le observй entrecerrando los ojos para estudiar sus facciones. Tenнa la mirada tensa por la preocupaciуn o la pena.

Las palabras no cobraron sentido hasta que de pronto encajaron.

—Antes, al hablar con Sam, has mencionado el hospital. їHa resultado herido alguno? їLuchу contra vosotros? —el tono de mi voz se alzу una octava, sonando extraсo con la ronquera.

—No, no. Se trata de Harry Clearwater. Esta maсana le ha dado un ataque al corazуn. Emily nos esperaba con la mala noticia al llegar.

—їHarry? —sacudн la cabeza mientras intentaba asumir sus palabras—. ЎOh, no! їLo sabe Charlie?

—Sн. Йl tambiйn estб allн, con mi padre.

—їVa a salir Harry de йsta?

Los ojos de Jacob se tensaron de nuevo.

—Por ahora, no tiene muy buena pinta.

De pronto, enfermй de culpabilidad. Pensar en el salto absurdo desde el acantilado hizo que me sintiera realmente mal. Nadie deberнa estar preocupбndose por mн en esos instantes. ЎQuй momento mбs estъpido para volverse temeraria!

—їQuй puedo hacer? —le preguntй.

Entonces la lluvia dejу de empaparnos. No me di verdadera cuenta de que habнamos llegado a casa de Jacob hasta que cruzamos la puerta. El vendaval azotaba el tejado.

—Podrнas quedarte aquн —repuso Jacob mientras me depositaba en el pequeсo sofб-—. Vamos, que no te muevas de esta casa. Te traerй alguna ropa seca.

Dejй que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad de la estancia mientras Jacob iba de un lado para otro en su cuarto. La atestada habitaciуn de la entrada parecнa muy vacнa sin Billy, casi desolada. Tenнa un aspecto extraсamente ominoso, probablemente sуlo porque yo sabнa dуnde estaba.

Jacob regresу en cuestiуn de segundos y me arrojу una pila de prendas de algodуn gris.

—Te estarбn grandes, pero no he encontrado nada mejor. Yo... esto... saldrй fuera para que te puedas cambiar.

—No te vayas a ninguna parte. Estoy demasiado cansada para moverme todavнa. Quйdate conmigo.

Jacob se sentу en el suelo junto a mн y apoyу la espalda contra el sofб. Me preguntй cuбndo habrнa sido la ъltima vez que habнa dormido. A juzgar por su aspecto, estaba tan exhausto como yo.

Reclinу la cabeza sobre el cojнn que estaba al lado del mнo y bostezу.

—Ojalб pudiera descansar un minuto.

Cerrу los ojos. Yo tambiйn dejй que los mнos se cerraran.

Pobre Harry. Pobre Sue. Sabнa que Charlie estarнa con ellos. Era uno de sus mejores amigos. A pesar del pesimismo de Jacob, deseй fervientemente que Harry lo superara. Por el bien de Charlie. Por Sue, por Leah, por Seth.

El sofб de Billy estaba al lado del radiador, asн que ahora me sentнa caliente a pesar de mis ropas empapadas. Me dolнan los pulmones de un modo que me empujaba hacia la inconsciencia mбs que a mantenerme despierta. Me preguntй vagamente si echar una cabezada serнa una mala idea... si terminarнa mezclando el ahogo con la conmociуn cerebral. Jacob comenzу a roncar suavemente y me arrullу como si fuera una nana. Me quedй dormida enseguida.

Disfrutй un sueсo normal por vez primera en mucho tiempo. Sуlo efectuй un vagabundeo difuso por los viejos recuerdos: cegadoras visiones brillantes del sol de Phoenix, el rostro de mi madre, una destartalada casita en un бrbol, un edredуn usado, una pared de espejos, una llama en el agua negra... Iba olvidando una conforme pasaba a la siguiente, las olvidй todas...

... salvo la ъltima, que quedу grabada en mi mente. No tenнa sentido, sуlo era un decorado en un escenario consistente en un balcуn con una luna pintada colgada del cielo. Vi a la chica vestida con un camisуn inclinarse sobre la baranda y hablar consigo misma.

Carecнa de sentido, pero Julieta se hallaba en mi mente cuando me fui despertando poco a poco.

Jacob se habнa deslizado hasta quedar tumbado en el suelo, donde seguнa durmiendo. Su respiraciуn se habнa vuelto profunda y regular. La casa estaba ahora mбs oscura que antes y al otro lado de la ventana se veнa todo negro. Me sentнa rнgida, pero caliente y casi seca. La garganta me ardнa cada vez que respiraba.

Iba a tener que levantarme, al menos para tomarme una bebida, pero mi cuerpo sуlo querнa quedarse ahн, relajado, y no moverse nunca.

En vez de moverme, pensй en Julieta un poco mбs.

Me preguntй quй habrнa hecho si Romeo la hubiera dejado, no a causa del destierro, sino por desinterйs. їQuй habrнa ocurrido si Rosalinda le hubiera dado un dнa de tiempo y йl hubiera cambiado de opiniуn? їY quй hubiera pasado si, en vez de casarse con Julieta, simplemente hubiese desaparecido?

Me parecнa saber cуmo se habrнa sentido Julieta.

Ella no habrнa vuelto a su vida anterior, seguro que no. Yo estaba convencida de que nunca se habrнa ido a otro lugar. Incluso si hubiera llegado a vivir hasta ser una anciana de pelo gris, cada vez que hubiera cerrado los ojos, habrнa visto el rostro de Romeo. Y ella lo habrнa aceptado, finalmente.

Me preguntй si al final se habrнa casado con Paris, sуlo para complacer a sus padres y mantener la paz. No, probablemente no, decidн, pero de todos modos, la historia dice poco de Paris. Era un simple monigote, un cero a la izquierda, una amenaza, un ultimбtum para forzar la mano a Julieta.

їY quй pasarнa si se supiera mбs sobre Paris? їQuй sucederнa si Paris hubiera sido amigo de Julieta? їSu mejor amigo? їQuй habrнa ocurrido si йl fuera la ъnica persona en la que pudiera confiar la devastaciуn causada por Romeo, la ъnica persona que realmente la comprendiera y la hiciera sentirse otra vez medio humana? їY si йl era paciente y amable? їY si cuidaba de ella? їQuй sucederнa si Julieta supiera que no podrнa sobrevivir sin йl? їQuй pasarнa si йl realmente la amara y deseara que ella fuera feliz?

їY si ella quisiera a Paris? No como a Romeo, por descontado, ya que no habнa nada similar, pero sн lo bastante para que ella deseara que йl tambiйn fuera feliz.

En la habitaciуn no se oнa otro sonido que la respiraciуn cadenciosa y profunda de Jacob, como la nana que se canta en voz baja a un niсo, como el vaivйn de una mecedora, como el tictac de un viejo reloj cuando no se tiene por quй ir a ninguna parte... Era un sonido reconfortante.

Si Romeo se hubiera ido realmente para no volver, їquй importaba si Julieta aceptaba o no la oferta de Paris? Quizбs ella hubiera intentado conformarse con los restos que le quedaran de su vida anterior. Tal vez esto fuese lo mбs cerca que pudiera llegar a estar de la felicidad.


Дата добавления: 2015-10-30; просмотров: 128 | Нарушение авторских прав


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