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Tres son multitud 15 страница

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No es para tanto, admitн, pero sн bastante malo.

Habнa pensado que Jacob habнa sanado el agujero que habнa en mн, o al menos lo habнa sellado, de forma que no me doliera tanto. Me equivocaba. Se habнa limitado a excavar su propio agujero, por lo que ahora estaba carcomida, como un queso gruyer. Me preguntaba por quй no me derrumbaba en cachitos.

Charlie me esperaba en el porche. Saliу a mi encuentro en cuanto reduje la velocidad para detenerme.

—Billy ha telefoneado. Dijo que te habнas peleado con Jake y que estabas muy disgustada —me explicу nada mбs abrirme la puerta.

Sus facciones se horrorizaron cuando, al escrutar mi expresiуn, reconociу algo en ella. Intentй visualizarme tal y como se me verнa desde fuera, a fin de saber quй estaba pensando. Sentн el rostro vacнo y frнo, y comprendн a quй le recordaba.

—No ha sucedido exactamente asн —farfullй.

Charlie me pasу el brazo por los hombros y me ayudу a salir del coche. No hizo comentario alguno sobre mis ropas empapadas.

—Entonces, їquй ha pasado? —inquiriу cuando estuvimos dentro.

Retirу la manta de punto del respaldo del sofб mientras hablaba y me cubriу los hombros con ella. Entonces me percatй de que seguнa tiritando.

—Sam Uley le ha dicho a Jacob que no puede seguir siendo amigo mнo —contestй con voz apagada.

Charlie me lanzу una mirada extraсa.

—їQuiйn te ha dicho eso?

—Jacob —determinй. Aunque no era exactamente cierto que йl lo hubiera dicho, seguнa siendo verdad.

Charlie frunciу el ceсo.

—їDe verdad crees que pasa algo raro con el joven Uley?

—Yo sй que es asн, aunque Jacob nunca me lo hubiera dicho —oн el goteo del agua de mis ropas sobre el suelo y la salpicadura sobre el linуleo—. Voy a cambiarme.

Charlie se hallaba sumido en sus pensamientos y respondiу distraнdamente:

—De acuerdo.

Estaba tan helada que decidн darme una ducha, pero el agua caliente no pareciу afectar a la temperatura de mi piel. Seguнa congelada, asн que al final desistн y cerrй el grifo. En el repentino silencio oн a Charlie hablar con alguien en el piso de abajo. Me envolvн en una toalla y entreabrн la puerta del baсo.

Charlie estaba enojado.

—No me lo trago. Eso no tiene ni pies ni cabeza.

Luego se callу. Comprendн que estaba al telйfono. Al cabo de un minuto, Charlie bramу de pronto:

—No culpes a Bella —peguй un salto. Hablу en voz mбs baja y precavida cuando aсadiу—: Mi hija dejу claro todo el tiempo que ella y Jacob sуlo eran amigos... Bueno, si es asн, їpor quй no me lo dijiste al principio? No, Billy, creo que ella tiene razуn en esto... їPor quй? Porque la conozco, y si ella dice que antes Jacob estaba asustado... —le interrumpieron a mitad de frase, y cuando volviу a tomar la palabra casi estaba gritando de nuevo—: ЎїQuй quieres decir con eso de que no conozco a mi hija tan bien como creo?! —permaneciу a la escucha durante un instante y luego respondiу en voz tan baja que apenas la logrй oнr—: Si piensas que voy a recordarle eso, vas listo. Apenas ha empezado a recuperarse, y creo que sobre todo gracias a Jacob. Si cualquier cosa que tu hijo haya hecho con el tal Sam la sume de nuevo en la depresiуn, entonces, Jacob va a tener que responder ante mн. Eres mi amigo, Billy, pero esto estб perjudicando a mi familia.

Hubo otro silencio mientras Billy respondнa.

—Tienes razуn... Estos chicos se han pasado de la raya y voy a ver quй averiguo. Mantendremos los ojos bien abiertos, de eso puedes estar seguro.

Ahora no hablaba Charlie, sino el jefe de policнa Swan.

—Bien. Vale. Adiуs.

Colgу el auricular de un golpe.

Rбpidamente, atravesй el pasillo de puntillas para meterme en mi cuarto. Charlie estaba refunfuсando airadamente en la cocina.

De modo que Billy iba a echarme la culpa de haber engatusado a Jacob hasta que йste, al fin, se habнa hartado de mн.

Resultaba extraсo, ya que eso era lo que yo misma habнa temido, pero despuйs de oнr las ъltimas palabras de Jacob aquella tarde, ya no lo creнa. Allн habнa mucho mбs que un simple enamoramiento no correspondido, y me sorprendнa que Billy se rebajara hasta el punto de sostener esa tesis. Eso me indujo a creer que, fuera cual fuera el secreto que guardaban, debнa de ser mayor de lo que habнa supuesto. Al menos, ahora Charlie estaba de mi lado.

Me puse el pijama y me arrastrй hasta la cama. En aquel momento, la vida parecнa demasiado lъgubre como para dejarme engaсar. El agujero, bueno, ahora los agujeros, ya empezaban a dolerme, de modo que me dije: їPor quй no? Extraje los recuerdos, no unos recuerdos verdaderos que dolieran demasiado, sino los falsos recuerdos de la voz de Edward hablando en mi interior esa tarde. Y los oн repetidas veces en mi interior hasta que me quedй dormida mientras las lбgrimas rodaban lentamente por las mejillas de mi rostro vacнo.

Esa noche tuve un sueсo nuevo. Estaba lloviendo y Jacob caminaba a mi lado sin hacer ruido, aunque el suelo crujнa a mis pies como si pisara gravilla seca. Pero йse no era mi Jacob, sino el nuevo Jacob, resentido y grбcil. El sigiloso garbo de sus andares me recordу a otra persona, y los rasgos de Jacob comenzaron a cambiar mientras los miraba. El color rojizo de su piel fue desapareciendo hasta quedar una tez blanca como la cal. Sus ojos se volvieron dorados y luego carmesнes, para volver despuйs al dorado. El pelo corto se le encrespу al soplo de la brisa, y adquiriу una tonalidad broncнnea allн donde lo despeinaba el viento. Su rostro se convirtiу en algo tan hermoso que hizo saltar en pedazos mi corazуn. Tendн los brazos hacia йl, que retrocediу un paso mientras alzaba las manos para escudarse. Entonces, Edward desapareciу.

Cuando despertй a oscuras, no estaba segura de si acababa de empezar a llorar o habнa empezado mientras dormнa y las lбgrimas de ahora eran una prolongaciуn del llanto de mi sueсo. Mirй el techo en penumbra. Tuve la impresiуn de que era bien entrada la noche. Estaba medio dormida, tal vez casi del todo. Los pбrpados se me cerraron pesadamente e implorй un sueсo sin pesadillas.

Fue entonces cuando oн el ruido que debнa de haberme despertado al principio. Algo puntiagudo raspaba contra mi ventana provocando un chirrido agudo, similar al araсar de las uсas contra el cristal.

El intruso

El susto me hizo abrir los ojos. Estaba tan fatigada y confusa que dudaba de si estaba dormida o despierta.

Alguien volviу a araсar el cristal de la ventana levantando un sonido chirriante y estridente.

Salн a trompicones de la cama, confusa y patosa. Parpadeй en mi intento de enjugar las lбgrimas de mis ojos.

Una gran silueta oscura se bamboleaba de un lado a otro del cristal, se movнa como si fuera a lanzarse contra el cristal y atravesarlo. Retrocedн estupefacta y aterrada, a punto de gritar.

Victoria.

Habнa venido a por mн.

Estaba muerta.

ЎNo, Charlie tambiйn, no!

Refrenй el grito que iba a proferir. Debнa conseguir que todo se desarrollara en silencio. No sabнa cуmo, pero tenнa que evitar que Charlie acudiera a investigar...

Entonces, la figura sombrнa emitiу una voz hosca que conocнa muy bien.

—ЎBella! —bisbiseу—. ЎAy! ЎMaldita sea, abre la ventana! ЎAy!

Estaba temblando de terror, por lo que necesitй dos segundos antes de ser capaz de moverme, pero luego me apresurй a acudir a la ventana y abrirla a empellones. La escasa luminosidad que alumbraba las nubes me bastу para identificar la silueta.

—їQuй haces? —preguntй jadeando.

Jacob colgaba precariamente de la pнcea que crecнa en el pequeсo patio delantero de Charlie. Su peso habнa inclinado el бrbol hacia la casa y ahora pendнa a menos de un metro de mн y a seis metros del suelo. Las finas ramas del extremo del бrbol araсaban la fachada de la casa con un chirrido crispante.

—Intento cumplir... —resoplу mientras cambiaba de posiciуn su peso cada vez que el бrbol le zarandeaba— mi promesa.

Tenнa los ojos hъmedos y borrosos. Parpadeй, repentinamente convencida de que seguнa soсando.

—їDesde cuбndo has prometido matarte cayйndote desde la copa del бrbol de Charlie?

Bufу al no encontrar gracioso el comentario al tiempo que hacнa oscilar las piernas para incrementar el ritmo de balanceo.

—Apбrtate de ahн —me ordenу.

—їQuй?

Volviу a mover las piernas —hacia atrбs y hacia delante— y aumentу el impulso. Entonces comprendн lo que se proponнa.

—ЎNo, Jake!

Pero ya era demasiado tarde, por lo que me hice a un lado, Se lanzу hacia mi ventana abierta tras proferir un gruсido.

Estuve a punto de volver a chillar, ya que temн que se matara en la caнda, o al menos se lisiara al golpearse contra el revestimiento exterior. Me quedй pasmada cuando entrу en mi habitaciуn de un бgil salto para luego aterrizar sobre la parte anterior de la planta del pie con un ruido sordo.

Los dos nos miramos de inmediato mientras contenнamos la respiraciуn a la espera de saber si Charlie se habнa despertado Transcurrieron unos breves instantes de silencio hasta que es cuchamos los apagados ronquidos de mi padre.

Una enorme sonrisa se fue extendiendo por su rostro lentamente. Parecнa muy complacido consigo mismo. No era la sonrisa que yo conocнa y adoraba, era una sonrisa nueva —una burla amarga de su antigua franqueza— en el rostro que habнa pertenecido a Jacob.

Aquello fue demasiado para mн. Habнa llorado hasta quedarme dormida por culpa de aquel muchacho. Su severo rechazo habнa abierto un nuevo agujero en lo que quedaba de mi pecho. Habнa dejado a su paso una nueva pesadilla, como una infecciуn en una llaga supurante, el insulto despuйs de la herida. Y ahora estaba en mi habitaciуn con su sonrisa de auto-complacencia como si nada hubiera pasado. Y peor aъn, aunque su llegada habнa sido aparatosa y torpe, me habнa recordado las noches en que Edward solнa entrar a hurtadillas por la ventana. El recuerdo hurgу ferozmente en las heridas abiertas.

Todo esto, unido al hecho de que estaba hecha polvo, no me ponнa de muy buen humor.

—ЎVete! —mascullй con toda la malevolencia de la que fui capaz.

Parpadeу. Se quedу en blanco a causa de la sorpresa.

—No —protestу—, vengo a presentarte mis disculpas.

—ЎNo las acepto!

Le empujй para intentar echarle por la ventana. Despuйs de todo, si era un sueсo, no podнa hacerle daсo de verdad. No le movн ni un centнmetro. Enseguida dejй caer mis manos y me alejй de йl.

No llevaba siquiera una camiseta, a pesar de que el aire que entraba por la ventana era lo bastante fresco como para hacerme tiritar. Ponerle las manos en el pecho me hizo sentir incуmoda. La piel le ardнa, como la cabeza la ъltima vez que le toquй. Era como si siguiera griposo y con fiebre.

Pero no tenнa aspecto de estar enfermo. Parecнa enorme. Se inclinу sobre mн, cohibido por la furiosa reacciуn. Era tan grande que tapaba toda la ventana.

De pronto, fue mбs de lo que pude soportar. Me sentн como si el efecto de todas las noches en vela se me echara encima de sopetуn. Estaba tan terriblemente cansada que pensй que me iba a desmayar allн mismo. Me tambaleй con paso vacilante y luchй por mantener los ojos abiertos.

—їBella? —susurrу Jacob con ansiedad.

Me tomу por el codo cuando volvн a tambalearme y me guiу de vuelta a la cama. Las piernas cedieron en cuanto lleguй al borde y me dejй caer de cualquier manera encima del colchуn.

—Eh, їestбs bien? —preguntу Jacob. La preocupaciуn poblу su frente de arrugas.

Alcй los ojos. Las lбgrimas aъn no se habнan secado en mis mejillas.

—їPor quй rayos iba a estar bien, Jacob?

La angustia sustituyу buena parte de la severidad de su rostro.

—Cierto —admitiу; respirу hondo—. Mierda, bueno, yo… Lo siento, Bella.

Yo no albergaba duda alguna de la sinceridad de la disculpa, aunque una crispaciуn airada deformaba sus facciones.

—їPor quй has venido? No quiero tus disculpas, Jake.

—Lo sй —susurrу—, pero no podнa dejar las cosas como quedaron esta tarde. Fue horrible. Perdona.

Sacudн la cabeza cansinamente.

—No comprendo nada.

—Lo sй. Quiero explicбrtelo... —de pronto, se callу y se quedу boquiabierto, como si se le hubiera cortado la respiraciуn. Luego, volviу a respirar hondo—. Quiero hacerlo, pero no puedo —dijo, aъn enojado—, y nada me gustarнa mбs.

Dejй caer la cabeza entre las manos, que amortiguaron mi pregunta:

—їPor quй?

Permaneciу en silencio durante un momento. Ladeй la cabeza para verle la expresiуn —estaba demasiado cansada para mantenerla erguida— y me quedй asombrada. Tenнa los ojos entrecerrados, los dientes prietos y el ceсo fruncido por el esfuerzo.

—їQuй pasa? —preguntй.

Espirу pesadamente y me di cuenta de que tambiйn habнa estado conteniendo la respiraciуn.

—No puedo hacerlo —murmurу con frustraciуn.

-їHacer quй?

Ignorу mi pregunta.

—Mira, Bella їno has tenido nunca un secreto que no hayas podido contar a nadie?

Pensй de inmediato en los Cullen. Йl me mirу dбndome a entender que lo sabнa. Esperaba que mi expresiуn no pareciera demasiado culpable.

—їNo hay nada que hayas ocultado a Charlie, a tu madre...? —insistiу—. їAlgo de lo que no hayas hablado ni siquiera conmigo? їIncluso ahora?

Sentн que se me tensaban los ojos. No respondн a la pregunta, pero supe que йl lo interpretarнa como una confirmaciуn.

—їEntiendes que tal vez me encuentre en la misma clase de... situaciуn? —no encontraba las palabras y parecнa esforzarse por expresarse de forma adecuada—. A veces, la lealtad se interpone en tus deseos. A veces, un secreto no te pertenece y no lo puedes revelar.

Bueno, eso no lo iba a discutir. Para ser exactos, tenнa razуn. Yo poseнa un secreto que no era libre de contar, mбs aъn, un secreto que me sentнa obligada a proteger. Un secreto del que, de pronto, Jacob parecнa saberlo todo.

Seguнa sin ver la forma de aplicar aquello a йl, a Sam o a Billy, їQuй importancia tenнa para ellos ahora que los Cullen se habнan ido?

—No sй por quй has venido, Jacob, si vas a limitarte a ofrecerme acertijos en vez de explicaciones.

—Lo siento —susurrу—. ЎMenuda frustraciуn!

Nos miramos el uno al otro durante bastante tiempo en la penumbra de la habitaciуn con la desesperaciуn escrita en el rostro.

—Lo que me mata —dijo de repente— es que en realidad ya lo sabes, Ўte lo contй todo!

—їDe quй me hablas?

Dio un respingo de sorpresa para luego inclinarse sobre mн, mientras su expresiуn pasaba de la desesperanza a una centelleante energнa en un segundo. Me mirу implacablemente a los ojos y me hablу deprisa y con avidez. Pronunciу las palabras junto a mi rostro. Su aliento abrasaba tanto como su piel.

—Me parece haber encontrado la forma de que esto funcione... Ўporque ya lo sabes, Bella! No te lo puedo decir, pero tъ sн puedes adivinarlo. ЎEso me sacarнa del atolladero!

—їQuieres que lo adivine? ї Quй he de adivinar?

ЎMi secreto! Puedes hacerlo porque conoces la respuesta.

Parpadeй dos veces mientras intentaba aclarar las ideas, Entonces, su rostro volviу a crisparse por el esfuerzo.

—ЎUn momento, a ver si te puedo echar un cable! —dijo. Fuera lo que fuera que intentara, resultaba tan arduo que acabу jadeando.

—їUn cable? —preguntй, tratando de mantener el contacto. Mis labios querнan permanecer sellados, pero les obliguй a abrirse.

—Sн —contestу, respirando con dificultad—. Algo asн como pistas.

Tomу mi rostro entre sus manazas demasiado cбlidas y lo sostuvo a escasos centнmetros del suyo. Me mirу a los ojos mientras hablaba en susurros, parecнa que comunicase algo mбs que las palabras que pronunciaba.

—їRecuerdas el dнa que nos conocimos en la playa de La Push?

—Por supuesto que sн.

—Hбblame de ello.

Tomй aliento e intentй concentrarme.

—Me preguntaste por mi monovolumen...

Asintiу con la cabeza al tiempo que me instaba a continuar.

—Charlamos sobre el Golf.

—Sigue.

—Fuimos a dar un paseo por la playa...

Mientras hacнa memoria, el contacto con las palmas de sus manos iba calentando mis mejillas, aunque йl no se percataba al tener tan alta la temperatura de la piel. Le habнa pedido que caminara conmigo para luego flirtear con йl —con tanta torpeza como йxito— a fin de sonsacarle informaciуn.

Jacob asentнa, ansioso porque continuara.

Mi voz apenas era audible.

—Me contaste historias de miedo, leyendas quileutes...

Cerrу los ojos para reabrirlos de nuevo.

—Sн —respondiу en tensiуn, febril, como si se encontrara al borde de algo de vital importancia. Hablу despacio, pronunciando con cuidado cada palabra—. їRecuerdas lo que te dije?

Tuvo que ser capaz de ver el cambio de color de mi rostro incluso en la oscuridad. їCуmo lo iba a olvidar? Sin darse cuenta de lo que hacнa, Jacob me habнa contado exactamente lo que necesitaba saber ese dнa, que Edward era un vampiro...

Me mirу con los ojos de quien sabe mucho y me dijo:

—Piensa, haz un esfuerzo.

—Sн, me acuerdo —exhalй.

Inhalу profundamente mientras se debatнa.

—їRecuerdas todas las histo...? —no fue capaz de terminar la pregunta. La mandнbula le colgу y quedу con la boca abierta, como si se hubiera atragantado.

—їTodas las historias? —inquirн.

Asintiу en silencio.

Sacudн la cabeza. Sуlo una de las historias importaba de verdad. Sabнa que йl habнa comenzado con otras, pero no recordaba el preludio intrascendente, y menos con la mente nublada por la fatiga. Comencй a sacudir la cabeza.

Jacob gimiу y saltу de la cama. Presionу sus puсos contra las sienes y empezу a respirar agitado y deprisa.

—Lo sabes, lo sabes —murmurу para sн.

—їJake? Jake, por favor, estoy derrengada. En este momento no tengo la cabeza para nada. Tal vez por la maсana...

Recuperу una respiraciуn acompasada y asintiу.

—Tal vez lo comprendas luego. Creo adivinar por quй sуlo te acuerdas de una historia —aсadiу con sarcasmo y amargura mientras se dejaba caer en el colchуn a mi lado—. їTe importa que te haga una pregunta al respecto? —inquiriу, aъn sardуnico—. Me muero de ganas por saberlo.

—їUna pregunta sobre quй? —repuse, a la defensiva.

—Sobre la historia de vampiros que te contй.

Le mirй con cautela, incapaz de responder, pero, de todos modos, formulу la pregunta.

—Sinceramente, їno lo sabнas? —su voz se tornу ronca—. їFui el ъnico que te revelу quй era йl?

їCуmo sabнa eso? їPor quй habнa decidido creer? їY por quй ahora? Me rechinaron los dientes mientras le devolvнa la mirada sin intenciуn de contestar. Йl se dio cuenta.

—їEntiendes ahora a quй me refiero cuando hablo de lealtad? —musitу con voz aъn mбs ronca—. A mн me ocurre lo mismo, sуlo que peor. No te haces idea de cuбles son mis ataduras...

Aquello no me gustaba. No me gustaba la forma en que cerraba los ojos, como si le doliera la simple menciуn de sus lazos; mбs que disgusto, comprendн que lo que yo sentнa era odio, odiaba cualquier cosa que le hiciera daсo. La odiaba con ferocidad.

El rostro de Sam ocupу mi mente.

Para mн, en lo esencial, el sentimiento de lealtad era algo voluntario. Mбs allб del amor, protegнa el secreto de los Cullen sin que me lo hubieran exigido, eso era cierto, pero no parecнa ser igual en el caso de Jacob.

—їNo hay ninguna forma de que te liberes? —le preguntй mientras le acariciaba la dura superficie de su pelo rapado.

Le temblaron las manos, pero siguiу sin abrir los ojos.

—No, estoy metido en esto de por vida. Es una condena eterna —soltу una risotada triste—. Tal vez, incluso mбs larga.

—No, Jake —gemн—. їQuй te parece si nos escapamos? Tъ y yo. їQuй te parece si dejamos atrбs nuestras casas... y a Sam?

—No es algo de lo que yo pueda huir, Bella —susurrу—, aunque me fugarнa contigo si pudiera —ahora tambiйn le temblaban los hombros. Respirу hondo—. Bueno, debo irme.

—їPor quй?

—En primer lugar, parece que vas a quedarte traspuesta de un momento a otro. Necesitas dormir... Necesito que te pongas las pilas. Vas a averiguarlo, debes hacerlo.

—їY el segundo motivo?

Torciу el gesto.

—Tengo que irme a escondidas. Se supone que no debo verte. Estarбn preguntбndose dуnde estoy —esquinу la sonrisa—. Imagino que habrй de dejar que se enteren.

—No tienes que decirles nada —susurrй.

—De todos modos, lo harй.

El fuego de la ira prendiу en mi interior.

—ЎLos odio!

Jacob me mirу con los ojos muy abiertos, sorprendido.

—No, Bella, no odies a los chicos. No es culpa de Sam ni de los demбs. Como ya te he dicho, se trata de mн... Sam es un tнo muy legal, tope guay. Jared y Paul son tambiйn grandes tipos, aunque Paul es un poco... Y Embry siempre ha sido mi amigo. Eso no ha cambiado, es lo ъnico que no ha cambiado. Me siento realmente mal cuando recuerdo lo que pensaba de Sam...

ЎїQue Sam era tope guay?! Le clavй la mirada, atуnita, pero pasй por alto el asunto.

—Entonces, їpor quй se supone que no debes verme? —inquirн.

—No es seguro —mascullу y mirу al suelo.

Sus palabras me hicieron estremecer de miedo.

їTambiйn estaba al corriente de eso? Nadie lo sabнa, excepto yo, pero tenнa razуn... Era bien entrada la madrugada, una hora perfecta para la caza. Jacob no tendrнa que estar en mi habitaciуn. Debнa estar sola si alguien venнa a buscarme.

—Si pensase que era demasiado... arriesgado —cuchicheу—, no hubiera venido, pero te hice una promesa, Bella —volviу a mirarme—. No tenнa ni idea de lo difнcil que iba a ser cumplirla, aunque eso no significa que no vaya a intentarlo.

Leyу la incomprensiуn en mis facciones.

—Despuйs de esa estъpida pelнcula —me recordу—, te prometн que jamбs te harнa daсo... Estuve a punto de estropearlo todo esta tarde, їverdad?

—Sй que no querнas hacerlo, Jake. Estб bien.

—Gracias, Bella —me tomу de la mano—. Voy a hacer cuanto pueda por estar contigo, tal y comoprometн —de pronto, me dedicу una gran sonrisa, una sonrisa que no era la mнa, ni la de Sam, sino una extraсa combinaciуn de ambas—. Ayudarнa mucho que lograras averiguarlo por tu cuenta, de verdad, Bella. Haz un esfuerzo.

Esbocй una dйbil mueca.

—Lo intentarй.

—Y yo intentarй verte pronto —suspirу—. Querrбn hacerme hablar de esto.

—No los escuches.

—Harй lo que pueda —meneу la cabeza, como si dudara de tener йxito en esa tarea—. Ven a decнrmelo tan pronto como lo hayas deducido —entonces, debiу de ocurrнrsele algo, algo que le provocу un temblor en las manos—. Bueno... si es que luego quieres venir.

їY por quй no iba a querer?

El rostro de Jacob se endureciу y se volviу frнo. Йse era el uno por ciento que pertenecнa a Sam.

—Se me ocurre una excelente razуn —repuso con tono бspero—. Mira, tengo que irme, de verdad. їPodrнas hacer algo por mн?

Me limitй a asentir, asustada por el cambio que se habнa operado en йl.

—Telefonйame al menos si no quieres volver a verme. Hбzmelo saber si fuera йse el caso.

—Eso no va a suceder...

Me interrumpiу alzando una mano.

—Tъ limнtate a decнrmelo.

Se puso de pie y se encaminу hacia la ventana.

—No seas idiota —protestй—. Vas a romperte una pierna. Usa la puerta. Charlie no te va a atrapar.

—No voy a hacerme ningъn daсo —murmurу, pero se volviу hacia la puerta.

Vacilу mientras pasaba junto a mн, sin dejar de mirarme con una expresiуn que indicaba que algo le atormentaba. Me tendiу una mano con gesto de sъplica.

Tomй su mano y de pronto tirу de mн —con demasiada brusquedad— hasta sacarme de la cama y chocar con un golpe sordo contra su pecho.

—Por si acaso —murmurу junto a mi pelo mientras me estrechaba entre sus brazos con tal fuerza que estuvo a punto de romperme las costillas.

—No puedo... respirar... —dije con voz entrecortada.

Me soltу de inmediato, pero retuvo un brazo a la altura de la muсeca para que no me cayera al suelo. Me dio un empujoncito —esta vez con mбs delicadeza— para hacerme caer sobre la cama.

—Duerme algo, Bella. Tienes que tener la mente despejada. Sй que lo vas lograr. Necesito que lo comprendas. No te quiero perder, Bella, no por esto.

Se plantу en la puerta de una zancada, la entreabriу con sigilo y desapareciу por la abertura. Agucй el oнdo para detectar el escalуn que crujнa en las escaleras, pero no se escuchу nada.

Me tendн en la cama con la cabeza dбndome vueltas. Estaba rendida y demasiado confusa. Cerrй los ojos en un intento de que todo tuviera sentido, sуlo para sumirme en la inconsciencia con tal rapidez que me desorientй.

No disfrutй del sueсo pacнfico y sin pesadillas que tanto anhelaba, por supuesto que no. Me encontraba en el bosque una vez mбs y comencй a deambular por el camino de siempre.

Enseguida me percatй de que no era el sueсo habitual. Por una parte, no me sentнa obligada a vagabundear ni a buscar. Anduve sin rumbo fijo por una cuestiуn de simple hбbito, ya que eso era lo que se esperaba de mн. De hecho, ni siquiera era el mismo bosque. El olor y la luz eran diferentes. No olнa a tierra hъmeda, sino a agua salada marina. No podнa ver el cielo, pero aun asн, a juzgar por el brillo jade de las hojas de las copas de los бrboles, parecнa que el sol estaba cayendo a plomo.

No tenнa duda alguna de que la playa se hallaba cerca. Йse debнa de ser el bosque cercano a La Push. Supe que podrнa ver el sol si era capaz de encontrar la playa, por lo que me apresurй a avanzar guiada por el dйbil sonido de las olas a lo lejos.

Jacob apareciу en ese momento. Me aferrу la mano y tirу de mн para llevarme a la parte mбs umbrнa del bosque.

—їQuй ocurre, Jacob? —le preguntй. Su rostro era el de un niсo asustado y de nuevo lucнa su hermosa melena recogida en una coleta a la altura de la nuca. Tiraba de mн con todas sus tuerzas, pero yo me resistнa porque no querнa adentrarme en la zona sombrнa.

—Corre, Bella, debes correr —susurrу aterrado.

La sensaciуn de dйjа vu fue tan fuerte y repentina que estuve a punto de despertarme.

Ahora sabнa por quй habнa reconocido aquel lugar; habнa estado allн antes, en otro sueсo, hacнa un millуn de aсos, en una etapa de mi vida totalmente distinta. Aquйl era el sueсo que habнa tenido la noche posterior a pasear con Jacob por la playa, la primera noche en que supe que Edward era un vampiro.

El hecho de que Jacob me hubiera hecho recordar ese dнa debнa de haber sacado a relucir mis recuerdos enterrados.

Ahora me habнa distanciado del sueсo, por lo que me limitй a esperar que continuara. Una luz se acercу a mн desde donde debнa de estar la playa. Edward aparecerнa entre los бrboles al cabo de unos instantes; entonces, verнa su tez reluciente y sus peligrosos ojos negros. Me harнa seсas y me sonreirнa. Le verнa hermoso como un бngel con los colmillos cortantes y puntiagudos...

... pero me estaba anticipando a los acontecimientos. Antes tenнa que pasar algo mбs.

Jacob me soltу la mano y profiriу un grito. Se desplomу a mis pies temblando y sufriendo espasmos.

—ЎJacob! —chillй, pero habнa desaparecido...

... y en su lugar habнa un enorme lobo de pelaje rojizo e inteligentes ojos oscuros.

El sueсo dio un vuelco, por supuesto, como el de un tren que salta sobre la vнa.

Aquйl no era el mismo lobo con el que habнa soсado en mi anterior vida, sino el de pelambrera rojiza que habнa tenido a quince centнmetros de mн en el prado hacнa exactamente una semana. Este lobo era gigante, monstruoso, mбs grande que un oso.

Me miraba fija e intensamente mientras intentaba transmitir una informaciуn vital con sus inteligentes ojos, los ojos de color castaсo oscuro de Jacob Black.

Me despertй gritando con toda la fuerza de mis pulmones.

Estaba medio convencida de que esta vez Charlie iba a venir a echar un vistazo. No era mi grito habitual. Enterrй la cabeza en la almohada e intentй controlar los alaridos de mi ataque de histeria. Apretй el rostro contra la almohada, preguntбndome si habrнa alguna forma de ocultar la conexiуn que acababa de establecer.

Pero Charlie no acudiу y al final logrй contener los aullidos que empezaban a formarse en mi garganta.

Ahora lo recordaba todo, todo, hasta la ъltima palabra que me habнa dicho Jacob ese dнa en la playa, incluso la parte previa a los vampiros, los «frнos». En especial, esa parte.

—їConoces alguna de nuestras leyendas ancestrales?—comenzу—. Me refiero a nuestro origen, el de los quileutes.

—En realidad, no —admitн.

—Bueno, existen muchas leyendas. Se afirma que algunas se remontan al Diluvio. Supuestamente, los antiguos quileutes amarraron sus canoas a lo alto de los бrboles mбs grandes de las montaсas para sobrevivir, igual que Noй y el Arca —me sonriу para demostrarme el poco crйdito que daba a esas historias—. Otra leyenda afirma que descendemos de los lobos, y que йstos siguen siendo nuestros hermanos. La ley de la tribu prohнbe matarlos.

»Y luego estбn las historias sobre los frнos.


Дата добавления: 2015-10-30; просмотров: 80 | Нарушение авторских прав


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