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Tres son multitud 21 страница

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—їQuй es lo que hay que hacer?

Su rostro se volviу repentinamente cauteloso.

—No lo sй con seguridad. Necesito ver a Carlisle.

їPor quй se tenнa que ir tan pronto? Sentн una opresiуn en el estуmago.

—їNo puedes quedarte? —le supliquй—. їPor favor? Sуlo un poco. Te he echado mucho de menos —la voz se me quebrу.

—Si tъ crees que es buena idea... —sus ojos mostraron su descontento.

—Sн. Puedes quedarte aquн, a Charlie le encantarб.

—Tengo mi casa, Bella.

Asentн, descontenta pero resignada. Ella dudу mientras me estudiaba.

—Bueno, al menos necesitarнa ir a por una maleta de ropa.

La abracй impulsivamente.

—ЎAlice, eres la mejor!

—Ademбs, creo que deberнa ir de caza ahora mismo —aсadiу con la voz estrangulada.

—Ups... —di un paso hacia atrбs.

—їPodrнas mantenerte apartada de los problemas durante una hora? —me preguntу con escepticismo. Entonces, antes de que pudiera contestarle, alzу un dedo y cerrу los ojos. Su rostro se suavizу y quedу en blanco durante unos momentos.

Despuйs abriу los ojos y se contestу a su propia pregunta.

—Sн, creo que estarбs bien. Al menos, por lo que se refiere a esta noche —hizo una mueca. Incluso al poner caras, su rostro seguнa pareciendo el de un бngel.

—їVolverбs? —le preguntй con voz dйbil.

—Te lo prometo. Estarй aquн dentro de una hora.

Mirй fijamente al reloj que habнa encima de la mesa. Ella se riу y se inclinу rбpidamente para darme un beso en la mejilla. Se fue inopinadamente.

Respirй hondo. Alice iba a volver. De pronto, me sentн mucho mejor.

Tenнa un montуn de cosas de las que ocuparme mientras la esperaba. Lo primero de todo era darme una ducha. Olisqueй mis hombros mientras me desnudaba sin conseguir detectar el aroma a agua salada y a algas del ocйano. Me preguntй quй era lo que querнa decir Alice con lo de que yo olнa mal.

Volvн a la cocina despuйs de ducharme. No hallй indicios de que Charlie hubiera comido recientemente y probablemente estarнa hambriento a su regreso. Tarareй algo entre dientes, sin hacer ruido, yendo de un lado para otro de la cocina.

Mientras el estofado del jueves daba vueltas en el microondas, puse sбbanas y una vieja almohada en el sofб. Alice no las necesitarнa, pero Charlie tenнa que verlas. Fui cuidadosa en lo de no mirar el reloj. No habнa motivos para sufrir un ataque de pбnico; Alice lo habнa prometido.

Me apresurй a cenar, sin apreciar el sabor de la comida. Lo ъnico que sentнa era el dolor de la garganta en carne viva cada vez que tragaba. Sobre todo tenнa sed; debн de beberme casi dos litros de agua hasta quedar saciada. La sal que se habнa acumulado en mi cuerpo me habнa deshidratado.

Fui a comprobar si era capaz de ver la tele mientras esperaba...

... pero Alice ya me aguardaba sentada en su cama improvisada. Sus ojos tenнan el color del caramelo lнquido. Sonriу y palmeу la almohada.

—Gracias.

—Has llegado pronto —dije eufуrica.

Me sentй a su lado y apoyй la cabeza sobre su hombro. Ella me envolviу con sus brazos y suspirу.

—Bella, їquй vamos a hacer contigo?

—No lo sй —reconocн—. De verdad que lo he intentado con todas mis fuerzas.

—Te creo.

Nos quedamos en silencio.

—їSabe...? їSabe йl...? —inspirй hondo. Era muy difнcil decir su nombre en voz alta, incluso ahora que sн era capaz de pensar en йl—. їSabe Edward que estбs aquн? —no pude evitar la pregunta. Era mi pena, despuйs de todo. Ya me las apaсarнa con ella cuando Alice se fuera, me prometн a mн misma, y me puse enferma sуlo de pensarlo.

—No.

Sуlo habнa una manera de que esto fuese verdad.

—їNo estб con Carlisle y Esme?

—Se pone en contacto con ellos cada pocos meses.

—Oh —debнa de estar por ahн, disfrutando de sus diversiones. Concentrй mi curiosidad en un tema mбs seguro—. Me dijiste que volaste hasta aquн... їDesde dуnde venнas?

—Me hallaba en Denali. Hacнa una visita a la familia de Tanya.

—їEstб Jasper aquн? їTe ha acompaсado?

Ella sacudiу la cabeza.

—No estб de acuerdo con que yo interfiera. Prometimos... —dejу que su voz se apagara y despuйs de eso cambiу el tono—. їY tъ crees que a Charlie no le importarб que me quede aquн? —preguntу, preocupada.

—Charlie cree que eres maravillosa, Alice.

—Bueno, eso lo vamos a comprobar ahora mismo.

Como era de esperar, a los pocos segundos oн cуmo el coche patrulla aparcaba en la entrada. Me levantй de un salto y me apresurй a abrir la puerta.

Charlie caminaba arrastrando los pies por la vнa de acceso, con los ojos fijos en el suelo y los hombros caнdos. Avancй para encontrarme con йl; apenas me vio hasta que le abracй por la cintura. Me devolviу el abrazo con fuerza.

—Cuбnto siento lo de Harry, papб.

—Lo cierto es que le vamos a echar de menos —murmurу Charlie.

—їCуmo lo lleva Sue?

—Parece aturdida, como si aъn no fuera consciente de lo que ha pasado. Sam se ha quedado con ella... —el volumen de su voz iba y venнa—. Esos pobres chicos. Leah es un aсo mayor que tъ, y Seth sуlo tiene catorce... —sacudiу la cabeza.

Mantuvo sus brazos apretados estrechamente a mi alrededor aunque habнamos comenzado a andar hacia la puerta.

—Esto... Papб... —me figurй que serнa mejor avisarle—. їA que no adivinas quiйn ha venido?

Me mirу sin comprender. Su cabeza girу alrededor y descubriу el Mercedes al otro lado de la calle, ya que las luces del porche se reflejaban en la satinada pintura negra. Antes de que pudiera reaccionar, Alice estaba en la entrada.

—Hola, Charlie —dijo con voz apagada—. Siento haber llegado en un momento tan triste.

—їAlice Cullen? —fijу la mirada en la figura esbelta que estaba de pie frente a йl, como si dudara lo que sus ojos le decнan—. їAlice, eres tъ?

—Soy yo —confirmу ella—. Pasaba por aquн.

—їEstб Carlisle...?

—No, he venido sola.

Tanto Alice como yo nos dimos cuenta de que йl en realidad no preguntaba por Carlisle. Su brazo se apretу con mбs fuerza contra mi hombro.

—Se puede quedar, їno? —supliquй—. Ya se lo he pedido.

—Claro —dijo Charlie mecбnicamente—. Estamos encantados de que estйs aquн, Alice.

—Muchas gracias, Charlie. Sй que es un momento de lo mбs inapropiado.

—No, en realidad, es lo mejor. Voy a estar muy ocupado haciendo lo que pueda por la familia de Harry; serб estupendo para Bella tener a alguien que le haga compaснa.

—Te he puesto la cena en la mesa, papб —le dije.

—Gracias, Bella.

Me dio otro apretуn antes de dirigirse hacia la cocina.

Alice regresу al sofб y yo la seguн. Esta vez fue ella la que me atrajo hacia su hombro.

—Pareces cansada.

—Sн —admitн y me encogн de hombros—. Las experiencias cercanas a la muerte me ponen en este estado. Oye, їy que pensarб Carlisle de que estйs aquн?

—No lo sabe. Esme y йl estбn de caza. Sabrй algo de йl dentro de unos dнas, cuando regrese.

—Pero їno se lo dirбs, no... cuando йl vuelva? —le preguntй. Ella sabнa que no me estaba refiriendo a Carlisle de nuevo.

—No. Me arrancarнa la cabeza —dijo Alice con tristeza.

Soltй una carcajada y luego suspirй.

No querнa dormir, preferнa quedarme levantada toda la noche hablando con Alice. No tenнa sentido que estuviera cansada despuйs de haberme pasado buena parte del dнa tirada en el sofб de Jacob, pero la experiencia del ahogo me habнa dejado realmente exhausta y era incapaz de tener los ojos abiertos. Descansй mi cabeza en su hombro pйtreo y me dejй ir hacia una paz y un olvido que nunca hubiera esperado conseguir.

Me despertй temprano, despuйs de un sueсo profundo y sin pesadillas, sintiйndome descansada pero con los mъsculos agarrotados. Estaba en el sofб, arropada bajo las mantas que habнa preparado para Alice, desde donde podнa escucharla hablando con Charlie en la cocina. Parecнa que йl le habнa preparado el desayuno.

—Dime, Charlie, їha sido muy malo? —preguntу Alice con voz queda; al principio pensй que se estaban refiriendo a los Clearwater.

Charlie suspirу.

—Ha sido espantoso.

—Cuйntamelo. Quiero saber exactamente quй ocurriу despuйs de que nos marchбsemos.

Hubo una pausa mientras se cerraba la puerta de una alacena y se apagaba un botуn de la cocina. Esperй, muerta de vergьenza. Charlie comenzу a hablar muy despacio:

—Nunca me habнa sentido tan impotente. No sabнa quй hacer. Hubo un momento durante aquella primera semana en que temн que serнa necesario hospitalizarla.

»No comнa ni bebнa ni se movнa. El doctor Gerandy andaba por aquн mencionando palabras como «catatonia», aunque no le dejй acercarse. Me daba miedo que la asustara.

—Pero їterminу saliendo de esa situaciуn?

—Hice venir a Renйe para que se la llevara a Florida. Era sуlo porque yo no querнa ser el que... por si Bella tenнa que ir a un hospital o algo asн. Albergaba la esperanza de que estar con su madre la ayudara, pero Ўcуmo se revolviу cuando empezamos a empaquetar sus ropas! Nunca la habнa visto con un ataque como йse. Ni siquiera es una persona a la que le den berrinches, pero hija, ese dнa se puso hecha una fiera. Arrojу sus vestidos por todas partes y gritу que no podнamos obligarla a marcharse, y al final rompiу a llorar. Pensй que serнa un punto de inflexiуn, asн que no discutн cuando insistiу en quedarse aquн y al principio dio la impresiуn de que se recuperaba...

La voz de Charlie se desvaneciу. Era duro escucharle contar eso, saber la pena que le habнa causado.

—Pero...—le apuntу Alice.

—Volviу a la escuela y al trabajo; comнa, dormнa, hacнa las tareas y contestaba cuando alguien le preguntaba algo, pero estaba... vacнa. Tenнa los ojos inexpresivos. Habнa un montуn de detalles pequeсos, como, por ejemplo, que no volviу a escuchar mъsica. Encontrй un montуn de discos rotos en la basura. No leнa y nunca permanecнa en la misma habitaciуn donde hubiera una tele encendida, aunque lo cierto es que hasta entonces tampoco le habнa gustado mucho. Finalmente comprendн que ella evitaba todo aquello que le pudiera recordar a... йl.

»Hablбbamos poco, ya que temнa decir algo que le molestara, se estremecнa por las cosas mбs pequeсas y nunca hacнa nada por propia voluntad. Sуlo se limitaba a contestar si le hacнa una pregunta directa.

»Estaba sola todo el tiempo. No volviу a llamar a sus amigos, hasta que despuйs de un tiempo ellos tambiйn dejaron de telefonearla.

»Todo esto parecнa como La noche de los muertos vivientes. Todavнa la oigo gritar en sueсos...

Casi podнa ver cуmo se estremecнa, y yo temblй tambiйn al recordarlo. Luego, suspirй. No habнa conseguido engaсarle nunca, en absoluto, ni durante un segundo.

—Lo siento mucho, Charlie —dijo Alice con voz apesadumbrada.

—No ha sido culpa tuya —lo dijo de un modo que dejaba perfectamente claro a quiйn responsabilizaba de todo—. Siempre has sido una buena amiga para ella.

—Sin embargo, ahora parece estar mejor.

—Sн. He notado una mejorнa de verdad desde que empezу a salir con Jacob Black. Al volver a casa, tiene un poco de color en las mejillas y cierta luz en los ojos. Parece algo mбs feliz —hizo una pausa y su voz se habнa vuelto diferente cuando volviу a hablar—. Jacob tiene alrededor de un aсo menos que ella y sй que Bella siempre ha pensado en йl como un amigo, pero creo que ahora quizбs haya algo mбs, o al menos su relaciуn parece haber cambiado en esa direcciуn —Charlie dijo esto de una forma casi beligerante. Era un aviso, no para Alice, sino para que ella se lo hiciera llegar a otros—. Jake es maduro para su edad —continuу, todavнa a la defensiva—. Ha cuidado fнsicamente de su padre del mismo modo que Bella cuidу emocionalmente de su madre. Eso le ha hecho madurar. Tambiйn es un chaval apuesto, le viene por parte de madre. Ha sido bueno para Bella, їsabes? —insistiу Charlie.

—Entonces estб bien que pueda contar con йl.

Charlie inspirу muy hondo y se rindiу ante el hecho de que Alice no se opusiera.

—Vale, tal vez estй exagerando un poco las cosas... No lo sй... Incluso cuando estб con Jacob, hay veces que veo algo en sus ojos y me pregunto si alguna vez he llegado a darme cuenta de cuбnto dolor siente en realidad. No es normal, Alice y... y me asusta. No es normal en absoluto. No es como si alguien la hubiera... dejado, sino como si alguien hubiera muerto —la voz se le quebrу.

Era como si alguien hubiera muerto, como si yo hubiera muerto. Porque habнa sido algo mбs que perder el mбs verdadero de los amores verdaderos, aunque no fuera uno de esos amores que matan, porque no habнa bastado para matar a nadie. Tambiйn era la pйrdida de un futuro al completo, una familia entera... toda la vida que yo habнa escogido...

Charlie prosiguiу con un tono desesperanzado.

—No sй si va a poder superarlo alguna vez. No sй si estб en su naturaleza el poder curarse de una cosa asн. Bella siempre ha sido una personita tenaz. No pasa nada por alto ni cambia de opiniуn.

—Sн, йse es su estilo —asintiу Alice de nuevo con una voz seca.

—Y Alice... —Charlie dudу—. Tъ sabes cuбnto te aprecio y estoy seguro de lo feliz que estб de verte, pero... estoy un poco preocupado por el efecto que pueda tener tu visita.

—Yo tambiйn, Charlie, yo tambiйn. No habrнa venido si hubiera tenido idea de lo que habнa pasado. Lo siento.

—No te disculpes, cielo, їquiйn sabe? Tal vez sea bueno para ella.

—Espero que tengas razуn.

Hubo una larga pausa mientras los tenedores rascaban los platos y Charlie masticaba. Me preguntй donde escondнa Alice la comida.

—Alice, tengo que preguntarte algo —dijo Charlie con torpeza.

Alice estaba tranquila.

—Adelante.

—їVa a venir Edward a visitarla tambiйn? —inquiriу. Notй la ira reprimida en la voz de Charlie.

Alice contestу con aplomo y un tono de voz suave.

—Ni siquiera sabe que estoy aquн. La ъltima vez que hablй con йl estaba en Sudamйrica.

Me envarй al escuchar esta nueva informaciуn y prestй mбs atenciуn.

—Eso es algo, al menos —bufу Charlie—. Bueno, espero que lo estй pasando bien.

La voz de Alice se acerу por vez primera.

—Si yo estuviera en tu lugar, no harнa suposiciones —sabнa cуmo podнan llamear sus ojos cuando empleaba ese tono.

Una silla se separу rбpidamente de la mesa, araсando de manera ruidosa el suelo. Me imaginй que habнa sido Charlie al levantarse; no albergaba duda alguna de que Alice no habrнa hecho semejante ruido. El grifo se abriу y un chorro de agua se estrellу sobre un plato.

No parecнa que fueran a seguir hablando de Edward, por lo que decidн que ya era hora de levantarme.

Me di la vuelta y rebotй contra los muelles a fin de que chirriaran. Luego bostecй de forma audible.

Todo estaba tranquilo en la cocina.

Me estirй y gruсн.

—їAlice? —preguntй de forma inocente; la ronquera que todavнa me raspaba la garganta aсadiу un toque muy apropiado a la charada.

—Estoy en la cocina, Bella —me llamу Alice, sin que hubiera rastro en su voz de que sospechara que habнa escuchado a escondidas su conversaciуn, pero a ella se le daba bien ocultar estas cosas.

Charlie tenнa que marcharse ya, porque estaba ayudando a Sue Clearwater a hacer los arreglos pertinentes para el funeral. Habrнa sido un dнa muy largo sin Alice. No hablу de irse en ningъn momento y yo no le preguntй. Sabнa que su marcha era inevitable, pero me lo quitй de la cabeza.

En vez de eso, hablamos sobre su familia, de todos menos de uno.

Carlisle trabajaba por las noches en Ithaca y enseсaba a tiempo parcial en la universidad de Cornell. Esme estaba restaurando una casa del siglo XVII, un monumento histуrico situado en un bosque al norte de la ciudad. Emmett y Rosalie se habнan ido a Europa unos cuantos meses en otra luna de miel, pero ya estaban de vuelta. Jasper tambiйn estaba en Cornell, esta vez para estudiar Filosofнa. Y Alice habнa estado efectuando algunas investigaciones personales referentes a la informaciуn que yo habнa descubierto de forma casual la pasada primavera. Habнa conseguido identificar con йxito el manicomio donde habнa pasado los ъltimos aсos de su existencia humana. Una vida de la que ella no tenнa recuerdos.

—Mi nombre era Mary Alice Brandon —me contу con voz serena—. Tenнa una hermana pequeсa que se llamaba Cynthia. Su hija, mi sobrina, todavнa vive en Biloxi.

—їHas conseguido averiguar por quй te llevaron... a ese lugar? їQuй llevarнa a unos padres a ese extremo? Incluso aunque su hija tuviera visiones del futuro...

Se limitу a sacudir la cabeza con mirada pensativa.

—No he conseguido averiguar demasiado sobre ellos. Repasй todos los periуdicos viejos microfilmados que hallй. Se mencionaba muy poco a mi familia, ya que ninguno pertenecнamos al cнrculo social del que suele hablar la prensa. Estaba anunciado el compromiso de mis padres y el de Cynthia —el nombre salнa de su boca algo vacilante—. Se notificaba mi nacimiento... y mi muerte. Encontrй mi tumba, y tambiйn hallй mi hoja de admisiуn en los viejos archivos del manicomio. La fecha de la admisiуn y la de mi lбpida coinciden.

No sabнa quй decir y, despuйs de una corta pausa, Alice cambiу el rumbo de la conversaciуn y hablу de temas mбs superficiales.

Los Cullen estaban todos juntos de nuevo, salvo esa ъnica excepciуn, para pasar en Denali —con Tanya y su familia— las vacaciones de Pascua que les concedнan en Cornell. Escuchй con demasiada avidez incluso las noticias mбs triviales. Ella nunca mencionу a aquel en quien yo tenнa mбs interйs y se lo agradecн en el alma. Bastaba con escuchar las historias de la familia a la que una vez soсй pertenecer.

Charlie no regresу hasta despuйs del crepъsculo y parecнa mбs extenuado que la noche anterior. Iba a volver a la reserva a primera hora de la maсana para el funeral de Harry, por lo que se acostу pronto. Yo me quedй otra vez con Alice en el sofб.

 

 

Charlie casi parecнa un extraсo cuando bajу las escaleras antes de que se hiciera de dнa, vistiendo un traje viejo que yo nunca le habнa visto con anterioridad. La chaqueta le colgaba abierta; supuse que le estaba demasiado estrecha para poder abrocharse los botones. La corbata era un poco mбs ancha de lo que se llevaba ahora. Caminу de puntillas hasta la puerta en un intento de no despertarnos. Le dejй marchar, fingiйndome dormida, y Alice, tendida en el sillуn abatible, hizo lo mismo...

... pero se sentу en cuanto йl saliу por la puerta. Bajo el edredуn, estaba completamente vestida.

—Bueno, їy quй vamos a hacer hoy? —me preguntу.

—No lo sй. їVes que vaya a suceder algo interesante?

Ella sonriу y sacudiу la cabeza.

—Todavнa es temprano.

Todo el tiempo que habнa pasado en La Push habнa hecho que abandonara un montуn de tareas en casa y decidн ponerme manos a la obra. Querнa hacer algo que le facilitara las cosas a Charlie; quizбs lograra que se sintiera mejor si regresaba a una casa que estaba limpia y en orden. Empecй con el baсo, que era lo que mostraba mбs seсales de abandono.

Mientras trabajaba, Alice se apoyу contra la jamba de la puerta y me hizo preguntas desenfadadas sobre mis, bueno, «nuestros» compaсeros del instituto y de las cosas que habнan pasado desde su ausencia. Su rostro mostraba una expresiуn despreocupada y carente de emociуn, pero sentн su desaprobaciуn cuando se dio cuenta de lo poco que podнa contarle. O quizбs la que hablaba era mi conciencia culpable despuйs de haber estado escuchando a hurtadillas su conversaciуn con Charlie en la maсana del dнa anterior.

Estaba sumergida en detergente hasta los codos y restregaba el fondo de la baсera cuando sonу el timbre de la puerta.

Mirй rбpidamente a Alice. Su expresiуn era de perplejidad y cierta preocupaciуn, lo que era extraсo; nada tomaba a Alice por sorpresa.

—ЎYa voy! —gritй en direcciуn a la puerta principal al tiempo que me levantaba y me dirigнa a toda prisa al lavabo para enjuagarme los brazos.

—Bella —dijo Alice con cierto rastro de frustraciуn en su voz—. Tengo una sospecha bastante certera sobre quiйn puede ser y creo que es mejor que me marche.

—їSospecha? —repetн. їDesde cuando Alice tenнa que sospechar algo?

—Si es una repeticiуn del mayъsculo fallo de mi visiуn de ayer, entonces, lo mбs probable es que sea Jacob o uno de sus... amigos.

La mirй fijamente mientras intentaba sacar conclusiones.

—їNo puedes ver a los hombres lobo?

Ella torciу el gesto.

—Eso parece.

Estaba evidentemente irritada por este hecho, muy irritada. El timbre sonу otra vez, dos veces, con rapidez e impaciencia.

—No tienes que irte a ninguna parte, Alice. Tъ estabas aquн primero.

Riу con su risita plateada, aunque esta vez tenнa un matiz oscuro.

—Confнa en mн. Dudo que sea buena idea reunimos a mн y a Jacob Black en la misma habitaciуn.

Me besу la mejilla velozmente antes de desvanecerse por la puerta del cuarto de Charlie y a travйs de su ventana trasera, sin duda.

El timbre sonу de nuevo.

 

El funeral

Bajй las escaleras a todo correr y abrн la puerta de un tirуn.

Era Jacob, por supuesto. Incluso aunque no le pudiera ver, Alice era muy intuitiva.

Se habнa quedado a metro y medio de la puerta y arrugaba la nariz con gesto de desagrado, pero aparte de eso su rostro estaba en calma, como el de una mбscara. No me engaсу. Vi el dйbil temblor de sus manos.

Emanaba oleadas de hostilidad, lo cual me retrotrajo a aquella espantosa tarde en la que habнa preferido a Sam antes que a mн y respondн a la defensiva irguiendo el mentуn.

El Golf de Jacob permanecнa al ralentн con el freno echado. Jared estaba al volante y Embry en el asiento del copiloto. Me di cuenta de lo que eso significaba: temнan dejarle venir solo, lo que me entristeciу y sorprendiу, ya que el comportamiento de los Cullen no justificaba semejante actitud.

—Hola —dije finalmente al ver que йl seguнa sin hablar.

Jake frunciу los labios y continuу a la misma distancia que habнa mantenido con respecto a la puerta. Repasу la fachada de la casa con la mirada.

Apretй los dientes y preguntй:

—No estб aquн. їNecesitas algo?

Йl vacilу.

—їEstбs sola?

—Sн.

Suspirй.

—їPodemos hablar un minuto?

Por supuesto, Jacob. Vamos, entra.

Mirу por encima de su hombro a sus amigos, sentados en el coche. Vi a Embry mover la cabeza de forma casi imperceptible. No supe la razуn, pero eso me fastidiу un montуn.

Me rechinaron los dientes y murmurй en voz muy baja:

Gallina.

Los ojos de Jacob relampaguearon y se centraron en mн. Encima de sus ojos hundidos, sus pobladas cejas negras adoptaron un бngulo que les conferнa un aspecto airado. Apretу los dientes y desfilу —no existнa otra palabra para describir la forma en que se movнa— por la vereda y se encogiу de hombros al pasar junto a mн para entrar en la casa.

Antes de cerrar de un portazo, mi mirada se encontrу primero con la de Jared y luego con la de Embry. No me gustу la dureza con la que me observaban. їDe veras pensaban que iba a dejar que le sucediera algo malo a Jacob?

Йl se quedу detrбs de mн en el vestнbulo sin dejar de mirar el lнo de mantas del salуn.

—їQuй? їUna fiesta de pijamas? —inquiriу con sarcasmo.

—Sн —repliquй con el mismo tono de acidez. No me gustaba nada Jacob cuando se comportaba de esa manera—. їQuй se te ofrece?

Volviу a arrugar la nariz como si oliera algo desagradable.

—їDуnde estб tu «amiga»? —pude oнr el entrecomillado de la palabra en la inflexiуn de su voz.

—Tenнa que hacer algunos recados. Bueno, Jacob, їquй quieres?

Habнa algo en la estancia que le ponнa los nervios a flor de piel. Los brazos le temblaban. No respondiу a mi pregunta, sino que se desplazу a la cocina lanzando con impaciencia miradas en todas las direcciones.

Le seguн. Paseaba arriba y abajo junto a la pequeсa encimera.

—Eh —le dije al tiempo que me interponнa en su camino. Detuvo sus pasos y fijу en mн su mirada—. їQuй te ocurre?

—Me disgusta tener que venir aquн.

Aquello me hiriу profundamente. Me estremecн y йl entrecerrу los ojos.

—En tal caso, lamento que hayas tenido que hacerlo —musitй—. їPor quй no me dices ya lo que necesitas? De ese modo podrбs marcharte.

—Sуlo querнa hacerte un par de preguntas. No te llevarб mucho tiempo. Debemos volver al funeral.

—De acuerdo, terminemos con esto.

Probablemente me estaba comportando con demasiada agresividad, pero no querнa que viera cuбnto daсo me hacнa. No me habнa portado bien, cierto, y despuйs de todo, hacнa dos noches habнa preferido a la chupasangre en vez de a йl. Yo le habнa herido primero.

Respirу hondo y de pronto los dedos temblorosos se quedaron quietos. Su rostro se sosegу hasta convertirse en una mбscara serena.

—Un miembro de la familia Cullen ha estado aquн contigo —expuso.

—Sн, Alice Cullen.

Asintiу con gesto pensativo.

—їCuбnto tiempo va a quedarse?

—Todo el que quiera —repliquй, todavнa con tono beligerante—. Puede venir cuando le plazca.

—їCrees...? їPodrнas explicarle lo de la otra, lo de Victoria, por favor?

Palidecн.

—Ya la he informado.

El asintiу.

—Has de saber que mientras los Cullen estйn en este lugar, sуlo podemos vigilar nuestras tierras. El ъnico sitio donde tъ estarнas a salvo serнa en La Push. Aquн ya no puedo protegerte.

—De acuerdo —contestйconun hilo de voz.

Entonces apartу la vista y mirу al exterior a travйs de las ventanas traseras sin decir nada mбs.

—їEso es todo?

Mantuvo los ojos fijos en el cristal mientras contestaba:

—Sуlo una ъltima cosa.

Esperй, pero йl no prosiguiу, por lo que al final le urgн:

—їSн?

—їVan a regresar los demбs? —inquiriу con voz frнa y calmada. Me recordу al comportamiento sereno de Sam. Jacob se parecнa cada vez mбs a йl. Me preguntй por quй me molestaba tanto.

Ahora fui yo quien permaneciу callada y йl clavу sus ojos perspicaces en mi rostro.

—їY bien? —preguntу mientras se esforzaba en ocultar la tensiуn detrбs de su expresiуn serena.

—No —respondн al fin, a regaсadientes—. No van a volver.

Jacob no se inmutу.

—Vale. Eso es todo.

Mi enfado resurgiу y le fulminй con la mirada.

—Bueno, venga, ahora vete. Ve a decirle a Sam que los monstruos malos no te han atrapado.

—Vale —volviу a decir, aъn calmado.

Era lo que parecнa. Jacob saliу a toda prisa de la cocina. Esperй a oнr la puerta de la entrada, pero no fue asн. Escuchй el tictac del reloj de la cocina y me maravillй una vez mбs de lo silencioso que se habнa vuelto.

ЎMenudo desastre! ЎїCуmo podнa haberme alejado tanto de йl en tan breve lapso de tiempo?!

їMe perdonarнa cuando Alice se hubiera marchado? їY quй ocurrirнa si no lo hiciera?

Me dejй caer contra la encimera y enterrй mi rostro entre las manos. їCуmo podнa haberlo complicado todo de este modo? En cualquier caso, їme podнa haber comportado de otra manera? No se me ocurriу ninguna alternativa, ningъn otro modo de proceder.

—їBella...? —preguntу Jacob con voz atribulada.

Alcй el rostro, que mantenнa entre mis manos, para ver a Jacob, dubitativo, en la entrada de la cocina. No se habнa marchado, tal y como yo habнa pensado. Sуlo entonces vi gotas cristalinas en las palmas de mis manos y comprendн que estaba llorando.

La expresiуn serena habнa desaparecido del rostro de Jacob, que ahora se mostraba inseguro y ansioso. Caminу rбpidamente para acercarse a mi lado y agachу la cabeza hasta que sus ojos y los mнos estuvieron a la misma altura.

—Lo he vuelto a hacer, їverdad?

—їHacer? їEl quй? —preguntй con voz rota.

—Romper mi promesa. Perdona.

—No te preocupes —repuse entre dientes—. Esta vez empecй yo.

Su rostro se crispу.

—Sabнa lo que sentнas por ellos. No deberнa haberme sorprendido de ese modo.

Vi la repulsa en sus ojos y quise explicarle cуmo era Alice en realidad, defenderla, desmentir la opiniуn que se habнa formado de ella, pero algo me previno de que no era el momento.

Por tanto, me limitй a decir:

—Lo siento.

Una vez mбs.

—No hay de quй preocuparse, їvale? Sуlo estб de visita, їno? Se irб y las aguas volverбn a su cauce.

—їNo puedo ser amiga de los dos al mismo tiempo? —preguntй. Mi voz no ocultу ni una pizca del dolor que me embargaba.

Moviу la cabeza muy despacio negando esa posibilidad.

—No, no creo que sea posible.

Sollocй y clavй la vista en sus pies enormes.

—Pero їme esperarбs, verdad? їSeguirбs siendo mi amigo aunque tambiйn quiera a Alice?

No alcй los ojos, temerosa de lo que iba a pensar de la ъltima parte. Necesitу un minuto para responder, por lo que probablemente fue un acierto no mirarle.

—Sн, siempre serй tu amigo —dijo con brusquedad— sin tener en cuenta a quiйn ames.

—їPrometido?

—Prometido.

Me rodeу con los brazos y yo apoyй la cabeza sobre su pecho sin dejar de sollozar.


Дата добавления: 2015-10-30; просмотров: 128 | Нарушение авторских прав


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