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После глаголов, требующих Subjuntivo, можно употреблять Infinitivo, если действующее
лицо, подлежащее, у обоих глаголов одно и то же. В этом случае мы имеем простое
предложение.
Temo llegar tarde al Instituto.
Pablo siente no poder ayudarte.
Compraré este libro para estudiar el
español.
Я боюсь опоздать в институт.
Пабло жалеет, что не может тебе
помочь.
Я куплю эту книгу, чтобы изучать
испанский язык.
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„AHORA PUEDO HASTA REНR..."
«Deseo que terminen la nueva escuela. Cuando llegue el maestro empezaré las clases. Tengo que
aprender a leer y a escribir para ser más útil a mi patria».
Pedro Delgado Díaz es uno de los mil cuatrocientos hombres que trabajan en la granja «Camilo
Cienfuegos». Como la
inmensa mayoría de nuestros campesinos, es un poco retraído al principio. Luego, campesino
cubano al fin, resulta cordial, hospitalario, cariñoso. Habla sencillamente, sin reservas. Tiene la piel
bronceada por el sol y el aire de nuestros campos y las manos fuertes, endurecidas por el trabajo. A
todas nuestras preguntas responde pausadamente.
«Me parece que estoy viviendo en un mundo nuevo. Completamente nuevo. Lo que está pasando
aquí yo nunca lo había podido ni soñar. ¿Ve Vd. las casas en que vivimos ahora? ¡No ha visto Vd.
las que teníamos antes! Están haciendo 500 casas más para los trabajadores de la granja. Mire para
allá: un centro escolar para 600 niños, un dispensario médico y una tienda. Cuando todo esté
terminado será una pequeña ciudad en medio de este monte». Pedro hace una pausa y se queda
pensativo.
— El pasado no quiero recordarlo — prosiguió.
— Yo hice siempre los más duros trabajos. Al principio vivía con mis padres, luego me casé. Hace
de esto 17 años. Ahora tengo cuatro hijos. Siempre tuve que trabajar mucho para vivir. Pero ganaba
poco más de un peso al día y naturalmente, no alcanzaba para alimentar a la familia. Yo creo que
había perdido hasta la risa. Nunca pude divertirme, pasear, disfrutar de las cosas que la vida tiene de
bueno. Hoy, ya ve Vd. gano más de cuatro pesos diarios y vivo en una casa decente, limpia, con
agua y luz eléctrica. Ahora puedo hasta reír, me siento feliz, estoy contento.
Y el trabajo, ¿le gusta? — preguntamos a Pedro.
— Es lo que he hecho toda mi vida, trabajar en el campo. Desde niño me dediqué a las faenas
agrícolas y en el campo sé hacer de todo. Ahora estoy encargado de una parte del riego en la granja.
A veces ayudo en otras labores, porque es necesario echar una mano a los compañeros para que
todos podamos cumplir nuestras tareas.
— Y los niños, ¿qué hacen? ¿Estudian? — ¡Claro! — nos responde Pedro rápidamente — aquí
todos van a la escuela. A la que hay, porque todavía no se ha terminado la nueva.
Pedro nos invitó a su casa y nos presentó a su familia. Su mujer nos sirvió un café muy bueno.
Дата добавления: 2015-08-05; просмотров: 78 | Нарушение авторских прав
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