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He leído con mucho interés la declaración del general Franco afirmando que Marruecos no estaba maduro para ejercer la democracia. Espero que los amigos marroquís no encuentren en esa declaración motivos de humillación.
El general Franco resulta muy difícil, yo diría hasta quisquilloso en la aplicación de títulos democráticos. Coloca en alto lugar esa forma de gobierno y la distribuye a no importa quién. La democracia es un “Oscar” y hay que sudar para merecerla. Y eso es tan verdadero que el Caudillo no ha juzgado a su propio país digno de merecerla. Eso quedará para más tarde, cuando el pueblo español habrá realizado todo su aprendizaje de prisiones y de censura.
Lo que Franco niega a España no es sorprendente que se lo niegue a Marruecos. Además, el ejemplo mismo de la España franquista debe demostrar a los marroquís que no es absolutamente necesario vivir en democracia para ser una nación adulada. Hasta es recomendado, si se quiere tener éxito en el mundillo internacional, presentarse con dos o tres libertades bien estranguladas. Sobre todo la forma práctica de entrar en las Naciones Unidas es arrugando y ensuciando su Carta inmaculada. Para la O. N. U., como para el marqués de Sade, la unión perfecta sólo es posible en la violación.
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El general Franco no ha querido, pues, humillar a los marroquís, sino al contrario, hacerlos partícipes de su experiencia y mostrarles el comino para un avance rápido. Son, en resumen, los consejos que da Vautrin a Rubempré y por eso se comprende que el general estime “prematura” la autonomía concedida a Marruecos por Francia. Esa independencia concedida libres y asestar un golpe mortal a su porvenir.
Por esa razón Franco hace todo para alimentar una guerra de tribus que sin otras razones parecería sin significación en un país que acaba de obtener brillantemente lo que pedía. Los rifeños de la zona española representan para él los salvadores de una nación amenazada por el cáncer democrático. Gracias a ellos, Franco procurará hacer de Rabat lo que hizo hace veinte años de Madrid: lugar de nacimiento, en que convergen ahora los reyes magos americanos y rusos, del nuevo salvador del látigo.
En el caso en que los militantes marroquís se obstinaran todavía en sus prejuicios independientes se les demostrará que, después de todo, el gobierno francés -no Francia- da la razón al Franco. Después de haber demostrado el transporte de armas por los puertos españoles y por la permeable frontera del Rif, en el seno de la U. N. E. S. C. O. se va a disertar sobre la libertad de opinión en Madrid, capital de la censura, antes de elevar a Franco al Capitolio de las naciones antes libres.
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En todo caso yo espero firmemente que los marroquís, en lugar de obstinarse en sus sueños, compartidos por todo lo que Francia cuenta de mejor, se dejarán convencer por esas bellas lecciones de eficacia y de realismo. En ese caso pueden aspirar a esa recompensa suprema que constituye hoy el homenaje de gobiernos deshonrados, desunidos en todo y de acuerdo solamente para acelerar la descomposición mundial. Fortalecidos por los consejos del general Franco, alimentados por la sabiduría, reclamarán en primer lugar la independencia del Marruecos español y su incorporación a la nación marroquí. Ese día ganados también provisionalmente por las lecciones franquistas, los liberales franceses apoyarán las reivindicaciones marroquís con todas sus fuerzas y toda su indignación.
Дата добавления: 2015-10-16; просмотров: 87 | Нарушение авторских прав
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De Julio de 1936 | | | HOMENAJE A CERVANTES |