LA PINTURA ESPAÑOLA

La colección no es muy numerosa, cuenta con unos 150 obras, pero ocupa el cuarto lugar en el mundo. La pintura española se hizo conocida en Rusia y en toda Europa después de las guerras napoleónicas gracias a la actividad de los militares, embajadores y coleccionis­tas. Los primeros cuadros fueron adquiridos de la co­lección de Napoleón, pero su base fundamental la cons­tituyen los cuadros comprados de la colección del ban­quero inglés Kuzvelt (en 1814, 84 lienzos de Velázquez, Zurbarán, Morales, Murillo y otros). En 1831 Manuel Godoy, ministro de Carlos IV, vendió en la subasta su galería, donde fueron comprados los cuadros de Muri­llo y Ribera. Fueron testimoniados o comprados en su­bastas muchos otros cuadros que formaron la pinacote­ca de Ermitage, otros aparecieron en este museo de las colecciones privadas después de la revolución. En 1911 fue regalado al Ermitage el lienzo "Los apóstoles Pedro y Pablo" de El Greco. En 1972 un cuadro de Goya com­pletó la colección (regalado por el negociante norteame­ricano Jámmer).

En la colección de la pintura española del Ermitage hay obras de todos los maestros más destacados, de todas las escuelas (sobre todo de Sevilla y de Madrid); también hay cuadros de algunos representantes de la pintura del siglo XV.

Empezamos con la sala donde están expuestos 2 cua­dros de El Greco, uno de los pintores más enigmáticos de España. Nació en la isla Creta y era griego, de aquí proviene su apodo que sustituyó el nombre verdadero — Domenico Teotocópuli. Pasó 6 años en Venecia siendo alumno de Tiziano. Era uno de sus mejores discípulos. En aquel tiempo en España estaba construyéndose la catedral en el Escorial. El Greco fue a España para par­ticipar en su adornación pero su proyecto no le gustó al rey Felipe III y EL Greco se vio obligado a irse a Tole­do, donde vivió toda su vida. Pintó las catedrales e igle­sias. Influyó muchísimo en la pintura y sobre todo, en la pintura española. Es uno de los pintores más místicos de toda la pintura universal.

"Los apóstoles Pedro y Pablo". La obra data del final de los 80, se refiere a la época del florecimiento de la manera pictórica del maestro. Sigue la mundialmente famosa "El entierro del conde de Orgaz" (iglesia San Tomé en Toledo), donde aparecen retratos de muchas personas destacadas de la época toledana, entre ellos se encuentran modelos de la obra presente. Entre los per­sonajes aparece la cara idéntica a la de San Pablo de Ermitage. El mismo personaje aparece también en for­ma de San Pablo 2 veces en los cuadros que se encuen­tran en las colecciones privadas de España. La edad de este personaje cada vez coincide con la edad de El Gre­co en la época correspondiente a tal o cual pintura, lo que permitió a los especialistas tratar la imagen de San Pablo como el retrato del mismo El Greco. El apóstol Pablo era la figura preferida del pintor. Según la leyen­da, el apóstol Pablo fue a la isla Creta para propagar el cristia­nismo. En el cuadro se ve per­fectamente la diferencia en los caracteres y temperamentos de dos apóstoles. San Pedro (a la izquierda) era un simple pesca­dor, quieto y bondadoso. San Pablo era un ejemplo del fana­tismo religioso. Sin embargo, dos imágenes tan diferentes crean el ambiente armonio­so. No hay luz intranquila de la peculiar atmósfera del nerviosismo que es el rasgo distintivo del arte de El Greco cuando todo está viviendo y pulsando y las figu­ras están alargadas. Este lienzo es uno de los tardíos y no es muy típico.

El Greco es famoso por sus cuadros devocionales, re­tratos apostolados y retratos como tal. Su obra influyó en el retrato de España; tenía su propia escuela.

En el fichero del "Retrato de Alonso Ercilla y Zúñiga" siempre estaba escrito "el pintor anónimo del taller de El Greco". Supuestamente el autor de esta obra era Luis Tristán, discípulo y seguidor de El Greco. Ahora sabemos exactamente que también pertenece al pincel de El Greco.

Luis de Morales era contemporáneo de El Greco. Tenemos dos obras de este célebre pintor español que se llama "Divino Morales": "La Virgen de la rueca" y "La Madre dolorosa". A diferencia de los pintores italianos, Morales crea la imagen trágica de la virgen. Con los ojos llenos de dolor y sufrimiento mira la mu­jer joven a su hijo. La mirada del Niño Jesús está diri­gida a la rueca que tiene la forma de la cruz. "La Vir­gen de la rueca" se refiere a la época tardía de la obra del pintor. Se conocen varios cuadros según el mismo tema, de diferentes épocas. El tema está sacado del Re­nacimiento, principalmente de la obra de Leonardo, pero tratado de una manera bien diferente. Se dejan sentir las tendencias del arte nacional. En la imagen de la virgen domina el tema de dolor y de tristeza. Lo aprueba el hecho de que en una de las obra según este tema eje­cutado por.el maestro, se ha con­servado la inscripción en latín "Tristis est anima mea usque ad mortem", lo que puede conside­rarse como el lema de Morales.

"La Madre dolorosa" se refiere a los años 70; es la última de las tres ejecuciones de este tema rarí­simo en las colecciones del mundo y aún menos en las obras identifi­cadas.

LA SALA PEQUEÑA DE TRAGALUCES

José de Ribera. En la colec­ción tenemos seis cuadros suyos. Vivió mucho tiempo en Italia, en Roma y en Ñapóles donde ejer­ció en él mucha influencia la pin­tura de Caravaggio. Ribera era pintor cortesano y tenía el apo­do "Spañoletto" — "El Espa­ñol". "San Jerónimo y el ángel" es la obra más temprana del pin­tor.

"San Sebastián y Santa Irene" Nos acostumbramos a ver el martirio de San Sebastian. Ribera nos enseña lo que pasó después. Los motivos de la pintura de género en los cuadros religiosos se hicieron populares precisamente en el siglo XVII. Prestemos la atención al juego del claroscuro.

"San Onofrio". Este santo pertenecía a la familia real, lo que simboliza la corona, pero renunció a la herencia, 60 años/vivió solo en una cueva rezando y ayunando y por eso vemos su otro símbolo — calavera.

(A la izquierda — "Ecce homo" y "Alegoría de His­toria")

En esta misma pared vemos dos obras de Bartolomé Esteban Murillo. En total tenemos 15 cuadros de este famosísimo artista quien fue el primer presidente de la Academia de las Bellas Artes de España. El maestro tra­bajaba en diferentes géneros, especialmente en retrato in­fantil. "La inmaculada concepción" es el tema predi­lecto de Murillo. Se conocen 9 obras de Murillo según este tema, de ellas 7 están en las iglesias españolas, otras 2 las guardamos en el Ermita-ge. Una fue adquirida en 1842 de la colección de Esquilachi (el embajador español en Venecia) como la obra atribuida al maes­tro, la segunda — fue compra­da por el embajador ruso Mu-sin-Pushkin de la colección de Walpole. Esta última hace pa­reja con "La adoración de los pastores".

Uno de los mejores cuadros de nuestra colección es "El descanso en la huida a Egipto", obra maestra, ad­quirida con la ayuda de Dení Didrot. El pintor resulta aquí el maestro de un paisaje virtuoso. Sus copias están en Glasgo, Londres, Madrid, Sevilla, Nueva York. El paisaje juega también un gran papel en la serie dedica­da a la vida de San Jacob. Fueron pintados 5 lienzos de esta serie para un marqués que fue protector de la Aca­demia de Bellas Artes de Sevilla. "La bendición de

Jacob" y "El sueño de Jacob"se exponen en esta sala pequeña de tragaluces. Los héroes de muchos cuadros de Murillo son los niños. Uno de ellos es "El niño del perro".Este cuadro forma pareja con "La niña con el canasto de flores" que se encuen­tra en el Museo Pushquin de Moscú. Por supuesto, tienen que estar juntos pero ningún museo quiere ceder. (Comprados por el conde Golitsyn en la subasta de la colección del duque Shuasel.) Una obra brillante de Murillo es el lienzo "Niños Cristoy San Juan Bautista".

Vale la pena nombrar otros lienzos de Murillo que se guardan en nuestro museo: "La anunciación", "La Sa­grada Familia", "La muerte del inquisitor Pedro Ar-buez", "San Pedro sacado del cautiverio", "La visión de San Agostín de Padua", "San José con el Niño Cris­to", "Crucifixión".

Aquí mismo están represen­tados dos cuadros de Francisco de Zurbarán, representante de la escuela de Sevilla (en total te­nemos 6 lienzos suyos). La obra "San Lorenzo" fue destinada para la iglesia del monasterio en Sevilla, como la mayoría de los cuadros del pintor. San Lorenzo fue quemado en Roma en la ver­ja con la cual siempre es re­presentado. "La Virgen ado­lescente": pintado repetidas veces este tema, tenemos la ejecución más tardía. La Vir­gen deja su labor de aguja y está rezando. Su rostro expre­sa un sentimiento profundo y sincero.

Diego Velázquez es el fun­dador de la pintura del género y maestro del retrato psicoló­gico. Realizó una revolución en la historia de la pintu­ra europea, porque empezó a representar la vida coti­diana. Es curiosa la historia de su cuadro "Almuerzo" ("Bodegón"), porque siempre pensaban que el autor era un desconocido maestro flandés. Se guardaba en el Palacio de Tauride, luego en los aposentos del Ermita-ge. Después desubrieron en uno de los cuadros de Ve­lázquez el mismísimo niño que él del "Almuerzo". Fue atribuido en 1895. Esta obra puede ser ilustración para al­guna novela picaresca. Aun­que hay otra versión del argu­mento del "Almuerzo" — aquí están representadas las tres generaciones y las tres edades del ser humano.

"El retrato del conde duque de Olivares". Como sabemos, Velázquez era el pintor cortesano y se dedica­ba a pintar a la familia real y su ambiente. El conde-duque de Olivares fue minis­tro de la corte de Felipe IV y su favorito todopoderoso. En el retrato vemos el rostro poco ordinario, inteligente y codicioso. Los ojos miran más bien con escepticismo que con seguridad. Pálido, de mejillas flaccidas, Olivares produce la impresión de un hombre que envejece y pier­de la fe en sus fuerzas.

Дата добавления: 2015-08-05