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Bienvenidos al salón de charla de los Alegres Dublineses Divorciados. En este momento hay cinco personas on-line.
AMAPOLA se ha conectado.
Divorciada_I: ¡Mándalo a la mierda!
Amapola: Hola a todos.
FlorSilvestre: ¡Eso es! ¡Ésta es mi Divorciada_I!
Insegura: Ya lo sé, Divorciada_I, pero ése es justamente el problema que tengo ahora, ¿no? Ya no puedo mandarlo a la mierda, se ha ido. No tendría que haber dejado que se fuera. Ay, todo es culpa mía.
Amapola: Esto... hola a todos. ¿Funciona esto? ¿Podéis leer lo que escribo?
Divorciada_I: Corta el rollo, Insegura. Estoy harta de oír cómo te quejas noche tras noche. ¿Por qué va a ser culpa tuya? ¿Lo metiste en el coche y lo llevaste hasta la habitación del hotel? ¿Le bajaste los pantalones hasta los tobillos y lo tumbaste encima de ella en la cama?
Insegura: ¡Para, por favor, Divorciada_I! ¡Para! ¡Para! ¡Para! ¡No, no lo hice!
DamaSolitaria: Venga, déjala en paz. No es preciso ser tan gráfica.
Divorciada_I: Oye, sólo intento ayudar. Si no hiciste ninguna de esas cosas, ¿por qué diablos tiene que ser culpa tuya?
Amapola: No estoy segura de que esto esté funcionando. ¿Hola? ¿Hay alguien? Maldito ordenador. ¿Alguien puede contestarme?
Insegura: Bueno, puede que sin querer le presionara para que se esforzara más en el trabajo. Ya sabéis lo cara que está la vida últimamente y los niños no paran de pedir más, más y más, Iban a volver al colegio y los uniformes y los libros siempre son muy caros y yo no paraba de decirle que necesitábamos dinero porque íbamos muy justos y no estoy segura, pero a lo mejor fue culpa mía, ¿entiendes?
DamaSolitaria: Venga, Insegura, por favor...
FlorSilvestre: Ya he oído bastante por esta noche.
Divorciada_I: Oye, olvídate de él y punto. Es un cabrón y no hay más. Mándalo a la mierda.
Amapola: Bueno, no sé si a las demás les importa, pero tu marido sólo pensaba en una clase de trabajo esa noche y no tenía nada que ver con hacer horas extras en la oficina.
FlorSilvestre: ¡Vaya! ¡Bienvenida, Amapola!
Divorciada_I: Tienes razón, Amapola, que se vaya a la mierda.
Insegura: ¿Estás segura, Amapola?
DamaSolitaria: Me inclino a estar de acuerdo con las demás, Insegura. Bienvenida, Amapola. ¿Quieres chatear?
FlorSilvestre: Por favor, DamaSolitaria, cada vez que le preguntas a un visitante si quiere chatear lo asustas y se va corriendo. Parece que quieras hablar de guarradas o algo por el estilo.
DamaSolitaria: Perdón, ya sabes que no es mi intención. Tengo la mala costumbre de asustar a todo el mundo.
FlorSilvestre: ¿Cuáles son tus datos, Amapola?
Amapola: ¿Mis qué?
Divorciada_I: Eh, atención chicas, es una virgen del chateo.
FlorSilvestre: Tus datos, magdalena: edad, sexo, esas cosas.
Amapola: Bueno, tengo treinta y dos, soy mujer, tengo una hija de trece años y estoy felizmente divorciada.
FlorSilvestre: ¡Madre mía!
Divorciada_I: Enhorabuena, cielo. Mándalo a la mierda, es lo que digo siempre.
Insegura: Amapola, ¿quién tuvo la culpa del fracaso de vuestro matrimonio? ¿Tú o él?
FlorSilvestre: No le hagas caso, Amapola. Vive inmersa en la culpa.
Amapola: No pasa nada, está bien. Fue cien por cien culpa de él.
Divorciada_I: Quelle surprise.
DamaSolitaria: Al menos tienes una hija, Amapola, y no te quedaste sola. Mi marido, es decir, mi ex marido, me abandonó antes de que tuviéramos ocasión de fundar una familia. Creo que no me habría resultado tan duro si hubiésemos tenido hijos. Así al menos no me sentiría tan...
Divorciada_I: Sola, ya lo sabemos. Pero tienes que saber que es más duro con hijos. Por desgracia mis retoños son la viva imagen de mí marido y cada vez que los miro me vienen ganas de estrangularlos. ¿Tus hijos se parecen a tu ex, Insegura?
Insegura: Sí y no. Hay gente que dice que sí y gente que dice que no. En realidad no estoy muy segura...
FlorSilvestre: No seamos groseras, chicas, y presentémonos a Amapola. Tengo treinta y seis años, cinco hijos y mi marido me abandonó el año pasado.
Amapola: Vaya, qué espanto. Lo siento.
Divorciada_I: ¡Ja! No lo sientas, magdalena. Ese hombre tenía motivos para largarse. Ella se acostaba con el jardinero.
Amapola: ¡Oh!
FlorSilvestre: Venga, por favor, como si vosotras nunca hubieseis pensado en hacer lo mismo.
Insegura: En mi casa había jardinera.
FlorSilvestre: No me refería a eso.
DamaSolitaria: Nunca le habría hecho algo así a mi Tommy. Nunca.
Divorciada_I: Hola, Amapola. Tengo cuarenta y nueve, cuatro hijos y mi ex marido se tiraba a su secretaria. El muy cabrón.
Amapola: ¿Y tú, DamaSolitaria?
DamaSolitaria: Tengo veintisiete, me casé el año pasado, pero mi Tommy me abandonó. No soportaba la vida de casado, me dijo. De repente un buen día se fue y me dejó... sola.
Amapola: ¿Y tú, Insegura?
Insegura: Tengo treinta y seis, tres hijos y técnicamente no estoy divorciada. Seguimos viviendo juntos... ¿Y tú, Amapola, por qué rompisteis tú y tu marido?
Amapola: Se veía con varias mujeres distintas con cierta frecuencia y yo no me enteraba de nada.
Divorciada_I: Cabrón.
FlorSilvestre: Bueno, yo soy de las que piensan que venimos al mundo para tener tantos compañeros de juegos sexuales como podamos.
Divorciada_I: Cierra el pico, hippy de new age.
FlorSilvestre: No hago ningún mal manifestando mis opiniones personales. No recuerdo haber criticado las tuyas.
Divorciada_I: Eso es porque siempre tengo razón. Dinos, Amapola, ¿te quedaste con la casa?
Amapola: No, salí por piernas de allí. Me largué porque quise.
Divorciada_I: A mí me jodieron con el acuerdo del divorcio. Mi ex se quedó la casa de vacaciones y yo con la custodia de los niños. Lo que yo daría por poder disfrutar de unos meses de paz y tranquilidad tomando el sol.
DamaSolitaria: Yo me quedé la casa y eso significó que tuve que quedarme aquí sola con todas esas habitaciones llenas de recuerdos.
Divorciada_I: Eh, ya basta, Solitaria. Pareces un disco rayado, hoy.
DamaSolitaria: ¿Qué? Yo me habría quedado con Tommy aunque resultara ser un mierda. No me importaría, sólo quiero que vuelva.
FlorSilvestre: Ni caso. Está desequilibrada. La mejor manera de dejar atrás a un hombre es ponerse delante de otro. Todas lo sabemos.
Insegura: No estoy segura de que sea una actitud correcta. Yo, desde luego, no tengo intención de compartir cama con otro que no sea mi marido.
Amapola: No lo entiendo, Insegura. ¿Seguís casados?
Insegura: Técnicamente no estamos divorciados. El duerme en nuestro dormitorio y yo en la habitación de invitados.
FlorSilvestre: Insegura, ¿dejaste que te enviara al cuarto de invitados siendo él quien te ponía los cuernos?
Insegura: ¿Hice mal? No estoy muy segura. Todo esto es nuevo para mí...
DamaSolitaria: No me importaría que Tommy y yo no pudiéramos dormir en la misma cama. Me conformaría con tenerlo en casa conmigo.
Divorciada_I: Dios bendito, ¿es que no os he enseñado nada, señoras? En fin, Amapola, ¿dónde vives ahora si el cabronazo se quedó con la casa?
Amapola: Uy, esto os parecerá un poco extraño, pero en estos momentos vivo en casa del padre de mi hija.
Insegura: Tal como debe ser, me parece a mí.
DamaSolitaria: ¡Pero bueno, qué maravillosa historia de amor!
Amapola: No, no, no, no. No me malinterpretéis. No hay ni una pizca de amor en esta historia. De hecho, le odio.
FlorSilvestre: Te quejas demasiado.
Amapola: Sí, es verdad, y si le conocierais haríais lo mismo.
Divorciada_I: Yo no estaría tan segura. Desde que esta mujer cumplió los sesenta se desayuna un hombre cada día.
Amapola: Este no, te lo aseguro, a no ser que confundiera su cabeza con un huevo duro.
Insegura: Oye, Amapola, ¿por qué has elegido este nombre?
Amapola: Ah, es el apodo con el que me llama mi mejor amigo. Cuando teníamos seis años hicimos una obra en el colegio y yo era la Princesa Amapola y él era el Príncipe Rayo de Luna. Me ha llamado así desde entonces.
Divorciada_I: ¿¿Seguís en contacto después de veintiséis años??
Amapola: Sí, somos amigos íntimos.
Divorciada_I: ¿Eres amiga íntima de un hombre? ¿Alguna vez te has acostado en él?
Amapola: Sólo cuando de niños pasábamos la noche juntos en una de nuestras casas.
Divorciada_I: ¿Es gay?
Amapola: No, qué va.
Insegura: Bueno, me parece precioso. Quiero decir que yo perdí contacto con mis amigos del colegio en cuanto me casé. Leonard detestaba que tuviera amigos varones.
DamaSoIitaria: Cuando me vine de Belfast a Dublín con Tommy dejé atrás a mi familia y mis amigos y ahora que Tommy se ha ido, mis amigos están en el norte y yo...
Divorciada_I: Estás sola. Ya pillamos el mensaje. Amapola, ¿tu amigo está soltero, a qué se dedica, dónde vive y, por último, está buscando a una casi cincuentona con cuatro hijos? Los hijos puede quedárselos o no, me da igual.
Amapola: No, desgraciadamente no está soltero.
FlorSilvestre: ¿Por qué «desgraciadamente»?
Amapola: Porque ella es una auténtica bruja. Es su primer amor de cuando teníamos dieciséis años. Entonces la odiaba y ahora la sigo odiando. Además, él ha acabado por trabajar con el padre de ella en Boston, ni más ni menos, y supongo que su amor se reavivó.
Divorciada_I: Y estás celosa.
Amapola: No, no lo estoy.
Divorciada_I: Claro que lo estás. Lo noto en tu tono de voz.
Amapola: No puedes oírme. ¡Nos estamos escribiendo!
FlorSilvestre: Lo que quiere decir es que lo percibe y debo reconocer que estoy de acuerdo con ella.
Insegura: Pero, seguramente, si habéis sido amigos desde que teníais seis años y ahora tienes treinta y dos, los dos habéis estado casados y ahora vivís con otras personas en países distintos. Lo que no haya pasado a estas alturas ya no pasará nunca.
FlorSilvestre: Eh, Insegura, no seas tan pesimista. Las almas gemelas tienen el don de encontrar el camino que las une.
DamaSoIitaria: ¿Eso significa que Tommy volverá conmigo?
FlorSilvestre: No.
SOLTEROSAM se ha conectado.
Divorciada_I: ¡Sam!
FlorSilvestre: ¡Vaya! ¡Sam!
DamaSolitaria: Hola, Sam, bienvenido. ¿Cómo estás?
Insegura: Hola, Sam.
SolteroSam: Hola, señoras, me alegra ver que estáis todas aquí esta noche.
Divorciada_I: Sam, te presento a Amapola. Tiene treinta y dos años, una hija de trece y su marido la engañaba. Cielo, te presento a Sam, tiene cuarenta y cuatro, dos hijas y su ex mujer es lesbiana.
SolteroSam: Encantado de conocerte, Amapola.
Amapola: Lo mismo digo, Sam.
Insegura: ¿Qué te cuentas, Sam? ¿Estás triste o contento hoy?
SolteroSam: Oh, hoy he tenido un mal día.
FlorSilvestre: ¡Por favor! Se supone que esto es el chat de los Alegres Dublineses Divorciados, no el de los Dublineses Divorciados Deprimidos. Me voy a la cama.
Amapola: Más vale que haga lo mismo. Ha sido un placer conoceros a todos.
Divorciada_I: Nos vemos mañana a la misma hora, Amapola.
Insegura: Voy a acostar a los crios.
DamaSolitaria: Me parece que veré el vídeo de la boda otra vez antes de acostarme.
AMAPOLA se ha desconectado.
DAMASOLITARIA se ha desconectado.
INSEGURA se ha desconectado.
FLORSILVESTRE se ha desconectado.
Divorciada_I: Bueno, Sam, parece que sólo quedamos tú y yo. Tú pon la música y yo encenderé las velas.
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De: Stephanie
Para: Rosie
Asunto: ¡La señorita Casey!
¡No me puedo creer que vayas a trabajar para la señorita Casey! Mamá me lo contó por teléfono y le entró tal ataque de risa que casi no la entendí. ¡Dice que no sabe qué van a hacer ella y papá cuando, estando en Australia, reciban una carta de la señorita Casey citándolos el lunes a primera hora de la mañana para hablar de tu mala conducta en el trabajo!
¿Qué te ha llevado a coger este empleo? ¿Te has vuelto loca? Yo nunca tuve problemas con esa mujer, pero me consta que a ti te sacaba de quicio cuando eras niña y luego tres cuartos de lo mismo cuando Katie la tuvo de maestra. ¿Qué piensa Alex de todo esto? ¡Seguro que tiene una opinión muy interesante al respecto!
Querida Stephanie:
Bueno, por supuesto, tú nunca tuviste un problema con la señorita Casey porque ¡eras Doña Santita! ¡Estaba encantada con tu caligrafía inmaculada, tus deberes siempre puntuales y correctos, tu uniforme limpio y tus modales!
Debo de estar como una cabra por haber cogido este trabajo, pero, si quieres saber la verdad, es con mucho el mejor, tanto por el horario como por el salario. Es de lunes a viernes de 9 a 15.30, cosa que me parece fantástica después de haber trabajado todo el día y los fines de semana en mi último empleo. Está justo al lado de la escuela secundaria de Katie, de manera que podremos coger juntas el autobús cada día. Queda a pocos minutos del piso, lo cual me viene de perlas porque podré ir a comer a casa cada día. Con todas las demás complicaciones que tengo en mi vida, estos pequeños detalles me ayudarán un montón. En realidad no tengo intención de trabajar ahí durante mucho tiempo, sólo hasta que encuentre un empleo en la industria hotelera.
Pero la razón principal que me ha llevado a coger este trabajo es que no tengo alternativa. Me queda una semana más en el purgatorio (el piso de Brian) antes de que pueda mudarme a mi piso de alquiler, que es un vertedero. Voy a necesitar todo el dinero que pueda conseguir para ponerlo en condiciones y hacer que parezca un hogar. Dios sabe bien que Katie ya ha tenido demasiados. Cuando la Cadena de Hoteles Rosie Dunne compre Hoteles Hilton, entonces podré despreocuparme del dinero.
Mira que le han pasado cosas raras a Katie a lo largo de los años, pero ninguna ha sido tan estrafalaria como que su madre y su padre vivan en la misma casa como extraños. Lo que para muchos niños es un estilo de vida, en el caso de Katie se convierte en algo tronchante. En realidad no es que Brian y yo nos caigamos mal, es sólo que no sabemos absolutamente nada el uno del otro. Somos dos perfectos desconocidos que estuvimos juntos una vez (y sólo unos minutos, te lo aseguro), en un momento que apenas recuerdo, para hacer la cosa más increíble del mundo. ¿Cómo es posible que dos idiotas como nosotros creáramos algo tan fantástico como Katie? Cuando Katie llega a casa del colegio y larga uno de sus discursos al estilo de los cómicos de escenario para contar cómo le ha ido el día la miro, miro a Brian y pienso cómo es posible que de él, mezclado conmigo, se la haya obtenido a ella.
Puesto que ni Brian ni yo trabajamos procuro pasar tan poco tiempo como puedo aquí. Paseo por Henry Street la mayor parte del día para no tropezarme con él. Cuando estoy en el piso me quedo en mi habitación o me encierro en la despensa y mando e-mails como una loca. Lo normal sería que compartiéramos alguna clase de vínculo o amistad o que tuviéramos algún tipo de relación. Pero somos dos perfectos desconocidos.
Todavía estoy enfadada con él, pero el de ahora es otra clase de enfado. Antes estaba enfada porque me había abandonado. Yo tenía que hacerlo todo. Mi vida social se había ido al traste, me gastaba todo mi dinero y no encontraba trabajo. Pero ahora, cuando lo veo bromear con Katie, pienso que ha sido una pena. Eso es lo único que tenía que hacer mientras Katie crecía, estar pendiente de ella, y ella le habría aceptado, tal como hacen los niños, sin importarle cómo fuera. Ahora estoy enfadada con él por no haberse ocupado de ella. Por fin me he desprendido de esa parte egoísta de mí.
Una vez más no sé hacia dónde voy, Steph. Parece como si cada tantos años tuviera que apartar a paladas los trozos de mi vida para volver a empezar de cero. Haga lo que haga y por más que me esfuerce no consigo alcanzar las vertiginosas alturas de la felicidad, el éxito y la seguridad como hace tanta gente. Y no me refiero a hacerme millonaria y a vivir feliz comiendo perdices. Me refiero a llegar a un punto en la vida en que pueda pararme, echar un vistazo a mi alrededor, suspirar con alivio y pensar: «Ahora estoy donde quería estar».
Me falta algo, ¿sabes? Es la «chispa» especial que se supone que te da la vida. Tengo el trabajo, la hija, la familia, el apartamento y los amigos, pero he perdido la chispa.
Y como respuesta a tu pregunta sobre Alex, no sé lo que piensa de mi nuevo trabajo porque hace mucho tiempo que no sé nada de él. Está tan ocupado salvando vidas más valiosas y asistiendo a funciones benéficas que no puedo contar con que se ponga en contacto con una amiga como yo. Está demasiado ocupado repescando «viejas» amigas. Putillas, para más señas.
Дата добавления: 2015-10-30; просмотров: 89 | Нарушение авторских прав
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