Hacia la madurez espiritual

No hay misterio mayor que este, que continuamos buscando la realidad pese al hecho de que somos realidad. Creemos que hay algo que la oculta y que es necesario destruirlo para alcanzarla. ЎQuй ridнculo! Llegarб el dнa en que nos reiremos de todos los esfuerzos del pasado. Eso serб el dнa en que tambiйn riamos en el aquн y el ahora.

RAMANA MAHARSHI

Si pudiйramos ver claramente el milagro de una sola flor cambiarнa toda nuestra vida.

BUDA

El desarrollo de la esencia se convierte en el proceso de vivir. La vida ya no es una serie de experiencias de placer y dolor desconectadas, sino una corriente, un rнo de animaciуn.

A. H. ALMAAS

Para muchos, las fases iniciales del viaje espiritual suponen buscar experien­cias profundas y deslumbrantes. Deseamos ver seсales de lo divino, pruebas de todo lo que hemos esperado o se nos ha enseсado. Y si somos sinceros en nuestra prбctica, alcanzamos muchas de esas experiencias. Conocemos direc­tamente la compasiуn, la alegrнa, la paz interior, la fuerza y la voluntad, en­tre otras cualidades del alma. Podrнamos llegar a entender lo que quiere decir el budismo cuando habla de vacнo, o lo que quieren decir los poetas sufнes cuando escriben acerca del Amado; podrнamos entender el misterio de la re­surrecciуn de Cristo de un modo totalmente nuevo y personal. Sin embargo, a menos que esas experiencias estйn integradas como partes de nuestra vida cotidiana, siguen siendo poco mбs que recuerdos vagos, tema de conversaciуn o, peor aъn, formas de impresionar a nuestros amigos con nuestro esta­do mбs «evolucionado».

MOMENTOS VIVOS

Dedica treinta minutos a escribir en tu diario de trabajo interior acerca de los momentos de tu vida que tuvieron mбs realidad para tн. їCуmo fueron? їCуmo estabas tъ en esos momen­tos? їFueron acontecimientos importantes o acontecimientos normales del diario vivir? їEn quй difieren de otros recuerdos?

Pero si perseveramos en la prбctica y continuamos buscando la verdad de la situaciуn, llegamos a comprender que esos momentos sublimes no son extraordinarios; tampoco indican que seamos mбs «especiales» que los demбs seres humanos. Comenzamos a comprender que simplemente estamos vien­do la realidad; son tan fundamentales como el firmamento y el mar, insepa­rables de la vida humana. Nos damos cuenta de que nuestra visiуn se ha en­focado y que experimentamos la realidad tal como es. Pero dado que esa realidad nos permite experimentar directamente amor, valнa, sabidurнa y fuerza, vemos que ya no necesitamos luchar por esas cosas, y asн dejamos de aterrarnos a posesiones o resultados concretos. Podemos apartarnos de los proyectos del ego con gratitud, por llevarnos hasta donde nos han llevado. En esta fase estamos libres para vivir como seres humanos maduros, que ac­tъan de modo responsable y compasivo en el mundo. Este es el verdadero significado de la expresiуn «estar en el mundo pero no ser de йl».

No hace mucho (yo, Russ) tuve una comprensiуn profunda de esta ver­dad durante un retiro espiritual. En ese momento estбbamos ocupados en el periodo de trabajo del dнa, parecido al que explica Don al comienzo del libro; esa tarde a mн me habнan asignado la tarea de limpiar los cristales de las ven­tanas; ya habнa estado en varios de esos periodos, de modo que la renuencia y resistencia que me gobernaban antes ya no eran el problema principal; aun­que habнa sido difнcil, habнa aprendido a disfrutar de esos periodos, conside­rбndolos buenas y gratificantes oportunidades para conocerme a mн mismo y recuperar un equilibrio interior mayor.

Estaba trabajando en la segunda planta del colegio mayor, limpiando lenta y concienzudamente los cristales; dado que esa actividad no tenнa nada que ver con los programas normales de mi ego, me sentнa libre para observar el descontrol de los mecanismos de mi personalidad mientras intentaba estar presente en mi tarea. Por mi cabeza pasaban muchos pensamientos y fanta­sнas, entre otros si estarнa haciendo bien mi trabajo, si mi profesor observarнa mis esfuerzos, la importancia del momento, etcйtera. Pero de pronto obser­vй algo mбs fundamental: notй que algo en mн creнa que debнa «llevar la cuen­ta» de todo. Notй que mi mente estaba ocupadнsima rodando la pelнcula: gra­bando los acontecimientos, recordando observaciones importantes que me servirнan posteriormente y, a un nivel mбs profundo, manteniendo una orientaciуn a mi experiencia que no sуlo resultaba conocida sino necesaria. En realidad, yo era esa orientaciуn.

En ese momento ocurriу algo extraordinario. Comprendн que en reali­dad no necesitaba mantener esa orientaciуn vigilante. Podнa relajarme y se­guir limpiando las ventanas de todos modos. Se relajу una tensiуn interior y de pronto mi experiencia se hizo mбs inmediata, no mediada por mi activi­dad mental. Estaba allн sencillamente como presencia: limpiaba los cristales, mi cuerpo se movнa y respiraba, fuera se movнan las hojas de los бrboles, todo fluнa, pero no habнa sensaciуn de separaciуn. El mundo, incluido yo, era un solo fluir, un desenvolverse que seguнa, seguнa y seguнa. Sin embargo, todo esto ocurrнa dentro de una inmensa y plбcida quietud que no perturbaba ese juego de la realidad fluido y transformador. Lo que yo normalmente inter­pretaba como la base de la realidad, el mundo cotidiano, era real, sн, pero se parecнa mucho mбs al juego de la luz del sol sobre la superficie del mar. Po­dнa ver los reflejos brillantes sobre las olas, pero tambiйn percibнa las aguas profundas, y sabнa que yo estaba en esa profundidad.

Cuando dejй esa tarea, la conexiуn con ese aspecto de la realidad conti­nuу y se intensificу, tanto que fui capaz de relacionarme con los demбs a par­tir de esa sensaciуn expandida de mн mismo. No sentн ninguna necesidad de impresionar a los demбs con esa «consecuciуn», porque comprendн que en realidad no era una consecuciуn, sino simplemente una experiencia de la ver­dadera naturaleza del mundo. Asimismo, vi que todos los demбs eran sim­plemente aspectos de esa misma naturaleza, de modo que їa quiйn iba a im­presionar?

Lo mбs extraordinario de esta experiencia fue que comprendн que era posible ser consciente de mн mismo como una profundidad del ser y tambiйn funcionar normalmente en el mundo: comer, conversar, trabajar y descansar. El respeto y el amor por los demбs me vino de modo muy natural porque ex­perimentй realmente la verdadera naturaleza de la situaciуn. Es decir, com­prender nuestra verdadera naturaleza nos libera de las ansias e ilusiones de nuestra personalidad, y asн somos capaces de relacionarnos y actuar momen­to a momento con simplicidad, buen talante y una paz interior imperturba­ble. Sabemos quiйnes y quй somos, y acaba ese incesante desasosiego interior. Estamos libres para aceptar el don mбs grande y precioso de todos: el inson­dable misterio de nuestro ser, de nuestra propia existencia.

Дата добавления: 2015-11-14