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Sanar la aflicciуn

TIPO CUATRO: EL INDIVIDUALISTA | TIPO CINCO: EL INVESTIGADOR | TIPO SEIS: EL LEAL | TIPO SIETE: EL ENTUSIASTA | TIPO OCHO: EL DESAFIADOR | TIPO NUEVE: EL PACIFICADOR | EL ENEAGRAMA Y LA PRБCTICA ESPIRITUAL | EXCUSAS Y MБS EXCUSAS | ANTE LAS ADICCIONES | ACTITUDES SANADORAS |


 

El proceso de transformaciуn del corazуn puede ser difнcil, porque al abrirlo es inevitable que encontremos nuestro dolor y percibamos mбs el dolor de los demбs. De hecho, gran parte de nuestra personalidad tiene por finalidad evitarnos experimentar ese sufrimiento. Cerramos el corazуn a la sensibili­dad para no sentir el sufrimiento y poder continuar con nuestras actividades, pero nunca logramos evitar totalmente el dolor; con frecuencia lo percibi­mos justo lo suficiente para sentirnos desgraciados y hacer desgraciados a to­dos los que nos rodean. El famoso aforismo de Carl Jung de que «la neurosis es el sustituto del genuino sufrimiento» se refiere a esta verdad. Pero si no es­tamos dispuestos a experimentar nuestras aflicciones estas nunca sanarбn. Acallar el dolor nos impide sentir alegrнa, compasiуn, amor y cualquier otra capacidad del corazуn.

Aquн no se trata de revolearnos en los sufrimientos; el trabajo espiritual no tiene por fin hacernos masoquistas; la idea es transformar nuestro sufri­miento, no prolongarlo. No hay para quй aсadir mбs sufrimientos; lo que necesitamos es explorar las raнces, las causas del sufrimiento que ya tenemos. Hemos de mirar bajo las defensas de la personalidad y explorar los miedos y las heridas que nos gobiernan. Como hemos visto, cuanto mбs sufrimientos acarreamos del pasado, mбs rнgidas y controladoras son las estructuras de nuestra personalidad; pero estas no son invencibles. Y a pesar de lo que po­drнamos creer, es posible aliviar la aflicciуn, por grave que sea, si estamos dis­puestos a explorarla un poco mбs de tiempo.

 

SOBRE EL PERDУN

 

Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen, bendecid a los que os maldicen y orad por los que os injurian y persiguen.

JESЪS DE NAZARET

 

Uno de los elementos mбs importantes del progreso espiritual es la disposi­ciуn y la capacidad para dejar atrбs el pasado, y esto significa, inevitable­mente, vencer la dificultad para perdonar a quienes nos han herido o hecho daсo de diversas formas. Pero їcуmo olvidar las heridas y resentimientos que nos atan a la vieja identidad y nos impiden avanzar en la vida? Tambiйn aquн, no podemos simplemente «decidir» perdonar, como no podemos «decidir» amar sin mбs. El perdуn nace de nuestra naturaleza esencial, proviene de una comprensiуn mбs profunda de la verdad de nuestra situaciуn. Supone reco­nocer lo que ocurre en nosotros y en los demбs en un plano mбs profundo que el que hemos visto anteriormente. Exige que experimentemos la pro­fundidad de nuestro rencor, del odio y el deseo de venganza, sin actuar segъn esos impulsos. Explorando a fondo nuestros sentimientos por la persona con quien estamos enfadados o dolidos, y viendo exactamente cуmo se manifies­tan esos sentimientos en nosotros en el momento presente, comenzamos a soltar las estructuras que sujetan los resentimientos donde estбn. Nos invade la presencia y nos libera de las ataduras al pasado.

 

AFIRMACIONES DE PERDУN
Estoy dispuesto a estar dispuesto a perdonarme mis errores. Estoy dispuesto a perdonarme mis errores. Me perdono mis errores. Veo mis errores como oportunidades para aprender a discernir y tener paciencia. Agradezco a la vida las oportunidades que me ofrece para ser mбs sabio y tolerante.   Estoy dispuesto a estar dispuesto a perdonar a mis padres. Estoy dispuesto a perdonar a mis padres. Perdono a mis padres. Veo a mis padres como a mis maestros y guias. Agradezco a la vida que me haya dado tan buenos maestros para mi desarrollo.   Estoy dispuesto a estar dispuesto a perdonar a quienes me han hecho daсo. Estoy dispuesto a perdonar a quienes me han hecho daсo. Perdono a quienes me han hecho daсo. Veo las heridas que he recibido como oportunidades para aprender compasiуn. Agradezco a la vida que me haya dado un espнritu que perdona y es compasivo. Estoy dispuesto a estar dispuesto a olvidar mis penas y sufrimientos. Estoy dispuesto a olvidar mis penas y sufrimientos. Olvido mis penas y sufrimientos. Veo mis penas y sufrimientos como espacios en los que mi corazуn estб abierto. Agradezco a la vida que me haya dotado de -un corazуn receptivo y sensible. Estoy dispuesto a estar dispuesto a liberarme de las limitaciones de mi pasado. Estoy dispuesto a liberarme de las limitaciones de mi pasado. Me libero de las limitaciones de mi pasado. Veo mi pasado como lo que era necesario que me ocurriera para llegar a ser yo. Agradezco a la vida que me haya permitido vivir mi pasado.   * Lуgicamente, en esta afirmaciуn puedes decir nombres concretos, por ejemplo: «Estoy dispuesto a estar dispuesto a perdonar a............. Tambiйn puedes componer tus propias afirmaciones segъn surja la nece­sidad. La primera afirmaciуn la comienzas con «Estoy dispuesto a estar dispuesto a.....», en la siguiente eli­minas una condiciуn, hasta que en la tercera te liberas de lo que te ha tenido atado. En la cuarta indicas una cualidad positiva de la situaciуn, y en la quinta agradeces que te haya sucedido. En un esquema mayor de las cosas, podrнa haber sido una bendiciуn disfrazada, o una de las experiencias formadoras mбs importan­tes de tu vida.

 

Afortunadamente contamos con la ayuda de nuestra esencia en este di­fнcil proceso de explorar el dolor y el miedo que hay bajo la personalidad. Siempre que estamos dispuestos a explorar la verdad de nuestras experiencias inmediatas, sin hacer juicios ni poner condiciones, surge de forma natural la cualidad esencial de la compasiуn y tras ella viene la curaciуn.

Compasiуn no es lo mismo que sentimentalismo, lбstima ni autocompasiуn; es un aspecto del amor divino que disuelve todas las defensas y resis­tencias cuando se ve sufrir a alguien. La personalidad no puede hacer nada para generar compasiуn; esta surge naturalmente cuando estamos dispuestos a ser receptivos y sinceros en lo que de veras sentimos, y nos alivia la aflic­ciуn. (Podrнamos decir que la verdad sin compasiуn no es verdad en realidad, y que la compasiуn sin verdad no es verdadera compasiуn.)

El amor divino que desea expresarse en el mundo a travйs de nosotros es una fuerza potente capaz de derribar todas las viejas barreras y falsedades que se han acumulado en nosotros. Aunque ciertamente experimentaremos con­siderable tristeza y pena durante el proceso del trabajo interior, es sumamen­te importante tener presente que detrбs de todo eso estб el amor, tanto como energнa motivadora como fin hacia el cual nos dirigimos.

 

 

EL ENEAGRAMA DE LA LIBERACIУN

 

La ъnica salida es ir adelante.

DICHO DE LOS PROGRAMAS DE DOCE PASOS

 

 

Despuйs de aсos de reflexiуn sobre el proceso de transformaciуn, los Richard y yo comenzamos a ver que, siempre que observбbamos una reacciуn defen­siva o un comportamiento limitador y nos liberбbamos de йl, seguнamos es­pontбneamente una determinada secuencia. Vimos que ese aspecto de la li­beraciуn no se producнa simplemente por tener la intenciуn de liberarnos de un hбbito problemбtico; no era cuestiуn de fuerza de voluntad. Sin embar­go, muchas veces ocurrнa que ciertos hбbitos o reacciones desaparecнan es­pontбneamente, o al menos eso nos parecнa, y quisimos descubrir cuбles eran los ingredientes que facilitaban ese proceso. Dado que, gracias a Gurdjieff, sabнamos que el eneagrama tambiйn se puede usar como modelo de procesos, ordenamos nuestras observaciones alrededor del sнmbolo del eneagrama y creamos lo que llamamos El eneagrama de la liberaciуn.

Esta es una prбctica que se puede hacer en cualquier momento. Se si­guen nueve pasos que corresponden a los nueve puntos situados alrededor de la circunferencia del eneagrama, aunque estos pasos no estбn relacionados con los tipos de personalidad. Los diagramas al margen ilustran el proceso de los nueve pasos.

El proceso siempre comienza en el punto Nueve, al que le hemos asignado la cualidad de la presencia. Si no tenemos un grado de presencia no podremos dar ni siquiera el primer paso. La presencia nos permite ver que estamos en un estado de identificaciуn.

Observa que hemos de completar cada punto para poder pasar al siguiente, y que el proceso es acumulativo: al pasar a cada nueva fase llevamos con nosotros las cualidades de los pa­sos anteriores. Con la prбctica, se acelera el proceso de liberar­nos tras pasar los primeros puntos. Asн pues, estar presentes lo suficiente para atestiguar que nos identificamos con un estado negativo o no deseado nos permite pasar al punto Uno.

En el punto Uno, con la ayuda de la presencia, logramos «verlo»; vemos que estamos identificados con algo, una opiniуn, una reacciуn, la necesidad de tener razуn, una ensoсaciуn agradable, un sentimiento doloroso, una postura, casi cualquier cosa. Reconocemos que estamos atascados en algъn mecanismo de la personalidad y que hemos estado en un trance. Ese es el fe­nуmeno al que antes hemos llamado sorprendernos en el acto. Siempre se ex­perimenta como un despertar, como un «volver a los sentidos».


En el punto Dos nombramos conscientemente el estado que acabamos de reconocer; «lo decimos»: «Estoy enfadada», «Estoy irritable», «Tengo hambre», «Estoy aburrido», «Estoy harta de esto y aquello», «Esto no me gus­ta». Simple y francamente nombramos el estado en que estamos, sin anali­zarlo ni juzgarlo.

 

En el punto Tres, el proceso pasa de la mente al cuerpo: «lo sentimos». Todos los estados emocionales o mentales intensos producen algъn tipo de reacciуn fнsica en el cuerpo, algъn tipo de tensiуn. Una persona podrнa no­tar, por ejemplo, que siempre que se enfada con su cуnyuge aprieta las man­dнbulas y tensa los hombros. Otra podrнa notar que cuando estб enfadada ex­perimenta una sensaciуn de ardor en el estуmago. Y otra podrнa descubrir que entorna los pбrpados cada vez que habla consigo misma. El miedo po­drнa hacernos sentir «electrizados» o hacernos encoger los dedos de los pies o retener el aliento. En el punto Tres sentimos, percibimos esa tensiуn; no pen­samos en ella ni la visualizamos, simplemente la sentimos, tal como es en el momento.

En el punto Cuatro «permanecemos con la sensaciуn» de tensiуn o energнa que hemos localizado en el cuerpo. En este punto la tentaciуn es de­cir sencillamente: «Bueno, estoy enfadado y tengo la mandнbula apretada. ЎVale, lo entiendo!». Pero si no permanecemos con esa tensiуn, no nos libe­raremos de ese estado. Ademбs, si logramos estar con ella, podrнan aflorar sentimientos de dolor o ansiedad emocional. Si ocurre eso, necesitamos compasiуn por nosotros mismos para ser capaces de estar presentes ante esos sentimientos.

Lleva tiempo interesarnos por la simplicidad de experimentarnos de este modo. Nos gustarнa que el proceso de crecimiento fuera mбs interesante y es­pectacular, y no nos apetece pasar un tiempo con el dolor de nuestras ten­siones. Sin embargo, si no lo hacemos cualquier experiencia extraordinaria que tengamos tendrб poco efecto real en nuestra forma de vivir la vida.

En el punto Cinco, si hemos pasado por los cuatro primeros pasos, no­taremos que algo se abre en nosotros y que las tensiones se desvanecen: nos «relajamos»; nos sentimos mбs livianos y despiertos. No nos obligamos a re­lajarnos, sino que al permanecer con las tensiones y sensaciones del punto Cuatro, permitimos que se manifieste en nosotros el proceso de relajaciуn.

Relajarse no es insensibilizarse o desmadejarse. Sabemos que estamos re­lajados cuando experimentamos nuestro cuerpo y nuestros sentimientos con mбs nitidez y profundidad. Al relajarnos podrнamos dejar al descubierto ca­pas mбs profundas y entonces surgirнa la ansiedad; esta ansiedad volverнa a producir tensiуn, pero mientras logremos permitir la relajaciуn y la sensa­ciуn de ansiedad, continuarбn desvaneciйndose los estados que nos han teni­do atenazados.

Asн como las tensiones fнsicas se disuelven cuando las percibimos, per­manecemos con ellas y nos relajamos, lo mismo ocurrirб con los hбbitos emocionales que las generaron, sean cuales fueren. El acto de sacar a la luz de la conciencia las tensiones y pautas emocionales las disuelve.

En el punto Seis nos acordamos de respirar: «respiramos». Esto no sig­nifica hacer fuertes inspiraciones y espiraciones como si estuviйramos practi­cando el mйtodo Lamaze. En realidad sуlo significa ser mбs conscientes de la respiraciуn; dejamos que la relajaciуn del punto Cinco «llegue a» la respira­ciуn. Esto es importante porque cuanto mбs metidos estamos en los asuntos de la personalidad mбs constreсida y superficial es nuestra respiraciуn. Podrнamos notar, por ejemplo, que cuando estamos en una situaciуn ligeramente estre­sante (mientras conducimos un coche o terminamos un trabajo urgente) nuestra respiraciуn se hace mбs superficial. Respirar nos estabiliza y nos ayu­da a liberar la energнa emocional. Cuando respiramos mбs profundo y mбs relajados continъa cambiando la forma de nuestras tensiones. No intenta­mos escapar de la o las emociones que surjan sino que continuamos respi­rando con ellas. Al hacer esto tal vez tengamos la sensaciуn de que nos en­sanchamos, nos expandimos. Nos sentimos mбs «reales», mбs centrados.

En el punto Siete «reconectamos» con una percepciуn mбs completa de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Comenzamos a dejar entrar en la percepciуn consciente otras impresiones sensoriales: podrнamos comenzar a percibir la luz del sol en la pared o la temperatura y la calidad del aire. Po­drнamos percibir la textura y el color de la ropa que llevamos puesta.

Reconectar significa abrirnos a la parte de nuestra experiencia a la que antes no tenнamos acceso. Descubrimos que cuando realmente conectamos con nuestra experiencia, no estб ligada a nuestras asociaciones habituales. Se desvanecen nuestros objetivos, planes y guiones. De pronto vemos u oнmos, y percibimos con mayor claridad, interior y exteriormente.

Si tenнamos un problema con otra persona, no reaccionaremos ante ella de la forma como solнamos hacerlo. Cuando estamos hipnotizados por la personalidad, creemos saber cуmo es esa persona «siempre» y lo que va a ha­cer, pero cuando reconectamos con ella nos damos cuenta de lo mucho que no sabemos de ella. Valoramos y respetamos el misterio de su ser, porque es­tamos mбs conectados con nuestro Ser. Una vez que nos permitimos «no sa­ber» lo que va a hacer o a decir esa persona, o lo que estб pensando, se hace posible una relaciуn con ella mucho mбs real e inmediata.

En el punto Ocho, «reenmarcarnos» la situaciуn que creнamos que cau­saba nuestros problemas; vemos toda la situaciуn con una luz mбs objetiva, y desde ese equilibrio y claridad descubrimos la manera de enfrentarla con mбs eficacia.

Por ejemplo, si uno estб enfadado con alguien, podrнa ver el sufrimien­to y el miedo de esa persona y ser capaz de hablarle con mбs compasiуn y aceptaciуn. Si nos sentimos abrumados por un problema, reconectar con algo mбs real de nosotros nos da la capacidad de ver que en realidad estamos a la altura de la tarea; o tal vez de ver que el problema es mayor de lo que so­mos capaces de resolver y necesitamos ayuda. En todo caso, reenmarcar co­loca el problema y a nosotros mismos en una perspectiva mucho mбs amplia.

Por ъltimo, volvemos al punto Nueve, en donde nos abrimos a mбs pre­sencia y, con ella, a mбs percepciуn. Con esa mayor capacidad es mucho mбs fбcil volver a hacer los nueve pasos si es necesario.

Cuando comenzamos a usar «El eneagrama de la liberaciуn» podrнamos advertir que nos quedamos atascados una y otra vez en un mismo lugar (o «punto») del proceso. Por ejemplo, vemos algo, lo decimos y no continua­mos adelante; incluso podrнamos notar que estamos tensos, pero nos despis­tamos antes de poder permanecer con la tensiуn el tiempo suficiente para que se disuelva. Es muy ъtil entonces fijarnos en quй punto abandonamos el proceso, porque tal vez convenga poner mбs atenciуn a ese punto.

A medida que practiquemos este mйtodo, nos serб mбs fбcil y rбpido se­guir los puntos del cнrculo. Ademбs, cuanto mбs avanzados estemos en la se­cuencia mбs difнcil resultarб separar los pasos; es posible tener mбs dificultad en la primera parte del proceso, pero una. vez que empezamos a avanzar hacia la presencia, esta apoya cada vez mбs la actividad.

La prбctica del eneagrama de la liberaciуn profundiza y expande la ex­periencia fundamental de nosotros mismos. Estamos mбs relajados, vivos y conectados con nuestro ser y con nuestro entorno, y mбs receptivos a la gra­cia. Podrнa sorprendernos la diferencia entre cуmo nos experimentamos des­puйs del proceso comparado con cуmo nos experimentбbamos antes de pa­sarlo. Hemos usado la escoria de la personalidad y, colaborando con algo que nos trasciende, la hemos convertido en oro.


CAPНTULO 17

 


Дата добавления: 2015-11-14; просмотров: 46 | Нарушение авторских прав


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