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LA VIDA NOS APOYA

TIPO SEIS: EL LEAL | TIPO SIETE: EL ENTUSIASTA | TIPO OCHO: EL DESAFIADOR | TIPO NUEVE: EL PACIFICADOR | EL ENEAGRAMA Y LA PRБCTICA ESPIRITUAL | EXCUSAS Y MБS EXCUSAS | ANTE LAS ADICCIONES | ACTITUDES SANADORAS | COMER CONSCIENTEMENTE | SANAR LA AFLICCIУN |


 

Tan pronto oн mi primera historia de amor comencй a buscarte, sin saber lo ciego que estaba.

Los amantes no se encuentran finalmente en alguna parte; han estado siempre el uno en el otro.

RUMI

 

Llamado o no llamado, Dios estб presente.

CARL JUNG

 

Pedid y recibirйis, buscad y encontrarйis, llamad a la puerta y se os abrirб.

JESЪS DE NAZARET

 

Quienes estбn despiertos viven en un estado de constante sorpresa.

BUDA

En general, el 99 por ciento del tiempo la vida es benigna y sustentadora. El ego nos lleva a anclarnos en el uno por ciento cuando es doloroso, oscuro y trбgico, aunque incluso en esas ocasiones sуlo es doloroso y trбgico para no­sotros (nuestra tragedia podrнa ser buena suerte para otra persona). Aunque la mente imagina las peores situaciones posibles, como los accidentes de coche, la mayor parte de nuestra vida no se compone de ese tipo de incidentes. Si miramos con mбs objetividad nuestra vida, si pudiйramos ver las cosas tal como son, comprobarнamos que, en efecto, la realidad nos apoya muchнsi­mo, que es un milagro. El universo es mucho mбs generoso de lo que reco­nocemos, y ante esa avasalladora abundancia, simplemente es lуgico desper­tar y abrirnos a esa generosidad.

Todas las grandes religiones del mundo enseсan que no estamos solos y que se nos apoya y protege de modos invisibles e insondables. En la tradiciуn cristiana estб la idea de la «comuniуn de los santos», creencia en que toda la comunidad del Cielo intercede constantemente por los que todavнa estбn en la tierra. Los hindъes ven la manifestaciуn de Dios en todo y en todas panes, en los бrboles, los lagos y las montaсas, en las tormentas y los volcanes, del mismo modo en que los budistas ven las infinitas formas de la naturaleza Buda. Las estatuas de santos cristianos y los innumerables bodisatvas son re­cordatorios de esta profunda verdad espiritual: que no estamos solos y que se nos ayuda en nuestro camino en una variedad infinita de formas.

Uno de los templos mбs famosos de Japуn es el Sanjusangedo (Casa de las treinta y tres naves) dedicado a Kannon, nombre japonйs de Avalokitesvara, el buda o bodisatva de la Compasiуn Divina. Lo que da a este templo su efecto ъnico son las 1.001 estatuas doradas de Kannon dispuestas en diez hileras a lo largo del equivalente a dos campos de fъtbol en el interior del templo; es un lugar serenamente imponente, impregnado de exquisita deli­cadeza y fuerza, que recuerda al visitante que el absoluto, Dios, envнa conti­nuamente a la tierra incontables ayudantes y oleada tras oleada de gracia para cada ser humano, asн como bendiciones del manantial infinito de su compa­siуn. Causa una arrolladora impresiуn ver esa multitud dorada de portado­res de gracia y buena voluntad procedentes del mundo que estб fuera de nuestra percepciуn normal.

Vamos comprendiendo esta benevolencia lenta pero inexorablemente:

cuando nos abrimos al momento presente, todo se convierte en maestro, porque todo en la vida apoya nuestra presencia y nuestro crecimiento. El eneagrama nos hace ver cуmo decimos no a la vida, cуmo todo el tiempo les damos la espalda a las riquezas que nos rodean. Pero como nos lo recuerdan las 1.001 estatuas de Kannon, lo que verdaderamente deseamos y buscamos fuera de nosotros siempre estб disponible en el aquн y el ahora.

 

EXCAVACIУN Y RECUPERACIУN DEL VERDADERO YO

 

 

Cuanto mбs se penetra en la verdad, mбs profunda es.

MAESTRO DE ZEN BAIMKEI

 

El verdadero valor de un ser humano se encuentra en el grado de liberaciуn de sн mismo que ha logrado.

ALBERT EINSTEIN

 

El tipo de mentira mбs comъn es la que se dice uno a sн mismo.

NIETZSCHE

 

Nuestra resistencia al cambio tiende a alcanzar su grado mбximo cuando es inminente un cambio importante.

GEORGE LEONARD

 

Es inconcebible pensar que la espiritualidad es morir a sн mismo; pero hay muerte en ella y uno la lamenta. Causa aflicciуn ver que comienza a desaparecer quien uno creнa ser.

RAM DASS

 

La gracia llena los espacios vacнos, pero sуlo puede entrar cuando hay un vacнo para recibirla, y es la propia gracia la que crea ese vacнo.

SIMONE WEIL

 

Una noche, durante un vuelo nocturno a California para dar una sesiуn de formaciуn, comenzamos a reflexionar sobre las diversas fases de crecimiento por las que habнamos pasado cada uno en nuestro trabajo interior personal. Parte de la conversaciуn versу sobre si verнamos alguna vez la proverbial «luz al final del tъnel», ya que cada uno experimentaba constantemente su buena cantidad de sufrimiento al descubrir las capas de hбbitos neurуticos y asun­tos no resueltos del pasado. Tambiйn nos preguntamos si el proceso de pelar la «cebolla» de la psique serнa ъnico en nosotros o si se podrнa generalizar para los demбs. El viaje durу varias horas y lo dedicamos a esbozar observaciones y a comparar nuestras experiencias. Cuando aterrizamos tenнamos armado el siguiente modelo, sobre el que hemos continuado reflexionando para perfec­cionarlo a lo largo de los aсos.

La respuesta a la que llegamos finalmente esa noche en el aire fue un so­noro «ЎSн!». Con el tiempo se ha hecho mбs sуlida nuestra convicciуn de que la expresiуn «excavar el verdadero yo» es una descripciуn correcta del proce­so de transformaciуn. Aun cuando excavar los diversos estratos de la psique significaba pasar por capas de dolor y negatividad, valнa la pena tomar con­ciencia de la vieja basura psнquica que se habнa acumulado por no haber que­rido enfrentarla. Era posible llegar a nuestro ser esencial, a nuestro «nъcleo de oro», que no sуlo nos estaba esperando, sino que ademбs llevaba tiempo urgiйndonos a hacerlo.

El trabajo tenнa que hacerse capa por capa, excavando por las estructu­ras externas de la personalidad hasta llegar a las cualidades centrales de nues­tra verdadera naturaleza. Al trabajar en este proceso de recuperaciуn duran­te varios aсos, identificamos en йl nueve estratos distintos. Estos nueve estratos no se corresponden ni con los nueve tipos ni con los nueve niveles de desa­rrollo de cada tipo. Hay que imaginбrselos como los «mundos» diferentes, como nueve capas de una cebolla, que uno se va a encontrar al ir explorando cada vez mбs a fondo los aspectos de nuestra naturaleza esencial.

Reflexionando mбs sobre estos estratos y enseсбndolos durante varios aсos, no sуlo nos hemos convencido de su verdad y utilidad sino que ademбs hemos visto que otras personas de otras tradiciones han descubierto partes de ellos en su trabajo. Este mapa del proceso de transformaciуn reъne percep­ciones que todos experimentan cuando se enfrentan a las barreras universa­les del trabajo interior.

 

Primer estrato: La imagen propia habitual

El primer estrato estб compuesto por las ideas y la imagen de quienes nos gustarнa ser y cуmo nos vemos automбticamente; suele contener cierto grado de grandiosidad e ilusiуn. Por ejemplo, aquella persona que piensa que nun­ca miente o que nunca llega tarde a una cita, o que primero piensa en los demбs, etcйtera. Tambiйn podrнa contener opiniones negativas de sн misma:

que es poco atractiva, poco inteligente o carece de agilidad atlйtica. Hipnoti­zados por la personalidad, rara vez ponemos en duda estas suposiciones so­bre nosotros mismos, y reaccionamos con fuerza cuando los demбs ponen en duda o no nos respaldan en estas opiniones (ilusorias) sobre nosotros mis­mos.

En este estrato la persona estб en la franja media (en el nivel 4 de desarrollo o mбs abajo). A menos que se le dй algъn medio para despertar (nor­malmente desde el exterior) hay pocas esperanzas de que cambie, porque estб sumida en el trance de la identificaciуn con su personalidad del que no pue­de despertar sola. Si ha identificado mal su tipo (y, por ejemplo, es Nueve y no Cinco como cree), actъa automбticamente en el dominio de su imagen habitual y es casi imposible que haga un trabajo significativo con el eneagrama. Por eso es tan importante descubrir el tipo de personalidad correcto y com­prender claramente su funcionamiento interior.

 

Segundo estrato: El comportamiento real

Si entramos en el camino del trabajo interior y continuamos el proceso de observaciуn propia comenzamos a notar que muchos de nuestros comporta­mientos no se corresponden con nuestra imagen habitual. Esta comprensiуn nos lleva al segundo estrato, en el que comenzamos a «sorprendernos en el acto». Podrнamos tener la impresiуn de que decimos la verdad, pero empeza­mos a advertir con quй frecuencia decimos mentiras para evitar enfrentamientos o para complacer a los demбs.

Por suerte, todos tenemos momentos de despertar espontбneamente a la verdad de nuestro estado y a nuestras mayores posibilidades. Pero para ex­pandir esos momentos hemos de valorarlos lo suficiente para buscar formas de estar mбs despiertos. Esto significa buscar apoyo para nuestro trabajo in­terior, en libros, prбcticas, amigos y orientadores mбs formales, como tera­peutas o maestros. Para permanecer en este estrato y para avanzar a los mбs profundos, necesitamos cultivar cada vez mбs la capacidad de estar presentes. Cuanto mбs profundo excavamos mбs presencia necesitamos.

 

Tercer estrato: Las actitudes y motivaciones interiores

Si perseveramos en el camino comenzaremos a percibir las actitudes y los motivos que hay detrбs de nuestros comportamientos. їQuй nos empuja a hacer las cosas que hacemos? їEs para obtener atenciуn? їPorque estamos fu­riosos con nuestras madres? їPorque queremos desahogar el sufrimiento o la vergьenza? La finalidad del psicoanбlisis y de otras muchas formas de terapia es sacar a la conciencia esta capa del yo para que el comportamiento no estй dirigido automбticamente por impulsos inconscientes. Cuanto mбs ahonda­mos en estas preguntas, mбs ambiguas son las respuestas, ya que no suele ser posible decir exactamente quй «causa» un determinado comportamiento.

En este estrato tambiйn vemos lo arraigados que estбn nuestros com­portamientos y hбbitos aprendidos y cуmo muchos de ellos se remontan a generaciones dentro de nuestras familias y nuestra cultura. El nъcleo motivador de nuestro tipo (en el que se encuentran, sobre todo, el miedo y el de­seo bбsicos) es un elemento importante que mantiene en su lugar los hбbitos y las reacciones automбticas de la personalidad. Al comprender las motivaciones tambiйn comenzamos a vislumbrar lo que verdaderamente desea nuestra alma. Nuestras motivaciones nos revelan lo que creemos que nos fal­ta y que, por lo tanto, buscamos de una u otra forma.

 

Cuarto estrato: Los afectos y tensiones subyacentes

A medida que somos mбs conscientes de nosotros mismos en el momento presente comenzamos a descubrir quй es la experiencia sentida en ese mo­mento. Por ejemplo, en el estrato 2 podrнamos descubrir que estamos fin­giendo interйs en una conversaciуn durante una fiesta; en el estrato 3 po­drнamos reconocer que en realidad deseamos marcharnos de la fiesta, y en el estrato 4 podrнamos notar una sensaciуn de agitaciуn en el estуmago o de tensiуn en los hombros y el cuello.

Si logramos desarrollar la capacidad de observarnos lo suficiente, toma­remos conciencia de las capas sutiles de tensiones musculares y energйticas del cuerpo, asн como de las partes del cuerpo en las que la energнa estб blo­queada o ausente. En este estrato se hacen aъn mбs importantes la relajaciуn y la respiraciуn, porque se requiere bastante mбs capacidad de estar presen­tes a las sensaciones del cuerpo que en los estratos anteriores.

 

Quinto estrato: La ira, la vergьenza y el miedo y las energнas de la libido

Si somos capaces de continuar el proceso que desvelamos en el estrato 4, al excavar mбs profundo vamos a encontrar estados emocionales mбs primiti­vos, y posiblemente mбs perturbadores. Entre estos estбn las tres «emociones principales» del ego, rabia, vergьenza y miedo, que rigen respectivamente las trнadas del instinto, del sentimiento y del pensamiento.

En este estrato tambiйn encontramos las energнas instintivas primitivas (base de las variantes instintivas) en su forma cruda: el instinto de conserva­ciуn, el instinto de relaciуn social con nuestros compaсeros humanos y el instinto sexual; tambiйn se pueden reconocer aquн los afectos primordiales de apego, frustraciуn y rechazo. Normalmente este estrato nos hace sentir muy incуmodos; por eso necesitamos practicar las tйcnicas de relajaciуn y, por en­cima de todo, no juzgar lo que encontramos en nosotros al trabajar los pro­blemas que vamos descubriendo. La psicoterapia tradicional tiende a acabar en este estrato.

 

Sexto estrato: La aflicciуn, el remordimiento y la deficiencia del ego

Este estrato no tiene nada que ver con el sentimiento de culpa ni con los ha­bituales sentimientos de tristeza y pйrdida que experimentamos en la vida cotidiana. La desgarradora pena y el pesar natural que encontramos aquн proceden mбs bien de la clara percepciуn de lo profunda y total que es nues­tra separaciуn de nuestra naturaleza esencial.

Este estrato, por lo tanto, entraсa una considerable cantidad de «sufri­miento consciente», que se acepta de buena gana no sуlo por el progreso sino tambiйn por el amor a la verdad. El sufrimiento que se experimenta en este estrato es catбrtico en el sentido mбs puro de la palabra: destruye los ъltimos restos de ilusiones del ego, ya que se ven claramente a la luz de la verdad de la esencia. Aquн no hay chicos o chicas buenos y malos, y por lo tanto no hay nadie a quien echarle la culpa de nuestro estado. Cuando todo estб dicho y hecho, este estrato se experimenta como una pena profunda por la condiciуn humana, que se siente como una sensaciуn abrasadora, sobre todo en el co­razуn. En las tradiciones espirituales, este estrato se ha relacionado con la «noche oscura del alma».

 

Sйptimo estrato: El vacнo

Este estrato se ha descrito en muchas de las tradiciones religiosas orientales, sobre todo en el budismo. En esta fase comprendemos del todo que la per­sonalidad sуlo es un invento temporal, una historia que nos hemos contado durante mucho tiempo. De todos modos, abandonar la conocida identidad del ego nos parece un paso a la nada, como saltar fuera del borde del mun­do. Por lo tanto, hace falta algъn tipo de fe para contrarrestar el terror y la de­sesperaciуn que suele caracterizar a este estrato.

Este estrato lo experimenta la personalidad en su fin, en su muerte. No obstante, si contamos con el apoyo y la fe suficientes para perseverar y dar el salto, lo que encontramos es completamente inesperado. En lugar de experi­mentar el sufrimiento que imagina la personalidad, lo que a la personalidad le parece «nada» se revela como todo, el «vacнo brillante» (llamado Sunyata en el zen) del cual emana todo. De este vacнo surge todo lo que sabemos que existe; estб completamente vacнo y, sin embargo, lleno de posibilidades. Es nuestra libertad y el manantial de la vida. Ya no hay distinciуn entre obser­vador y observado: la experiencia y el experimentador son uno.

 

Octavo estrato: El verdadero ser personal

Paradуjicamente, en este estado de vacнo continuamos experimentбndonos como seres personales, que funcionan eficientemente en el mundo, pero nuestra personalidad estб centrada en la esencia y nuestros actos son guiados por la conciencia divina y no por los proyectos y preocupaciones de la perso­nalidad. Continъa la conciencia o percepciуn personal, individual, junto con una gran efusiуn de amor, gratitud, respeto y exaltaciуn del alma hacia el ser y sus manifestaciones infinitas. Este es el estrato en el que encarnamos totalmente nuestro ser esencial personal, lo que en algunas tradiciones sagra­das se llama el estado «Soy». En el sufismo, este se caracteriza por la identifi­caciуn con la perla personal, el yo esencial, expresiуn personal de lo divino. En el cristianismo, este estrato marca el comienzo de la consecuciуn de la visiуn beatнfica, en la que la persona experimenta una comprensiуn extбtica de lo divino.

Noveno estrato: El ser universal no personal

Poco se puede decir sobre este estrato puesto que no es posible explicarlo con palabras; todos los fenуmenos, por sutiles o exaltados que sean, emanan de йl. Si el buscador ha recibido la bendiciуn para perseverar en su bъsque­da de lo divino, el alma habrб encontrado finalmente su destino en la uniуn mнstica con Dios, o lo que algunas tradiciones llaman el Supremo o el Abso­luto. Es la consecuciуn de la percepciуn completa, sin dualidad, la fusiуn total de la conciencia individual con Dios, de modo que sуlo hay concien­cia de Dios. El yo individual y lo divino son uno. Este estado de conciencia trasciende cualquier sentido de existencia individual y se manifiesta como conciencia esencial no personal, el ser infinito del que nace el universo ma­nifiesto.

Este es el destino ъltimo prometido por las grandes tradiciones mнsticas, pero conseguir ese estado de conciencia de modo duradero es muy excepcio­nal. Solamente algunos mнsticos y santos extraordinarios de la historia han vivido verdaderamente sus vidas en ese profundo estado de conciencia. Pero la mayorнa podemos tener por lo menos un atisbo, y ese suele ser suficiente. Probar esta realidad aunque sea una vez puede cambiarnos la vida de modo profundo. Una vez que conocemos la unidad de la existencia como expe­riencia real, nunca podemos considerar igual que antes a las personas, a no­sotros mismos ni al don de la vida.

 

El continuo de la conciencia

Si repasamos estos nueve estratos vemos que forman un continuo, desde el dominio de lo imaginario, con poca conexiуn con la realidad, pasando por lo puramente psicolуgico, hasta el dominio de lo espiritual. Los estratos 1 al 3 son sobre todo psicolуgicos. Los estratos 4 al 6 contienen elementos psico­lуgicos (sobre todo de psicologнa profunda), pero tambiйn elementos que po­drнamos colocar en la categorнa espiritual; son psicoespirituales, y para avanzar por ellos es preciso un mйtodo integrado que emplee la psicologнa y la espi­ritualidad. Los estratos 7 al 9, como podemos ver, tienen que ver ante todo con los dominios del espнritu.

El eneagrama es ъtil principalmente en los estratos 1 al 5, y es muy po­tente en los tres primeros. Los estratos 1 al 3 nos sirven para entrar en la fran­ja sana de los niveles de desarrollo. Los estratos 4 al 6 nos ayudan a consoli­dar la personalidad sana y a comenzar el proceso de trasladar el sentido de identidad desde la personalidad a la esencia. Los estratos 7 al 9 entraсan la comprensiуn y maduraciуn del yo esencial, tratan los asuntos del nivel 1 de desarrollo y mбs allб.

 

MБS ALLБ DE LA PERSONALIDAD

 


Дата добавления: 2015-11-14; просмотров: 50 | Нарушение авторских прав


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