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[Lunes,17 Octubre 2011]
La atmósfera terrestre desintegra los objetos metálicos de menos de 30 metros de diámetro y los meteoros que no pasan de 100.
La caída del UARS se quedó solo en un susto al precipitarse la mole artificial del tamaño de un autobús sobre el océano Pacífico. Pero la amenaza sigue existiendo y sin ir más lejos está previsto para la próxima semana el desplome de un nuevo satélite, esta vez alemán. El telescopio ROSAT, inhabilitado por una avería de origen desconocido desde 1.999 y con un peso de 2,5 toneladas, chocará contra la Tierra en algún punto de Canadá, según los primeros cálculos realizados por la NASA y la Agencia Espacial Europea.
La atmósfera actúa como el escudo cuasi perfecto para evitar que ya sea alguno de los más de 22.000 deshechos artificiales que orbitan alrededor de la Tierra o un meteorito de tamaño pequeño se precipiten sobre la superficie del planeta. Las condiciones a las que un cuerpo se ve sometido durante su entrada varían según su masa, el ángulo de ingreso y la velocidad que registra. En cualquier caso, cada uno de estos objetos se ve sometido a temperaturas de miles de grados, más que suficiente para que, en la mayoría de los casos, se desintegren y se conviertan en polvo. En líneas generales, la media de pérdida de masa al atravesar la atmósfera de una roca espacial de tamaño pequeño varía desde un 50% a un 98%.
Solo los objetos más grandes -meteoros o aparatos artificiales- pueden superar la erosión de la fricción y llegar a colisionar contra la superficie. Según los parámetros establecidos, el escudo que forma la atmósfera deja de ser efectivo para desintegrar restos metálicos con un diámetro superior a los 30 metros o para meteoros de más de 100 metros - aunque en este caso también dependerá de su composición-. En situaciones normales se puede registrar la entrada de un meteoro cada 10 minutos, la práctica totalidad de las ocasiones sin la más mínima consecuencia ya que de ellos al año solo unos 100 llegan a impactar contra el suelo. Anualmente entran en la atmósfera unas 200.000 toneladas de roca extraterrestre.
La importancia del escudo que forma la atmosfera cobra visibilidad al contemplar la superficie lunar, completamente salpicada de cráteres. Al carecer de atmósfera, toda roca que se ve atrapada por su fuerza de gravedad choca intacta contra el satélite. Así, hasta los meteoros más pequeños y que nunca alcanzarían a chocar con la Tierra causan en la Luna colisiones espectaculares.
Дата добавления: 2015-07-12; просмотров: 43 | Нарушение авторских прав
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