El miedo a estar presente

Y si no ahora, їcuбndo?

EL TALMUD

Si te irrita todo roce, їcуmo va a estar limpio tu espejo?

RUMI

En el anбlisis definitivo, sуlo valemos algo debido a lo esencial que encarnamos, y si no lo encarnamos, la vida estб desperdiciada.

JUNG

Cuando llevamos un periodo de tiempo receptivos a nosotros mismos, es inevitable que comencemos a ponernos nerviosos, intuyendo que podrнa sur­gir algo desagradable. Esto ocurre porque asн «nos quitamos el envoltorio de la personalidad». Pero esto es alentador, porque experimentar un cierto gra­do de ansiedad durante el trabajo de transformaciуn es buena seсal. Cuando nos aventuramos fuera de nuestras viejas defensas tambiйn comenzamos a experimentar justamente los sentimientos de los que nos hemos defendido toda la vida.

Esto explica por quй es posible tener experiencias espirituales muy gra­tificantes y luego volver a encontrarse en un estado temeroso, reactivo o ne­gativo. El proceso de crecimiento consiste en un ciclo continuado de liberarse de antiguos bloqueos, abrirse a nuevas posibilidades en el interior y encontrar blo­queos mбs profundos. Aunque podrнamos desear que el crecimiento espiritual fuera mбs lineal y se pudiera hacer en uno o dos avances decisivos, la realidad es que es un proceso que debemos pasar muchas veces en muchos frentes di­ferentes hasta que estй reorganizada toda la psique.

El proceso de crecimiento espiritual nos exige tambiйn ser amables y pa­cientes con nosotros mismos. Sentirse frustrado, imponerse expectativas o metas concretas y reprenderse cuando no se llega del todo a la meta son reac­ciones comunes pero no ъtiles. Nos llevу muchos aсos construir nuestras de­fensas, de modo que no podemos esperar derribarlas de la noche a la maсa­na. Nuestra alma tiene su sabidurнa propia y no nos va a permitir ver nada de nosotros mismos (y mucho menos liberarlo) que no estemos verdaderamen­te preparados para ver.

Cuando comenzamos a hacer este tipo de trabajo, aparece tambiйn el te­mor comъn a que estar presentes signifique sentarnos a «contemplarnos el ombligo» o mirar fijamente una pared. Tenemos la idea de que si estamos mбs presentes no seremos capaces de hacer frente a los problemas importan­tes de nuestra vida, estaremos «distraнdos», seremos poco prбcticos e ineficaces. De hecho, ocurre lo contrario: estamos mбs alertas y nuestros juicios y percepciones son mбs correctos.

De igual modo, muchas personas creen que si estamos mбs presentes va­mos a perder toda la madurez o las tйcnicas profesionales tan arduamente adquiridas. Repetimos, lo que ocurre en realidad es lo contrario. Cuando es­tamos presentes podemos hacer las cosas mejor y con mбs coherencia que nunca; tambiйn adquirimos nuevas habilidades y tйcnicas con mucha mayor facilidad, porque mejora la capacidad de concentraciуn. Cuando estamos presentes, atentos, nuestra inteligencia actъa de modos que nos sorprenden y evoca exactamente la informaciуn o habilidad necesarias para resolver el problema que tenemos entre manos.

En un plano aъn mбs profundo, tememos estar presentes en nuestra vida porque nos aterra revivir todas las heridas de nuestra infancia. Tememos que desvelar nuestra verdadera naturaleza implique que no la vean o no la amen, que la rechacen o humillen; eso podrнa hacernos vulnerables o inducir a otros a temernos o traicionarnos. Tememos que nos abandonen; tememos que lo precioso de nuestra alma vuelva a ser rechazado o daсado.

Y, sin embargo, cuando estamos totalmente presentes experimentamos espacio, paz y una tranquila animaciуn. Descubrimos que somos sуlidos,-que estamos inmensamente vivos y conectados con el mundo que nos rodea. No hay ningъn motivo para no vivir asн, aparte de los motivos que nos da nuestra personalidad, ciertamente motivos sesgados, interesados.

LA PERCEPCIУN CONSCIENTE CONDUCE A LA PRESENCIA

Si encendieras la luz de la conciencia para observarte a ti mismo y todo lo que te rodea a lo largo del dнa; si te vieras reflejado en la conciencia del mismo modo que ves tu cara en un espejo, es decir, con precisiуn, con claridad, exactamente, sin la menor distorsiуn ni aсadido, y si observaras ese reflejo sin juicios ni condena, experimentarнas toda suerte de cambios maravillosos. Pero no controlarнas esos cambios, ni podrнas planearlos por adelantado ni decidir cуmo y cuбndo se van a producir. Es solamente esa percepciуn consciente sin juicios la que sana, cambia y hace crecer. Pero a su manera y a su tiempo.

ANTHONY DEMELLO,

THE WAY TO LOVE

El espнritu estб siempre presente, asн como el sol siempre brilla encima de las nubes.

DAN MILLMAN

Si continuamos este proceso, prestando atenciуn a lo que es real, a lo que ocurre en este momento, comenzamos a experimentar una presencia sutil que impregna nuestro espacio interior y nuestro entorno. Se siente ligera, exqui­sita y agradable y es capaz de manifestar muchas cualidades diferentes. Asн, llevando nuestra percepciуn a la experiencia real del momento presente, co­menzamos a estar repletos de presencia. En realidad, podrнamos darnos cuenta de que esa presencia es lo que somos fundamentalmente.

Lo notable es que la presencia siempre revela aquello que nos impide estar mбs presentes. Cuanto mбs presentes estamos, mбs advertimos las partes que no estбn relajadas, las partes que no estбn ocupadas totalmente. Cuanto mбs capaces somos de relajarnos, mбs nos damos cuenta de los movimientos su­tiles de la presencia que nos llena y nos rodea. Podrнa ser ъtil limitarse a per­manecer con esa impresiуn, sin ponerle nombre ni pensar demasiado en ella. Con el tiempo, lo que era sutil y vago se harб mбs claro y nнtido, a medida que se revelan mбs capas del ser.

La presencia irrumpe todo el tiempo en nuestros sueсos despiertos e identificaciones y, sin embargo, debido a las estructuras de nuestra personalidad no logramos mantenernos firmes para continuar presentes. Cuanto mбs entramos en el trance de nuestro ego, mбs se «cargan» los mecanismos de la personalidad, como si fueran electroimanes que ejercen una energнa violenta y desesperada. De todos modos, sintonizar con la naturaleza vibran­te de la presencia y ver la enorme inversiуn de energнa vital que ponemos en los «proyectos» de la personalidad nos proporciona una salida. Al mismo tiempo, aunque no basta decidirlo para estar presente, sin la intenciуn, la presencia es imposible. Asн pues, їcуmo puede salir de su trance la persona?

Estб claro que esa empresa heroica es casi imposible sin los instrumen­tos y la ayuda correctos. En los capнtulos siguientes vamos a ver cуmo la ayu­da para despertar puede venirnos de un profundo sistema de comprensiуn, como el eneagrama, y, mбs importante aъn, de la prбctica diaria del cultivo de la percepciуn consciente y la presencia. Ademбs, sugerimos varios instru­mentos y apoyos que podrнan actuar a modo de «relojes despertadores» para sacarnos del trance. Cuanto mбs caso hacemos a esas «llamadas a despertar», mбs presencia tendremos (y mбs posible nos serб despertamos). Pero esto re­quiere mucha prбctica.

No te quepa duda, este es un trabajo de toda la vida. Pero cuantos mбs momentos despiertos tenemos, mбs impulso colectivo aportan al proceso de despertar: se deposita algo en nosotros, una semilla, la semilla de una perla, que no desaparece cuando volvemos a nuestro estado ordinario. Hay tres ca­racterнsticas que podemos buscar para saber si estamos despiertos:

1. Experimentamos plenamente nuestra presencia como un ser vivo, aquн y ahora. Sabemos que hay alguien aquн; sentimos nuestra sustancialidad, nues­tro ser y, en consecuencia, estamos conectados con el momento. Ademбs, esto ocurre no porque nos estemos imaginando desde un punto de vista ex­terior, sino porque estamos «dentro» de nuestra experiencia, totalmente co­nectados con las sensaciones de vida en el cuerpo, desde la coronilla de la ca­beza a las plantas de los pies. No hay ninguna sensaciуn de resistencia a la realidad del momento.

2. Captamos totalmente las impresiones de nuestros ambientes interno y externo, sin juicios ni reacciуn emocional. Somos capaces de observar los muchos pensamientos y sentimientos que pasan por nuestra conciencia sin aferramos a ninguno de ellos. Nos comunicamos con la vida desde un silen­cio y una quietud interiores y no desde la ansiedad y la inquietud interior. Tenemos la atenciуn puesta en lo que ocurre en el momento, no estamos so­сando con el pasado ni adelantбndonos al futuro fantaseando con otra cosa.

3. Participamos totalmente en el momento, dejбndonos tocar por las im­presiones que nos rodean, saboreando y experimentando la riqueza y sutile­za de nuestra vida. Somos absolutamente sinceros, sin artificios ni timidez. En cada momento experimentamos nuestra identidad como algo totalmen­te nuevo. Siempre buscamos una fуrmula, una regla o una oraciуn que lo haga por nosotros; pero nada puede reemplazar la presencia. Sin presencia, ninguna oraciуn, meditaciуn, maestro ni tйcnica del mundo puede transfor­marnos. Por eso podemos dedicar muchos aсos a observar las prбcticas de una religiуn y continuar siendo incapaces de encarnar coherentemente las creencias que tenemos. Podemos tener experiencias extraordinarias y mo­mentos de libertad de las trabas de nuestra personalidad, pero tarde o tem­prano, y por lo general mбs pronto de lo que querrнamos, volvemos a las an­tiguas costumbres. Esto se debe a que no comprendemos la importancia fundamental de la presencia: esta no es, no puede ser, parte de nuestra per­sonalidad ni de su programa.

Lo bueno es que la presencia ya estб aquн, aun cuando nuestra percep­ciуn de ella estй limitada por las estrechas preocupaciones de la personalidad. Cuando comenzamos a valorar la percepciуn consciente y a cultivarla, y a ocuparnos en prбcticas para fortalecerla, se manifiestan cada vez con mayor claridad las cualidades mбs profundas de nuestra naturaleza esencial.

INVITACIУN A LA ABUNDANCIA
El eneagrama nos recuerda los diferentes elementos o cualidades que constituyen un ser humano completo. Cada una de las siguientes invita­ciones se basa en las fuerzas simbolizadas por los nueve tipos; sea cual sea nuestro tipo, podemos reaccionar a todas ellas.
Invitaciуn	A vivir para una finalidad superior. Recuerda que tu verdadera naturaleza es ser sabio y dis­cernidor.
Invitaciуn	A sustentarte a tн mismo y sustentar a otros. Recuerda que tu verdadera naturaleza es ser bueno conti­go mismo y tener buena voluntad y compasiуn hacia los demбs.
Invitaciуn	A desarrollarte y ser un ejemplo para los demбs. Recuerda que tu verdadera naturaleza es deleitarte en tu existencia y estimar y valorar a los demбs.
Invitaciуn	A olvidar el pasado y renovarte por tus experiencias. Recuerda que tu verdadera naturaleza es perdonar y utili­zar todo lo de tu vida para tu crecimiento y renovaciуn.
Invitaciуn	A observarte y observar a los demos sin juicios ni expecta­tivas. Recuerda que tu verdadera naturaleza es participar en la realidad, contemplando las riquezas infinitas del mundo.
Invitaciуn	A tener fe en tн y confiar en la bondad de la vida. Recuerda que tu verdadera naturaleza es ser valiente y ca­paz de enfrentar la vida en todas las condiciones.
Invitaciуn	A celebrar alegremente la existencia y compartir infelici­dad. Recuerda que tu verdadera naturaleza es ser feliz y contri­buir a la riqueza de las experiencias de todos.
Invitaciуn	A defenderte y decir francamente lo que crees. Recuerda que tu verdadera naturaleza es ser fuerte y capaz de influir en el mundo de muchas y diferentes maneras positivas.
Invitaciуn	A llevar paz y soсaciуn a tu mundo. Recuerda que tu verdadera naturaleza es ser una inagotable fuente de serenidad, aceptaciуn y bondad en el mundo.

CAPНTULO 5

Дата добавления: 2015-11-14