Thich Nhat Hanh

Usamos muchнsimo la expresiуn percepciуn consciente, y es un tйrmino im­portante en muchos mйtodos de crecimiento psнquico y espiritual. Sin em­bargo, es difнcil encontrar una definiciуn acertada; podrнa ser mбs fбcil defi­nirla por lo que no es que por lo que es. Por ejemplo, podemos decir que no es pensar, no es sentir, no es moverse, no es intuiciуn y no es instinto, aun­que sн puede contener cualquiera o todas estas cosas.

Ni siquiera el pensamiento mбs activo y centrado equivale a tener con­ciencia o percibir conscientemente. Por ejemplo, podrнamos estar pensando intensamente acerca de quй escribir en este capнtulo y al mismo tiempo ser conscientes de nuestro proceso de pensamiento. En otra ocasiуn podrнamos observar que estamos pensando en una inminente reuniуn de negocios, o en­sayando en la cabeza una posible conversaciуn con alguien, mientras damos un paseo. Por lo general, nuestra conciencia estб tan sumida en nuestra con­versaciуn interior que no nos experimentamos como separados de ella. Pero con mбs percepciуn consciente somos capaces de apaсarnos de nuestra con­versaciуn imaginaria y observarla.

Del mismo modo podemos percibir mбs conscientemente nuestros sen­timientos. Podemos sorprendernos atrapados en la irritaciуn, el aburrimien­to o la soledad. Cuando somos menos conscientes nos identificamos con un sentimiento; por ejemplo, no percibimos la naturaleza temporal de la frus­traciуn o la depresiуn: creemos que asн es como somos. Una vez pasada la tor­menta comprendemos que el sentimiento era temporal, aunque cuando es­tбbamos inmersos en йl era toda nuestra realidad. Pero cuando percibimos conscientemente nuestros sentimientos observamos con claridad su surgi­miento, su efecto en nosotros y su desapariciуn.

Tambiйn podemos tener mбs conciencia de lo que hacemos, de las sen­saciones del cuerpo en actividad o descanso. Para bien o para mal, nuestros cuerpos han aprendido a hacer muchas cosas con piloto automбtico. Por ejemplo, somos capaces de conducir un coche y conversar al mismo tiempo. Podrнamos estar pensando en lo que vamos a decir, preocupados al mismo tiempo por llegar a nuestro destino, mientras el cuerpo hace todas las cosas complicadas necesarias para conducir el coche. Todo ello puede ocurrir automбticamente y sin exigir mucha conciencia, o con sуlo una parte de conciencia o con toda ella.

Cada momento nos presenta la posibilidad de expandir nuestra percep­ciуn, con muchos beneficios para nosotros:

► Cuando nos relajamos y permitimos que se expanda nuestra percep­ciуn consciente, no quedamos tan atrapados en aquello que atrae nuestra atenciуn. Si hemos estado asustados, angustiados o extraviados en sueсos despiertos y fantasнas, adquirimos objetividad y perspectiva sobre lo que es­tamos haciendo. En consecuencia, sufrimos menos.

► La expansiуn de la conciencia nos capacita para estar mбs presentes en los problemas o dificultades y por lo tanto para tener mбs recursos para enfrentarlos. Vemos soluciones nuevas y evitamos reaccionar por hбbito se­gъn los mecanismos de nuestra personalidad.

► La expansiуn de la conciencia nos abre a una verdadera relaciуn con los demбs y con el mundo que nos rodea. El placer y la maravilla de cada mo­mento nos sustenta y enriquece. Incluso lo que normalmente considerarнa­mos experiencias desagradables tienen una cualidad muy diferente cuando las experimentamos con percepciуn consciente.

Tambiйn usamos con frecuencia el verbo ver, por ejemplo en la expre­siуn «es importante que veamos los mecanismos de nuestra personalidad». Sin embargo, igual que ocurre con la expresiуn percepciуn consciente o con­ciencia, hemos de aclarar lo que queremos decir con esta palabra. Mбs concretamente, es esencial comprender quй parte de nosotros «ve». Todos tene­mos bastante prбctica en hacer comentarios sobre nosotros mismos o evaluar nuestras experiencias. En esos casos, una parte de nuestra personalidad criti­ca o hace un comentario de otra parte, como diciendo: «No me gusta esa par­te de mн» o «Ha sido fabuloso el comentario que acabo de hacer», etcйtera. Este comentario interior suele llevar solamente a una estructura del ego in­flada, vacнa y pobre, y finalmente a un conflicto interior. Ese no es el tipo de «ver» que nos conviene cultivar.

«Ver» no es una comprensiуn puramente intelectual tampoco. Cierta­mente el intelecto tiene su papel y no queremos decir que no necesitamos la mente en el proceso de transformaciуn. Pero la parte de nosotros que ve es algo mбs omnipresente, aunque esquivo. A veces se le llama observador interior o testigo. Es nuestra percepciуn consciente total, viva, aquн y aho­ra, capaz de comprender la experiencia en muchos niveles o planos dife­rentes.

APRENDER A «OBSERVAR Y DEJAR PASAR»

No necesitamos mejorar; sуlo hemos de soltar lo que nos bloquea el corazуn.

Дата добавления: 2015-11-14